Hace dos años, los latinoamericanos que apoyaron a uno de los dos candidatos principales (Biden y Trump) apostaron por el candidato demócrata con un 63% de los votos, según la empresa de datos Catalist. A pesar de las altas cifras, este porcentaje era un 8% menos de los votos que habían ganado los demócratas el 2016.
“Las elecciones van y vienen, pero hay cosas reales como la necesidad de pagar el alquiler o la compra de alimentos, que se mantienen a lo largo del tiempo”, dice Jessica Altagracia Woolford, una de las representantes latinas que este año no ha podido ser candidata. La dominicana-estadounidense perdió las primarias del partido demócrata el pasado mas de junio como representante del norte del Bronx, que eligió a Jeffrey Dinowitz, un candidato que lleva representando el distrito desde el 1994.
Altagracia explica que la campaña contra Dinowitz “fue muy dura, porque soy madre de una hija de tres años, y realmente es un reto compaginarlo todo; de hecho, el primer día de la campaña mi hija estaba enferma y mientras se lanzaba el espot y la web, la tenía a mi regazo”. Además, explica que su cultura latina la lleva a tener mucha carga familiar en los cuidados.
Lo más importante dice la representante, era “no coger dinero corporativo”. De hecho, el lema de su campaña era “Para el pueblo y mí gente, no las corporaciones”.
El año 2017, la republicana Catherine Cortez Masto fue escogida como la primera latinoamericana en el Senado. En la misma época, la neoyorquina de origen puertorriqueño Alexandra Ocasio-Cortez, vecina de Queens, uno de los cinco distritos de Nueva York, revolucionó lo que se entendía como campaña y esto le ha dado un lugar protagonista no solo en la Cámara de Representantes, sino también en las redes sociales.
La comunidad latina es muy activa en redes y también es una de las más afectadas por la desinformación. Hay muchos que votan por primera vez, porque no habían tenido interés en el pasado, o porque acaban de aconsegir la ciudadanía. Los dos medios en castellano con más audiencia del país, Univisión y Telemundo, tienen secciones específicas de desmontar mentiras, y hace solo unos meses, el medio español Maldita, que también se dedica a la verficación de información, se ha extendido en los Estados Unidos y Latinoamérica.
El impacto del mensaje de las “elecciones robadas” de noviembre del 2020 está todavía presente entre la opinión pública. Esto fue la excusa porque, tal como también está pasando con el aborto, los estados más progresistas hayan hecho leyes facilitando el voto, eliminando, por ejemplo, la necesidad de registrarse con antelación para votar, y por el contrario, los estados menos progresistas, lo hayan puesto cada vez más difícil.
En Texas, por ejemplo, las nuevas leyes de voto son bastante restrictivas. De hecho, se han puesto nuevos requisitos de identificación si se quiere votar por correo, y se limita mucho la capacidad de los funcionarios electorales de dar a los votantes información sobre el voto por correo. De hecho, en las primarias que se celebraron en el mes de marzo, las tasas de papeletas rechazadas por correo aumentaron más de un 1000% respecto a las elecciones generales del 2020.
Kathy Cano-Murillo es una escritora y artista que vive en Arizona y es la tercera generación nacida en los Estados Unidos de una familia venida de México. “Como nuestra cultura está muy subrepresentada, decidí hacer algo al respeto”, explica. El artista ha hecho tazas y carteles para alentar a la gente a votar.
Para Cano-Murillo, “es esencial recordar y asegurar constantemente el importante que es que la gente de la comunidad latina vaya a votar, porque marcará la diferencia y es una manera de contar… Si no votas no te puedes quejar.” Por eso, añade “lo más importante es hacer un plan de cuando y como irás a votar, y hacer presión social a los que te rodean para que también voten”.
Respecto a los inconvenientes que sufren las comunidades latinoamericanas, la artista de Arizona considera que el problema más grave es que mucha gente no confía en el sistema. Por su parte, Altagracia dice que “un error de muchos demócratas es que se presentan a las comunidades latinas tarde y me gustaría ver más compromiso para conseguir cosas como aumentar el registro de votantes y tener conversaciones con la gente sobre donde se encuentran…Nos hace falta escuchar y ser sensibles”.
Una encuesta publicada en agosto, realizada por la empresa de encuestas BSP Research pidió a los latinos que clasificaran los tres temas que los preocupaban más de las elecciones. Para un 46%, la inflación y el coste de la vida era el tema que los despertaba más ansiedad, seguido del crimen y la violencia armada (para un 36%), y de los trabajos y la economía en general, que era el tema más delicado para un 29%.
A la espera de poderse presentar a las próximas primarias, Altagracia ha vuelto a Knightbridge Unidos, una organización de voluntarios que lucha para proveer de alimentos a las families del barrio que no se lo pueden permitir. La dominicana explica que esto ha sido muy importante para ella porque “la comida es la manera como nos comunicamos y expresamos nuestro amor y esto me permite estar en contacto con la gente y ayudar a definir una agenda, entender qué mueve a las personas”. Respeto a si seguirá en el espectro político, lo deja abierto, pero se muestra esperanzada y con ganas de seguir luchando.


