
Un acuerdo de claridad, nada podría hacernos es falta. Fuera lo que fuera este acuerdo. Nada hace falta más en esta sociedad que hablar claro, a partir de ahí todo podrá rehacerse. Ahora no sé si habrá demasiada gente a la que interese saber en qué consiste el acuerdo de claridad propuesto por el presidente Pere Aragonès en el Debate de Política General. Un acuerdo de claridad a la canadiense que quiere ser una herramienta para superar la unilateralidad y las dificultades legales para la posible autodeterminación de Catalunya. Más allá de la posición que tengamos sobre la posible independencia convendría tener presente el grave problema que hoy es la falta de claridad. Más allá de la posición que tengamos sobre la posible independencia convendría encontrar la forma de hablar claro y poder entender las diferentes posiciones, que nada quede escondido en la falta de claridad.
Todo el Proceso independentista vive en la ausencia de claridad. La falta de claridad de no concretar cómo se hará lo que se dice querer hacer. La falta de claridad de decir una cosa y de hacer otra… Son muchas las faltas de claridad vividas, cotidianas. Alguien dirá y argumentará que en una situación de represión no hay otro remedio, que estando ante un estado como el español no hay alternativa a esta falta de claridad… La claridad siempre es necesaria para saber dónde estamos, dónde queremos ir y cómo lo haremos. La claridad permite que todo el mundo tenga la información necesaria para poder pensar, debatir, decidir, actuar. Sin claridad no puede haber democracia, y en este conflicto, cuando todo el mundo habla en nombre de la democracia, convendría encontrar la forma de crearla y no de destruirla.
El Proceso empezó con Artur Mas moviéndose entre la astucia y la desobediencia. Invocando la desobediencia, pero quedándose en la astucia de no hablar claro y querer hacer pasar una cosa por otra. Queriendo liderar una movilización que no compartía para no perder el poder y la centralidad. Sin hablar de independencia, pero haciendo creer que trabajaba por la independencia y convirtiendo la casa grande del catalanismo en el principal partido independentista del momento. Invocando a Rosa Parks y diciendo que no era desobediente. La falta de claridad es ideal para no tener que concretar y conseguir pasar por lo que no eres. La falta de claridad puede convertirte en lo que quieren que seas sin serlo. No cuesta imaginar los problemas que de ello se derivan.
El Proceso siguió con el 1-O. Ahora que se cumplen 5 años del 1-O todavía no hay acuerdo sobre lo que fue, incluso dentro del movimiento independentista. Junts, dejado a un lado Mas, sigue con esta falta de claridad. Borràs y Turull invocando el 1-O quieren forzar a ERC que ya hace meses decidió empezar a hablar claro sobre las dificultades para hacer la independencia y establecer los diferentes pasos que a su juicio eran necesarios seguir, que en ningún otro momento se habían concretado, y que Junts sigue sin concretar. Si se organiza un acto de desobediencia no violenta como una votación ilegal se puede entender perfectamente que no se diga cómo se hará para poner las urnas. Forma parte de la desobediencia. Otra cosa es no hablar claro de lo que significa el 1-O. De si es vinculante o no, de qué ocurrirá con la gente que no se siente llamada a participar y sus derechos, de qué se hará con el resultado obtenido. La gran movilización que es el 1-O, cuesta encontrar episodios de movilización social de esta dimensión en la historia de Catalunya, acaba siendo un grave problema para el mismo movimiento si no se habla claro.
Ahora vivimos lo que podría ser el desenlace de la constante crisis de gobierno entre ERC y Junts, una vez más sin claridad. Se nos dice que cesar al vicepresidente ayudará a rehacer la confianza. Se nos dice que se pide a la otra parte que concrete el acuerdo de gobierno… Los conflictos y las desavenencias entre ERC y Junts vienen de lejos y tienen raíces e intereses de grandes dimensiones. Vuelven a no hablar claro y mientras tanto las diferentes crisis que vivimos se van agravando. Hay que hablar claro sobre la crisis ecosocial, sobre los efectos de la inflación, la emergencia habitacional… Hay que hablar claro sobre todo y debe exigirse al gobierno, a los partidos que forman parte, a los medios, a todos, que se haga. Sólo hablando claro podremos afrontar decididamente y con conocimiento los grandes retos que tenemos. Sólo hablando claro podremos crear democracia y no destruirla.


