Vender tu alma al diablo es un referente cultural muy extendido en nuestra sociedad, presente en todas las culturas y religiones. La moraleja de estos mitos es sencilla: el pacto con el diablo no sale gratis. En el mundo occidental, está manifestada sobre todo en la leyenda de Fausto y la figura de Mefistófeles.
Mefistófeles, el demonio, suele mostrarse como la representación más refinada del mal, con ropas elegantes y con una mente fría, racional, con un alto nivel de lógica. La misma lógica que utiliza para atrapar mentalmente a las personas – cualquiera de nosotras representadas en la figura de Fausto – y hacer que sigan sus designios.
Visualicemos a Mefistófeles como una empresa de alarmas y a Fausto como consumidor involuntario de publicidad a todas horas, por obra y gracia de la televisión, la radio, prensa escrita, portales digitales de noticias, vallas publicitarias, Youtube, Spotify, Redes Sociales, buscadores web como Google…
Llega el verano y las noticias alarmantes sobre ocupaciones y robos. Año tras año, la historia se repite, no sólo en época estival, también en Navidades, Semana Santa, puentes, festivos, cualquier momento es bueno para generar miedo y hacer negocio con ello. En un mundo de control y anulación de libertades, las empresas de alarmas han venido para quedarse. No hay mejor fórmula para alienar a una sociedad que jugar con el miedo a la pérdida de aquellas cosas materiales que hacen sentir nuestras vidas completas.
Vender tranquilidad, seguridad, bienestar y que la estrategia salga bien por su agresividad, aunque lo que compras sea humo. Habría que realizar una supervisión más rigurosa de esta publicidad, dado que las estadísticas no justifican sembrar el miedo para vender alarmas. El que quiera que se instale una, pero las empresas no deberían alentar el miedo. “Solo hay que tener miedo al miedo”, dijo Roosevelt en 1933.
La pirámide de Maslow (1943), es una teoría psicológica que ordena de manera jerárquica las necesidades humanas, es un clásico para expertos en marketing. Según Maslow, a medida que satisfacemos nuestras necesidades más básicas vamos desarrollando necesidades más elevadas hasta alcanzar la completa autorrealización. Las bases de la pirámide son: las necesidades básicas y las de seguridad.
Las empresas de alarmas, lideradas por Securitas Direct, dominan muy bien este tipo de ventas y lo hacen respaldadas por los grandes medios de comunicación y actores políticos con intereses propios, a quienes no les tiembla el pulso el defender estos intereses explotando el negocio del miedo.
Vincular un producto a una necesidad hace que la mente inconsciente se active, pero a veces nos quedamos en las capas más superficiales y no vemos que comprar el último modelo de teléfono móvil tiene más que ver con la necesidad de pertenencia y estatus que con sus prestaciones. Otro ejemplo claro para entender cómo se explota esta sensación de necesidad, tan falsa como real: el reclamo comercial de “la vuelta al cole”. Lo más probable es que a la mayoría de niños no les haga falta una nueva mochila o un nuevo estuche para guardar sus lápices o estrenar ropa. Aún así se invierten de media 250-400 euros en satisfacer sus… ¿necesidades? ¿Las de quién? ¿De los niños o de los padres?. Más que intentar vender material escolar, se busca hacer sentir lo siguiente: compra y serás buen padre o madre. La técnica de véndele a la mente, no a la gente, funciona. No porque la gente no sepa lo que quiere, sino que no sabe por qué lo quiere.
Un poco de historia que viene a cuento y un llamamiento a la reflexión
Lehman Brothers Holdings Inc. fue una compañía global de servicios financieros de Estados Unidos. Destacaba en la gestión de activos financieros e inversiones en renta fija, banca comercial, gestión de inversiones y servicios bancarios en general. El 15 de septiembre de 2008, presentó su declaración formal de quiebra tras el éxodo de la mayoría de sus clientes, pérdidas drásticas en el mercado de valores y la devaluación de sus activos por las principales agencias de calificación de riesgos. Esto se produjo principalmente por su implicación en la crisis de las hipotecas subprime.
La quiebra de Lehman Brothers está fuertemente asociada a la crisis financiera global de 2008 e impulsó la doctrina del ‘’too big to fail’’. En español, «demasiado grande para quebrar», es un concepto económico que describe la situación de un banco o institución financiera cuya quiebra tendría consecuencias sistémicas desastrosas sobre la economía y que por consecuencia es necesario rescatar por los poderes públicos para evitar que ese riesgo de quiebra se realice. Los principales actores del sistema financiero internacional asumen riesgos importantes contando que serán rescatados de la bancarrota a través de los conocidos como “planes de rescate”, que suelen ser financiados por los contribuyentes.
Warren Hellman, es socio fundador de Matrix Management Company, una de las más prominentes firmas de capital de riesgo en los EE. UU. Antes de eso, fue presidente de Lehman Brothers, donde también ejerció como jefe de la División de Banca de Inversión y Presidente de Lehman Corporation. En 1984, fundó Hellman & Friedman LLC, una empresa de inversión de capitales que ha centrado sus esfuerzos en medios de comunicación, servicios financieros, servicios profesionales y servicios de información.
Sabiendo quien controla Securitas Direct cuesta poco imaginar los intereses que hay detrás
Securitas Direct, presente en dieciséis países, nació en 1988. En 2011, en plena crisis social e inmobiliaria tras la caída de Lehman Brother, la empresa pasó a manos de los fondos de inversión estadounidenses Bain Capital y Hellman & Friedman, siendo los segundos los actuales propietarios y principales accionistas del grupo Verisure Securitas Direct, desde 2015.
En 2019, la Corporación Financiera Alba, controlada en más de un 50% por la familia March (que forjó su imperio gracias a su patriarca Juan March, apodado “El último pirata del Mediterráneo” por su implicación en el contrabando y que financió el golpe militar de Franco en 1936, recibiendo a cambio el monopolio bancario y financiero del país), invirtió 557 millones de euros para hacerse con una importante participación de Securitas Direct. Es la segunda mayor inversión del fondo superando lo invertido en Naturgy, en 2018.
Desde hace unos años Securitas Direct considera a CaixaBank un socio estratégico de su negocio, con quien mantiene una alianza comercial. CaixaBank comercializa y financia las alarmas de Securitas Direct, ofreciendo a sus clientes una oferta que consiste en un préstamo personal que roza los 1900 €, que incluye la financiación del equipo de alarmas y 36 meses de cuotas. Con otras palabras, Securitas Direct ofrece a sus clientes un contrato y CaixaBank a los suyos, convierte las cuotas domiciliadas en un préstamo personal, con las ataduras y los consiguientes riesgos que ello implica.
Ambos ganan: el banco porque genera más volumen de negocio e ingresa más de 25 millones al año; y la empresa de alarmas porque recibe de golpe 36 meses de cuota y unos ingresos de más de 75 millones al año. El que pierde es el cliente, si contrata su alarma directamente con Securitas Direct y decide cancelarla en el 25º mes (normalmente, la permanencia es de 24 meses en lugar de 36), puede hacerlo sin problemas. Mientras que si la tiene contratada con CaixaBank y la quiere suspender en ese mismo mes porque, por ejemplo, se va a vivir a otra ciudad, tendrá que seguir pagando las 12 cuotas completas que les faltan para saldar su préstamo, 624 euros, o, en caso de no hacerlo, se expondría al riesgo de poder ser incluido en los ficheros de morosos.
El diablo en casa, la lucha por el control de nuestra privacidad
El sector de la seguridad privada está viviendo una auténtica revolución y es un negocio en plena expansión y crecimiento, que está pasando de ofrecer simplemente alarmas a proporcionar un servicio de seguridad integral. Esta transformación se está produciendo a nivel mundial y viene marcada por la irrupción de telecomunicaciones y grandes tecnológicas dirigiéndose hacia el concepto Smart Home Security, con Estados Unidos como el gran referente a seguir.
En España, los ejemplos más claros de estos movimientos son la operación de compra del 50% de Prosegur Alarmas por parte de Movistar en marzo del 2020, quien ya está tramando una dupla con BBVA parecida a formada por SD y Caixabank; la inversión de 450 millones de dólares que realizó Google para hacerse con el 6,6% de ADT, la empresa de seguridad más grande del mundo; el acuerdo comercial que alcanzaron Vodafone España y Securitas Direct o la alianza sellada entre El Corte Inglés, a través de su empresa de seguridad Sicor y MásMóvil. Todo un tour de force al que deberíamos añadir el sistema de Videovigilancia de Orange.
Mucho movimiento en un mercado en el que el índice de penetración de las alarmas sigue siendo relativamente bajo, a pesar de las alarmas creadas y fomentadas para hacer aumentar este sector de negocio.
En resumen, con toda nuestra privacidad conectada a la red wifi, no se trata sólo de instalar la alarma, sino de poder vigilar tu casa desde dentro. Gracias a su incursión en nuestras vidas, con la inteligencia artificial nos aseguran más protección y más control. No puedo evitar pensar en “¿Quién vigila a los vigilantes?”, reflexión que ya hacía Platón en su obra República y convertida en cultura popular gracias a Watchmen, el cómic de Alan Moore.



2 comentaris
Hola, tinc problemes amb La Caixa i Securitas Direct, em van fer una targeta de crèdit al meu nom sense la meva firma per contractar Securitas Direct, i la firma del contracte de Securitas Direct està firmat amb el meu nom pero firmat digitalment desde un altre telefon que no es meu, a qui puc reclamar?
Gracies
HE SOLICITADO LA BAJA DE DOS INSTALACIONES DESDE HACE TIEMPO, NO ME HAN HECHO NINGUN CASO, ESO SI, ME RECLAMAN LOS PAGOS,