Cuando accedes a una entrevista de trabajo, en principio, cumples con los requisitos del puesto de trabajo. Quieren conocerte, valorar cómo eres, cómo encajarías en el puesto de trabajo. Cuando al cabo de unos días, te llega el mensaje: “Le comunicamos que no ha sido seleccionado por el puesto de trabajo”, cae como una losa. ¿Qué podrías haber hecho mejor?
Entrevistas laborales hay de muchos tipos e Internet está lleno de webs que te enseñan cómo afrontarlas: cómo ir vestidos, qué actitud tener, cómo responder a las preguntas más incómodas, cómo poner en valor tu experiencia… te cuentan todo menos lo más importante: cómo tener un relato profesional. Y hay que saber que sin relato profesional, quien se presenta a la entrevista, ocupa el puesto de precarizado .
Lo que llamamos mercado de trabajo responde a las necesidades de cada época y contexto. En la actualidad la precarización lo invade todo. No sólo por el tipo de trabajo, horario o condiciones salariales. Al precarizado le hacen tener otra relación con el trabajo. El primer paso por la precarización laboral es la precarización simbólica. Cuando te sustraen las condiciones y los recursos simbólicos para pensar en lo que te ocurre.
El pasado no sirve
Fijémonos. Hay entrevistas de trabajo que nos alertan de esa precarización de nuestra situación. Buscan personas que se manejen bien pensando sólo a corto plazo. Máxima concentración y rapidez en el nuevo puesto asignado. Que sepan cambiar la base de sus conocimientos. Aprender nuevas habilidades para nuevas exigencias. Y por último que no tengan problema en desprenderse de su pasado. Lo que hacía en otro sitio debe olvidarlo. No sirve. Nuevas reglas, nuevas pautas. En definitiva, son entrevistas que borran la historia del individuo . Se da lo que podemos llamar una desimbolización. Se ofrecen unas condiciones de acceso a un trabajo que ya no es capaz de dotar a la persona de identidad y de ideales.
El filósofo francés Jacques Rancière tiene un texto muy interesante desde la perspectiva pedagógica que se llama El maestro ignorante . Allí, afirma que la enseñanza que no emancipa, lo que hace es atontar . Esto podemos trasladarlo al tema que nos ocupa: los consejos para superar una entrevista que reiteran en el borrado de nuestra historia, lo que hacen es prepararnos para la precarización de nuestra relación con el trabajo . Desorientarnos. En palabras de Rancière, nos atontan.
Hay entrevistas de trabajo que no sólo dibujan el puesto de trabajo a cubrir sino también la persona que debe ocuparlo. El primer paso para la precarización es reducir nuestra capacidad crítica y es falso pensar que sólo afecta a determinados grupos sociales. No hay atajos para luchar contra la precarización laboral. Todos estamos expuestos porque es una dinámica general que intenta reducir nuestra capacidad de representación laboral y social . Lo que no te ayuda a tener más libertad, en realidad te la quita.
Este artículo es original de La Fàbrica Digital


