Judith Duportail: “Las Apps de citas generan mucha frustración, tristeza y soledad”

Tinder, Grindr, Happen, Bumble, OkCupid, Badoo, Hinge, LOVOO, Tastebuds… ¿Qué dice el auge de las apps de citas de los modos de construir relaciones afectivas en la actualidad? ¿Ha ingresado el amor en los engranajes de la lógica capitalista? ¿Estamos asistiendo a la era del fin del amor tal como lo conocemos?

“¿Amor o match?” es el nombre de la primera conferencia del ciclo “Sociedad conectada, individuos aislados” organizado por el Observatorio Social de Fundación “la Caixa”. Se trata de un ciclo de debates cuya temática gira en torno a la idea de que encontrar vivencias emocionales reales es cada vez más difícil. Propio de las épocas bisagra, según la propuesta, en estos tiempos nos encontraríamos haciendo equilibrio sobre, por un lado, el ideal del amor romántico que aún mantiene sus formas de antaño, y del otro lado, los nuevos modos de construir relaciones afectivas.

En la conferencia, celebrada el 21 de septiembre del 2022, también se plantea que, con las apps de citas, el capitalismo se cuela en los asuntos del corazón, convirtiendo al amor en un negocio rentable. En este sentido, otra de las premisas del encuentro sostiene que estas plataformas mercantilizan nuestras experiencias emocionales, volviéndolas parte de los fríos algoritmos.

Luego de la conferencia, tuvimos la oportunidad de entrevistar a una de las oradoras del debate, la periodista francesa Judith Duportail (1986) especializada en el efecto de las tecnologías en las relaciones sentimentales y en la libertad. En 2019, luego de una ruptura amorosa, Judith escribió “El algoritmo del amor: un viaje hacia las entrañas de Tinder”, un libro publicado por la editorial Contra en el cual repasa su experiencia personal en la plataforma y se termina obsesionando por entender cómo funciona el algoritmo de Tinder.

¿Cómo describirías a las apps de citas como Tinder?

Son un espacio tóxico que te da la falsa promesa de abundancia y eso crea soledad. Creo que la descripción más acertada la hace Shani Silver, una escritora estadounidense, cuando dice que las plataformas de citas están diseñadas para convertir a las mujeres en trabajadoras sexuales sin paga, con quienes se puede cortar abruptamente el contacto sin darles ninguna advertencia o explicación.

Sí, creo que están generando cambios, pero no en la manera en que las personas se conocen, sino en la manera en la que ya no se conocen. Alejan a las personas las unas de las otras cada vez más, especialmente en el contacto heterosexual. Solo hay que ver las estadísticas: el número de personas solteras está subiendo más rápido que nunca en el mundo moderno. Y las apps de citas son parcialmente responsables de este fenómeno.

Creo que tenemos una visión muy ingenua de las apps de citas, como si solamente fueran sitios para encontrar sexo casual de manera fácil. Pero eso no es lo que pasa. La mayor parte de las veces, cuando las personas acuerdan una cita a través de estas apps, los encuentros no terminan concretándose. Estadísticamente, cuando quedas con alguien, lo más probable es que ese plan no suceda. Eso genera mucha frustración, tristeza y soledad.

Cuando las personas acuerdan una cita a través de estas apps, los encuentros no terminan concretándose

¿Cómo se relacionan las apps como Tinder con el amor romántico?

La idea que tenemos por las películas y los cuentos de hadas, de que todos tenemos que buscar a nuestra media naranja para que nos complete, es lo que usan estas apps para que volvamos una y otra vez a intentarlo de nuevo. Esta creencia es parte de su modelo de negocio y la usan como publicidad para atraernos hacia estas plataformas continuamente.

¿El amor y el match, entendido como el emparejamiento producido en Tinder, son incompatibles?

Sí, en el sentido amplio del amor, no solo del amor romántico, sino lo que significa amar a alguien. Realmente no creo que haya ese tipo de amor en Tinder. Porque en esta plataforma tú te encuentras empujada a ver a la otra persona como un bien, o como un objeto, como algo que puedes ordenar, como una pizza. Ya sea una cita, una conexión, sexo, o un beso en un banco. Te hacen creer que tienes derecho a tener lo que sea que estés buscando. Y yo creo que esta precisa característica es lo opuesto del amor.

Porque el amor no es ver a alguien como un objeto o un bien, sino verlo como un ser humano libre, con sus propios deseos y todo eso. Y si ves a alguien como un pedazo de pizza que puedes pedir, aunque pienses que tienes un crush o algo así, estás equivocada. Es lo opuesto del amor.

Te hacen creer que tienes derecho a tener lo que sea que estés buscando

En tu libro describes relaciones sexoafectivas que duraron algunos meses con personas que conociste en Tinder. ¿En ese tiempo nunca dejaste de ver a la otra persona como un pedazo de pizza?

¿Te refieres a si de eso nace una relación? Sí, claro que los sentimientos pueden aparecer. Pero una socióloga una vez señaló algo realmente triste: ella dijo que puede llegar a pasar, pero que fundamentalmente ocurre desde el lado de la mujer. Hasta estos días, los sociólogos señalan que los hombres heterosexuales que utilizan apps de citas tienen una visión desvalorada de las mujeres que las utilizan y siempre siguen viéndolas, de alguna manera, como putas, en su cabeza. Y esa idea los acompaña durante toda la relación, como si fuesen un poco “sucias” por haber utilizado Tinder. Y es trágico, pero sigue siendo así.

Yo creo que las apps de citas serán distintas cuando vivamos en una sociedad feminista. Pero nos encontramos inmersas en el patriarcado, y esto es lo que pasa aún hoy cuando utilizas estas plataformas. La mayor parte de la gente te verá como menos valiosa. Así que diría que se pudran las apps, no hay que ir ahí.

En el libro citas a Eva Illouz, cuando señala que las apps de citas conducen a una mercantilización de las citas y de la intimidad. ¿Como usuarios, somos conscientes de esta objetivización generada en Tinder?

Me gustaría decir que tenemos cada vez más conciencia, pero la verdad es que no lo creo. Pienso que las personas continúan sintiéndose con derecho de utilizar instrumentalmente a las demás.

Un ejemplo muy claro de esto se puede ver en los resultados de ciertos estudios que encontraron que, durante la cuarentena, muchos hombres heterosexuales estaban teniendo problemas para mantener relaciones cercanas fuera de su pareja. Por ese motivo, recurrían a las apps de citas para encontrar apoyo emocional, y las utilizaban como un sitio donde descargarse y poder hablar de toda esta carga mental de ansiedad y todos los sentimientos que todos experimentamos durante los meses de encierro.

Sin embargo, cuando finalizó la cuarentena, muchos hombres volvieron a sus vidas y dejaron de hablar, de un día para el otro, con las mujeres con quienes mantenían conversaciones cotidianas. Se olvidaron por completo de la relación que estaban construyendo por mensaje. Este es un muy buen ejemplo de cómo algunas personas consideran a los demás como sus asistentes emocionales. Y creo que las apps de citas fomentan esta idea.

¿Podrías describir, brevemente, cómo funciona el algoritmo de Tinder?

En mi investigación de 2019, encontré que el algoritmo funcionaba para emparejar a los hombres y las mujeres, según su grado de belleza, su nivel de ingreso, su nivel de inteligencia y su nivel económico. Sin embargo, evaluaba de un modo diferente a los hombres de las mujeres, porque el objetivo es crear parejas donde el hombre sea superior a la mujer. Por ejemplo, si eres un hombre y ganas mucho dinero, te asignan cierta cantidad de puntos, pero si eres mujer y ganas mucho dinero, te asignan menos puntos. Lo mismo ocurre con el nivel educativo, donde a los hombres les dan más puntos que a las mujeres por tener más estudios.

El objetivo es crear parejas donde el hombre sea superior a la mujer

De todos modos, desde el 2019, el algoritmo ha cambiado. Ahora es incluso más opaco, y más basado en la inteligencia artificial. Creo que cada usuario tiene un algoritmo distinto, basado en cuestiones más individuales, como por ejemplo, qué perfiles le gustaron previamente.

¿A esto te refieres en tu libro cuando dices que en Tinder “la socialización está condicionada por el modelo patriarcal de las relaciones heterosexuales”?

Sí, porque el algoritmo se basa en valores patriarcales. Si quieren crear parejas en donde el hombre es superior a la mujer, es el hombre el que está sobre la mujer en la relación, y esa es la descripción básica del patriarcado.

El algoritmo se basa en valores patriarcales

¿En qué sentido Tinder es distinto para usuarios hombres y usuarias mujeres?

Es una experiencia muy diferente. Tinder es gratis, pero si quieres puedes pagar para poder acceder a más funcionalidades. Y, por ciertas cuestiones culturales de las que hablábamos anteriormente, las mujeres no se sienten listas para pagar por usar la app. Por eso, Tinder manipula a los hombres para que accedan a la versión de pago.

De hecho, su modelo económico está basado en manipular a los hombres -y sobre todo a los hombres jóvenes- para que paguen. Esto lo hacen escondiéndoles su perfil hasta que paguen y, cuando lo hacen, lo muestran cada vez más, y de este modo sienten que la app está funcionando.

¿Crees que el algoritmo de Tinder es peligroso para los usuarios?

Depende. Un algoritmo es una receta: si pasa esto, después pasa esto otro. Por eso yo no creo que sean peligrosos per se. Ahora bien, cuando se aplican a alguien en cuestiones de su vida claro que lo son, porque son rígidos, y los sucesos en nuestra vida no se desarrollan siguiendo un rígido plan. Por eso pienso que terminan generando mucho daño en el trabajo, en el amor.

Un algoritmo es una receta: si pasa esto, después pasa esto otro

Por ejemplo, en Francia, cuando terminas el secundario, hay un algoritmo muy grande que te dice a qué universidad puedes ir. Y solo tiene en cuenta unos pocos factores, como las notas, por ejemplo. Pero hay muchas otras cosas que la fórmula no considera: si no eres un alumno demasiado bueno, pero hiciste un gran esfuerzo al final del año, o si perdiste a un miembro de tu familia y por eso tus notas decayeron. Ignoran todas estas cosas que nos hacen quienes somos, y son signo de cuán resilientes somos. Nos convierten en robots. Al principio, con la aparición de la inteligencia artificial, había debates sobre qué pasaría si la IA se volviese sensible. Pero creo que el debate estaba completamente mal, porque son esos algoritmos los que nos están transformando a nosotros en robots y nos privan de lo que hace a nuestra humanidad.

¿Cuánto hay de humano en el algoritmo de Tinder?

No lo sé. Las personas deciden el orden que le dan al algoritmo, y las personas escriben el algoritmo, pero es una manera muy secreta de trabajar. No lo sabemos en realidad. Cuando lees la patente, puedes ver que está escrita por 4 o 5 hombres ingenieros. Pero no sabemos mucho en realidad.

En el libro, en 2019, buscaste en Google “Tinder me hace sentir…” y entre las sugerencias del buscador, te apareció “deprimido, solo, vacío, ansioso, sentir mal, inseguro”. Yo hice la misma búsqueda ayer y los resultados no son tan diferentes -me apareció “nervioso, deprimido, sin valor, sentir mal, sentir feo”. Tú has tenido la oportunidad de hablar con personas que trabajan en Tinder, ¿crees que es algo que les preocupa?

[Judith hizo una prueba y realizó la misma búsqueda desde su móvil durante la entrevista y, entre los resultados, apareció “suicida”]

¡Esto es aún peor que los resultados que me salieron en 2019! Ellos dicen estar preocupados y querer hacer que los usuarios se sientan seguros. Yo no creo que quieran que las personas se sientan miserables cuando usan la plataforma, solamente quieren hacer dinero y vienen de California, la cuna del capitalismo, así que tienen esa mirada del mundo.

Yo creo que si ellos vieran estos resultados en Google, dirían “Sí, ¡tienes que trabajar en tí mismo! Tal vez si vas al gimnasio, o si empiezas a meditar, te sientas mejor”. No creo que tengan un pensamiento villanesco y piensen “Quiero hacer del mundo un lugar horrible”. Solo que están tan metidos en su propio punto de vista, que no se dan cuenta. Sé que es una manera generosa de decirlo, pero creo que hay mucha ingenuidad ahí.

Tinder está cumpliendo diez años. ¿Cuánto ha cambiado a lo largo de esta década?

Al principio era disruptiva, era cool, pero desde hace 5 o 6 años se ha vuelto tóxica. Creo que están teniendo muchos problemas en cambiar esta imagen, pero, aun así, sigue siendo muy popular y está muy relacionada con el sexo. La cuestión es que Tinder no está sola, sino que pertenece a Match Group, que es dueña de casi todas las apps de citas. Entonces pueden tener a Tinder, por ejemplo, y publicitar a Hinge como el “anti-Tinder”, cuando es la misma compañía la que está detrás de las dos.

Al principio era disruptiva, era cool, pero desde hace 5 o 6 años se ha vuelto tóxica

Entonces no importa si Tinder es vista como una app para ligar, porque entonces pueden promocionar a sus otras apps diciendo “¿Te has cansado de Tinder? ¿Por qué no pruebas esta otra app?”. De este modo puedes pasar toda tu vida yendo de una app a la otra, sin darte cuenta de que siempre está la misma compañía detrás. Y siempre te sentirás sola, acudiendo a estas apps, y yendo de una a otra, y luego estás atrapada por toda tu vida como un ratón en una jaula.

Entonces ya no más Tinder para tí…

No, nunca más. No más Tinder. ¡Jamás!