Nacido en Xàtiva en 1942, se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia y ha vivido la mayor parte de su vida en Barcelona. En 2017 se retiró de los escenarios con doce recitales en el Palau de la Música. Ha editado 31 discos de larga duración y 35 CDs. Siempre ha preferido cantar o escribir a las entrevistas. Por eso, le agradecemos especialmente que nos haya concedido ésta.
Estaba acabando la licenciatura de Filosofía y Letras en la Universidad de València cuando el éxito de ‘Al vent’ le cambió la vida…
Fue una canción que hice cuando tenía 19 años, estando en la Universidad. Ligaba mucho con esta canción. Después, en un encuentro que se celebró en Castelló de la Plana, conocí a gente que vino de Barcelona. Yo tenía que haber cantado allí pero no pude porque llegué tarde. Estaban Espinàs, Massip, Espar Ticó, la gente de Edigsa, que aún no se llamaba así… Dijeron que debería grabar un disco con cuatro canciones. Yo tenía tres canciones y tuve que hacer una cuarta.

Muchos veíamos Al vent como una canción de protesta pero no lo era
Era más bien existencial. La primera canción de protesta que hago yo es Diguem no. En marzo de 1963 publicamos Al vent, y en septiembre, Diguem no, que es la primera canción protesta que se hace en España.
Diguem no que se publicó con el título de Ahir
Ahir fue el título de la censura. La censura dijo que Diguem no no estaba bien. Y los de Edigsa pusieron Ahir para que no fuera “Avui“.
La censura era esperpéntica
No tenía un criterio general, dependía mucho del censor. En los pueblos de más de 15.000 o 20.000 habitantes siempre existía una oficina del ministerio de Información y Turismo con un censor. El ministro de Información y Turismo era Manuel Fraga Iribarne. En un pueblo que no recuerdo el nombre me prohibieron cantar Veles e vents, un poema de Ausiàs March del siglo XV, porque el censor no lo entendía y “como no se entiende, hay gato encerrado”. Éste era el criterio. Ahora nos podemos reír pero era muy cabreante. El control era provincial. Tú enviabas las letras y el señor de Información y Turismo de la provincia de Girona tenía un criterio distinto al de la provincia de Barcelona o la que fuera. La misma canción que podías cantar en Blanes no podías cantarla en Malgrat.

Una de las acciones más curiosas de la censura en sus canciones es la de poner un coro que decía “Israel, Israel”, entre estrofa y estrofa, en Cantarem la vida para que no se asociase con Catalunya o España
Fue una idea de los de la discográfica. Me lo colocaron cuando ya la había grabado. “Poned Israel o poned Catarroja, me da igual”, les dije. Había la censura previa. A partir de 1966 que canté en Francia y hacía algunos discos allí, muchos discos entraban por Andorra. Los grababa en la CBS en Francia en la versión original y aquí las mismas canciones iban censuradas. Diguem no, Cantarem la vida, No em mou al crit son algunas de estas.
Ahora censuran letras de raperos o, incluso, los encarcelan. ¿Tiene algo que ver esta censura con la del franquismo?
Tampoco lo entiendo. La censura es una tontería porque o hay libertad de expresión o no hay libertad de expresión. Si tú insultas, el insultado puede llevarte a los tribunales. En una situación normal no debería censurarse absolutamente ningún tipo de expresión pero, como consecuencia y si te sientes ofendido llevas al que lo haya hecho a los tribunales. En un lugar donde hay libertad de expresión, bien que se cagan en la madre que te parió cuando quieren, por ejemplo, y por eso no te llevan a la cárcel. No tiene sentido. Yo creo que no tiene sentido.
La censura es una tontería porque o hay libertad de expresión o no la hay
¿Aunque canten animando a poner bombas o a matar gente?
Da igual. Por la libertad de expresión. Ahora, si has insultado te pueden joder, pero no debes censurarte antes. Éste es mi criterio que, evidentemente, no soy el delegado del gobierno.
En París, en Francia, ha tenido una extraordinaria acogida. ¿Por qué le quieren tanto?
¡Porque soy muy bueno! ¡Sino de qué! (ríe). En Francia, en Burgos y en otras capitales. He cantado en medio mundo. He hecho dos tournées en Japón, he cantado en Estados Unidos varias veces, en Francia a menudo, en Italia algo menos pero también en Alemania, Argentina, México, Canadá, Rusia… He cantado mucho por el mundo y siempre en catalán.

¿Pero no ha notado un cariño especial en Francia?
Sí. Desde la primera vez en el Olimpia, en junio de 1966. El disco del recital en directo fue publicado por la CBS y le dieron un premio en Francia.
Los partidarios de la independencia de Catalunya cantan La gallineta de Lluís Llach
¡Hacen bien!
Y no cantan Diguem no…
Cada uno tiene sus gustos, ¿qué quieres que te diga? Me preguntaron sobre la independencia y dije que no lo veía claro. No existe la “independencia”. El momento actual es interdependiente. Lo que sí existe es la posibilidad de tener un estado propio o no tenerlo.
En 2014, cuando le entregaron el Premi d’Honor de las Letres Catalanes dijo “yo no soy de los míos, cuando los míos quieren que sea como ellos quisieran y no como saben que soy”. Muchos todavía están intentando entenderlo
Está claro. Hay gente que no te conoce personalmente, pero incluso quien te conoce personalmente se hace una idea de ti y piensa que esa idea que se hace de ti eres tú y, en cambio, es la idea que él se ha hecho. Esto que digo me parece que está claro. Una cosa es la idea que tú te haces de una persona y otra es cómo la persona se considera a sí misma. Es lo que planteo. Hay gente que, por ser público, ha hecho de mí un personaje en el que yo no me veo retratado. Lo que quería es distinguir entre lo que uno es y la idea que un cierto sector se hace de ti.
En Madrid ha dado conciertos muy bien acogidos pero también le silbaron por cantar en catalán cuando actuó poco después de morir Franco y también en el 2002 en un acto contra el asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA. ¿Es lo que llaman gajes del oficio?
Yo sabía que me silbarían. Estoy en contra de que la gente mate a la gente. Se había asesinado a una persona. Sea quien sea, yo no estoy a favor de que se mate a las personas porque no piensen como yo. Me invitaron a cantar. Yo podría haber dicho que no, como hizo otra gente que no fue. Yo dije que sí pero sabía a qué me arriesgaba. Hice lo que tenía que hacer y el hecho de que me silbaran retrató a quienes lo hicieron.
A mucha gente de Madrid le gusta Raimon y le quiere, claro
Afortunadamente
Habla de “los míos”. ¿Quiénes son “los suyos” ahora?
Mi esposa y yo. Mis amigos. Los míos son la gente con la que tengo ciertas afinidades, cosas que nos unen, un deseo de hacer ciertas cosas, una idea de vivir, el respeto mutuo… Podría hacer un decálogo de cosas que comparto con “los míos”. Actualmente de “los míos” quedan poquitos, porque haré pronto 82 años y muchos amigos se han ido. He tenido la suerte de tener amistad con gente que tenía ocho o diez años más que yo y la mayoría de éstos se han ido. Hablo de Fuster, de Espriu, de Enric Gispert, de Espar, de gente que se ha ido… Mal si te quedas y mal si te vas. No existe solución.
Los míos son mi mujer y yo, mis amigos, la gente con la que tengo ciertas afinidades, una idea de vivir
Esto a nivel personal, pero ¿a nivel político o ideológico quienes son los “suyos”?
Nunca he formado parte de ningún tipo de organización política. He ido por mi cuenta.
¿No le gusta que le encasillen?
Antes quiero ser yo. He sido muy individualista pero por la colectividad. Joan Fuster, en una de sus frases cortas, decía que “Joan Fuster es la medida de todas las cosas” haciendo cachondeo sobre lo que los griegos decían de que “el hombre es la medida de todas las cosas”. Antes que colectividad soy un individuo. Tienes que dejar claro que no formas parte de ningún rebaño y si formas parte de alguno es porque quieres.
¿En el tema de la independencia de Catalunya cuál es su idea?
No existe la “independencia”. Actualmente todo es interdependiente. Hablando en serio, de crear un estado nuevo, un estado catalán, yo no lo veo pero eso no quiere decir que si la población quiere hacer un estado, democráticamente debería hacerse. Habría que votar y todas estas cosas.

En 2017 sugirió que una buena salida para las tensiones en la relación entre Catalunya y España sería la confederal.
Suiza es una Confederación. La Confederación da a cada federación una cantidad de libertades que no tiene si pertenece a un estado en concreto.
También decía que se perdía demasiado tiempo y energía en este debate en perjuicio de la lucha por una mejora del bienestar social generalizado
Es lo que pienso. ¿Qué haces? ¿Decirme lo que yo he dicho antes? (ríe).
¿Sufre por la democracia ahora que han subido tanto las opciones populistas y de extrema derecha en todo el mundo?
Los países en los que se ha implantado el sistema democrático tienen limitaciones pero es la única democracia política que conocemos. ¡Por supuesto que me preocupa que haya gente que no tenga ni esa posibilidad! Hay que luchar en contra de eso. Es horroroso que no haya ni esa democracia.
¿Cómo se explica el gran apoyo que poseen personajes como Donald Trump, Jair Bolsonaro, Marine Le Pen o Giorgia Meloni?
¿Te acuerdas de Franco? Había mucha gente franquista. Mucha más gente de la que se imaginan. ¿Te acuerdas de las colas ante el féretro del Generalísimo? Eran larguísimas. Después de su muerte salieron varios antifranquistas más. Había muchos franquistas, sino no habría durado tanto el franquismo. Había mucha gente que estaba resignada o ya le parecía bien. Y esto ocurre en muchos países. Hay una gran parte de la población que es como los corderos, los “borreguitos”,… aceptan lo que haya, quien manda y en paz. Desgraciadamente es así.
Había muchos franquistas. Por eso duró tanto el franquismo. Desgraciadamente es así
Suena a pesimista
Pesimista, no. Intento no hacerme ilusiones, aunque sin ilusiones no vives. Pero no me hago la ilusión de que todo el mundo quiere la democracia. Hay gente que piensa que la democracia es una forma de perder el tiempo y que prefiere una dictadura si va a favor de sus intereses.
¿Qué música escucha ahora?
Yo siempre he escuchado mucha música clásica, Mozart, los cuartetos de Beethoven, la música de cámara en general. Tengo discos y me los voy poniendo. También escucho a gente del país y música moderna, clásica y franceses, italianos, americanos. Castellano, francés, inglés y portugués.
¿Está retirado del todo? ¿No compone canciones ni escribe letras o textos?
De escribir escribo muy poco. Pero es que hemos pasado unos años muy feos. Acabé de cantar en público en 2017. En 2018 y 2019 hicimos muchos proyectos con Annalisa que nos echó por tierra la pandemia. Estábamos encerrados en casa. Salías a comprar el periódico y un policía te paraba y te preguntaba dónde ibas. Poco a poco hemos ido rehaciéndonos. Fue una putada. No sé si hubiera sido peor si me hubiera pillado cantando.

¿Si ve una poesía que le gusta no le entran ganas de musicarla?
Acabé de cantar y terminé de pensar en cantar y hacer canciones. Escribo algunas cosas de vez en cuando pero no mucho.
¿Cómo es su día a día?
Me levanto muy temprano, no sé si es por la edad. A las 7 de la mañana ya llevo una hora despierto. Hago mis lecturas y estamos pasando al ordenador una cantidad de cosas que he escrito a lo largo del tiempo. Quizá hagamos un libro.
¿Le motivan cuestiones especiales, sigue la política?
Leo el periódico, sigo las noticias, discutimos con los amigos… Lo vivo a veces contento y a veces cabreado. ¡Cómo es posible que la caguen tan a menudo!
Tenemos una guerra aquí al lado, en Ucrania
Esta guerra es la típica guerra de la OTAN contra Rusia. La han colocado para joder a los rusos y lo están consiguiendo.
¿Y no siente la necesidad de hacer una canción contra esta guerra?
No, no siento esa necesidad.
Añora algo de lo que ha vivido, de lo que ha dejado atrás?
Añoro muchísimas cosas, la gente que no está, mi madre, hermanos, amigos,… Los años, como dicen en italiano, mal si los haces y mal si no los haces. La añoranza existe.
¿Hay algún momento de su trayectoria personal y profesional, algún concierto que recuerde especialmente?
Ha habido varios momentos en los que se ha sufrido mucho: cuando cantamos en el Price, el encierro en Montserrat, a resultas del cual prohibieron durante un montón de tiempo que pudiera cantar, uno en un entoldado de las fiestas de Gràcia, donde hubo tiros fuera. Unos chicos repartían panfletos en la entrada y la policía disparó al aire. Oí los disparos y seguí cantando como si no pasara nada porque había unas dos mil personas dentro del entoldado y podía haber sido un desastre. Fueron momentos muy tensos.
¿Y el momento más bonito?He tenido momentos muy bonitos. Los doce recitales de despedida en el Palau de la Música fueron muy bonitos, el público entregado, muy bien. Me ha gustado sentirme útil. He cantado gratis por una razón u otra, para gente que estaba en prisión, para ayudar a una editorial,… Esto estoy contento de haberlo hecho. Y volvería a hacerlo.

De los muchos premios que ha recibido, ¿cuáles le han satisfecho más?
El de les Letres Catalanes, el de Smithsonian, el de la Académie du Disque français… Hay un montón
¿A qué le dice NO hoy?
En Diguem no está todo dicho. La lista puede ser más larga ahora. Diguem no lo resume bien. Aquella canción la hice y sigo ‘diciendo no’ a esas cosas.
(Letra de Diguem no:
Ara que som junts
Diré el que tu i jo sabem
I que sovint oblidem
Hem vist la por
Ser llei per a tots
Hem vist la sang
Que sols fa sang
Ser llei del món
No
Jo dic no
Diguem que no
Nosaltres no som d’eixe món
Hem vist la fam
Ser pa
Dels treballadors
Hem vist tancats
A la presó
Homes plens de raó
No
Jo dic no
Diguem no
Nosaltres no som d’eixe món
No
Diguem no
Nosaltres no som d’eixe món)


