Hace un mes, los Demócratas habían recuperado la iniciativa. Los precios de la gasolina habían disminuido a diario durante tres meses. La sentencia del Tribunal Supremo revocando el derecho a abortar en el ámbito federal provocó que cifras recuerdo de mujeres se registraran para poder votar el 8 de noviembre. El presidente Joe Biden y la mayoría Demócrata en el Congreso habían aprobado varias leyes trascendentales. Entre otras, la mayor inversión en tecnologías verdes de la historia de los EE.UU., sumada a financiación para energías renovables y tradicionales. La aplicación de un impuesto de sociedades mínimo del 15%. Y un fondo de 52.700 millones de dólares para la investigación y fomento de la producción de semiconductores en EE.UU.
La situación macroeconómica del país en muchos aspectos permanece positiva. La tasa de paro de 3,5% es la más baja desde 1969. La remuneración horaria ha crecido en un 5% en el último año. En septiembre, la inflación fue del 8,2% a ritmo interanual. Pese a la presión de Washington, la OPEP decidió disminuir la producción de petróleo en dos millones de barriles diarios a principios de octubre. Desde junio el precio del barril había retrocedido de 120 a 80 dólares, en gran medida por la menor actividad económica internacional.
El precio de la gasolina ha vuelto a subir. En la última encuesta de Reuters/Ipsos del 18 de octubre, una tercera parte de los votantes declaró que la economía es su mayor preocupación. Quienes sitúan el derecho a abortar como máxima prioridad son sólo un 10%. El índice de aprobación de Joe Biden, que se había recuperado en verano, ha vuelto a caer hasta el 41%. Según un reciente sondeo del New York Times, la economía es la primera angustia para el 44% de los votantes, cifra que en julio era del 36%.
Las cifras oficiales del gobierno muestran que en los últimos doce meses el precio de la energía es un 19,8% mayor, siendo el aumento de la gasolina del 18% y el de la electricidad un 15%. Dentro de la categoría de alimentos, la rúbrica de “comida en casa” subió un 13%. El precio de los huevos es un 30% superior respecto a septiembre de 2021, el de la mantequilla un 32%, la leche un 15%, la harina un 24%, y de las frutas y verduras un 10%. También es preocupante que la cesta de bienes que excluye la energía y la alimentación también sigue subiendo, concretamente un 6,6%, el alza más fuerte desde 1982. Los incrementos más sustanciales se registraron en la atención médica (28%), el transporte público (27%), los billetes de avión (42%), el seguro de los vehículos (10%) y los alquileres (6,7%).
Una de las pocas consecuencias positivas de la pandemia de Covid-19 fue la reducción de la criminalidad. Las restricciones impuestas en EE.UU. en 2020 y 2021 no fueron tan duras como en Europa. Sin embargo, las limitaciones a los movimientos y actividades sí provocaron un bajón de los delitos. Pero la reapertura económica y social ha estado acompañada de un incremento de la criminalidad. El prestigioso estudio de la asociación de fuerzas policiales de setenta ciudades indica que los delitos violentos repuntaron un 4,2% en el primer semestre de 2022 respecto a 2021. El ascenso fue del 12% en robos y 3% en agresiones.
En cambio, retrocedieron los homicidios (2,4%) y las violaciones (5%). Sin embargo, respecto a 2019, los homicidios han aumentado un 50% y las agresiones un 36%. En algunas ciudades la criminalidad se ha desbordado, con ascensos de homicidios del 20% en Atlanta, 40% en Nueva Orleans y alzas más bajas en Baltimore, Dallas, Phoenix y Denver. Hay ciudades en las que alcaldes de izquierdas han permitido el control de algunos barrios por bandas criminales. También toleran la presencia en las calles de los adictos a las drogas e indigentes, que a veces tienen actitudes violentas.
En verano de 2020 varios afroamericanos fueron asesinados por policías violentos e indisciplinados, siendo el homicidio de George Floyd en Minneapolis el más clamoroso. Se multiplicaron los saqueos y disturbios en diversas ciudades. Algunos alcaldes y cargos del ala izquierda del partido Demócrata emprendieron una campaña para recortar e incluso eliminar la financiación para la policía, movimiento llamado “Defund the Police”. Como en otras profesiones, muchos policías se jubilaron a raíz de Covid-19. El vicepresidente de la asociación nacional de jefes de policía, Brian Smith, señala que existe una falta generalizada de policías. En la ciudad de Nueva York hasta mediados de junio se habían jubilado o dimitido 1.596 policías, el mayor éxodo en la historia de la ciudad. Las autoridades ofrecen incentivos para la contratación. Sin embargo, en Dallas carecen 550 policías, en Atlanta 250, en Kansas City 200 y en Portland 100. En algunas de estas poblaciones la criminalidad está descontrolada.
En Minneapolis desde agosto de 2019 los homicidios se elevaron un 166%, las víctimas de tiroteos un 101% y los secuestros de pasajeros en sus vehículos un 519%. La caída en el número de personas que salen a comer a restaurantes y bares en Minneapolis es superior al 50% respecto a 2019, y en Portland y Seattle el retroceso es del 40%. Los medios de comunicación republicanos cogen algunas de estas cifras y describen un país donde la población tiene dificultades para llegar a finales de mes, la violencia y criminalidad se extiende en todas las ciudades y una ola de inmigrantes ilegales puede permanecer en los EE.UU. mientras se procesan sus demandas de asilo. Este panorama no se ajusta a la realidad, que tiene muchos matices, pero el ciudadano medio no tiene tiempo para análisis complicados.
De hecho, la inflación alta en parte puede atribuirse al excesivo consumo de la población. En todos los sondeos, los votantes confían más en los Republicanos que en los Demócratas en la gestión de la economía y la criminalidad. Las encuestas muestran mucho entusiasmo entre las bases del partido Demócrata, pero a menudo cuesta diferenciar entre la población en edad de voto y quienes efectivamente irán a las urnas en un país donde los comicios son en día laborable. La publicación Five Thirty Eight elabora un análisis y media de las encuestas más prestigiosas. Actualmente, muestra una aprobación de Biden media en las encuestas de 41,5% y del 42,8% entre los probables votantes registrados. Se espera que los Demócratas mantengan el control del Senado. Pero la inflación y la criminalidad pueden intensificar las ganancias y la probable mayoría de los Republicanos en la Cámara de Representantes.


