La inauguración de las tres líneas del Trambaix y la primera del Trambesòs en 2004 ya evidenciaba un debate que diecinueve años después todavía está abierto en Barcelona, ​​pero se ha convertido en una reivindicación metropolitana: conectar las dos líneas del tranvía que quedan separadas por cuatro kilómetros por la Diagonal. Mientras que el Trambaix une las poblaciones de Hospitalet, Esplugues, Cornellà, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern y Sant Feliu del Llobregat, la conexión con el Trambesòs las uniría con Badalona y Sant Adrià del Besòs por el centro de Barcelona.

La consulta de 2010

En 2005 el consejero de la Generalidad de Política Territorial y Obras Públicas, el socialista Joaquim Nadal ya planteaba el estudio para conectar las dos líneas del tranvía con el objetivo de doblar el número de pasajeros, aunque ni el alcalde Joan Clos ni el consejero de Movilidad y Seguridad, Jordi Hereu lo consideró una prioridad. Sin embargo, cuando Hereu sustituyó a Clos a la alcaldía en 2006, los socialistas plantearon una consulta popular para decidir el futuro de la Diagonal. El referéndum se planteó en el 2010 con una mínima participación del 12,17% donde ocho de cada diez votó no tocar la avenida, descartando un bulevar, opción preferida del consistorio o una rambla en la avenida. Con una victoria de Xavier Trias (CiU) en las elecciones del 2011 el proyecto de unificación del Tram quedó descartado, con obras de amplios bulevares entre Francesc Macià y el Cinc D’Oros que dificultaban, aún más, una futura conexión.

Con un nuevo cambio en la Plaza Sant Jaume en el 2015 que dejó la alcaldía en manos de Ada Colau el proyecto salió del cajón. Los estudios preliminares se llevaron a cabo en el primer mandato y el inicio de las obras entre Glòries y Verdaguer a finales del segundo, con la intención de terminarlas a finales de 2023 e inaugurar el nuevo trayecto en 2024.

Una reivindicación metropolitana

Aunque el debate sobre la conexión del tranvía a Barcelona siempre ha estado abierto, los municipios del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) tienen claro el apoyo al proyecto. Las distintas ciudades que se verían beneficiadas por la unificación se han ido posicionando a favor. La Generalitat y la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) también lo apoyan y desde el organismo metropolitano se presentó en junio de 2017 el estudio informativo que dejaba claro que la mejor conexión era por la Diagonal. Ya antes del estudio desde L’Hospitalet en 2015 hasta Sant Adrià, que fue el último en 2017 lo apoyaron, excepto Cornellà que no se pronunció. “Todas las autoridades del transporte de Cataluña lo apoyan: la ATM, la Generalitat, el área metropolitana, el Ayuntamiento de Barcelona y las ciudades de alrededor están a favor y las encuestas afirman que hay un gran consenso favorable” , afirma Pau Noy, presidente de la Fundación Movilidad Sostenible y Segura. Pero las reivindicaciones para ampliar el trazado del tranvía también llegan a ciudades como Molins de Rei. En mayo del año pasado, desde la plataforma ‘Queremos el Trambaix al Pla’ se convocó una caminata reivindicativa desde Sant Feliu para reproducir el hipotético trazado de tres kilómetros y las estaciones que debería hacer hasta llegar al municipio y conectar con la estación de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) de Quatre Camins. De hecho, según el último Plan de Infraestructuras de la Generalitat  el tranvía llegará a Molins de Rei en 2028, una ampliación que mejoraría la movilidad de la sexta área metropolitana más poblada de Europa. El presidente de la Fundación Movilidad Sostenible y Segura va más allá y asegura que veremos cómo “el tranvía llega, por un lado, hasta Sant Vicenç dels Horts y por el otro hasta Montgat”.

Con todo a favor, en el 2021 la Generalitat ya destinó la primera partida para la conexión del tranvía con 37,6 millones de euros que permitirán alargar el Trambesòs desde Glòries hasta Verdaguer con la incorporación de tres nuevas paradas (Verdaguer, Sicilia y Monumental). La inversión del Ejecutivo catalán servirá para poner la infraestructura (vías y catenaria enterrada) de la primera fase. El Ayuntamiento deberá encargarse de urbanizar la avenida por un valor de 34,8 millones de euros y la transformación de la plaza de Glòries (21,4 millones) donde se establecerá un intercambiador del tranvía, metro y bus en frente del Museo del Diseño. El Govern prevé una inversión de 61 millones de euros, ya que también tendrá que comprar convoyes y adaptar la flota actual a una catenaria enterrada. Barcelona será la primera ciudad española en implementar una red de tranvía con el sistema ACT (alimentación continua por tierra) y lo hará con tres tranvías fabricados por Alstom, empresa que dispone de una planta en Santa Perpètua de Mogoda, a 22 kilómetros de Barcelona .

Con el pistoletazo de salida a las obras el 7 de marzo de 2022 el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès y la alcaldesa Ada Colau celebraban que la iniciativa permitirá una movilidad más “sostenible y descarbonizada”, además de promover la “igualdad de oportunidades” gracias a la conexión del AMB. La unión “hace llegar oportunidades para borrar las fronteras en términos de desigualdad social”, afirmaba el dirigente de ERC, que agradece a los colectivos sociales que han pedido la interconexión. El Tram mueve a 100.000 personas cada día, un total de treinta millones en el 2019, “la única gran barrera era la falta de conexión: falta el tramo central de la Diagonal. Cuando lo tengamos, nos ahorraremos la entrada de 12.000 vehículos diarios en Barcelona y conectaremos nueve ciudades del AMB. Captaremos a 220.000 usuarios al día”, afirmaba Colau. De hecho, los análisis demuestran que el número de pasajeros actuales del Trambesòs aumentarán en un 58% (19.000 viajes adicionales en un día laborable), aunque según Noy “el tráfico se ha reducido en Barcelona porque se cobra por aparcar o por los ejes verdes. La gente no deja de utilizar el coche para que tenga alternativas de transporte público sino porque se lo pones difícil”, afirma.

Plano del TRAM de Barcelona | (CC BY-SA 2.0)

¿Un debate cerrado en Barcelona?

Pero la conexión del Trambaix y el Trambesòs nunca ha generado unanimidad entre los partidos que conforman el hemiciclo de Barcelona y con las elecciones a dos días la finalización del proyecto no está garantizada. Mientras Colau reivindica el Tram como ejemplo de “movilidad sostenible” con el objetivo de descarbonizar el transporte de la ciudad, Trias se opone. El exalcalde y candidato de Junts reniega de unir las dos líneas del tranvía aunque queden 2.000 metros para conectar nueve ciudades del AMB. Trias afirma que ya existen autobuses que realizan el trayecto que se plantea y asegura que la ciudad tiene otros retos más importantes. “No pienso seguir. Esto se quedará en Verdaguer”, afirmaba el pasado mes de marzo. Pero, ante el creciente apoyo, si Trias se convierte en el próximo alcalde, se abre a una posible consulta ciudadana sobre si debe culminarse el proyecto. Sin embargo, insiste en que no es partidario de la obra y que el coste “lo necesitamos para otras cosas”. Ante una eventual consulta, las ciudades metropolitanas reclaman un papel activo en la decisión del futuro del proyecto. Filo Cañete, alcaldesa de Sant Adrià del Besòs y defensora de la conexión del tranvía afirmaba en una entrevista a EFE que se trata de una “infraestructura que tiene una connotación no sólo por Barcelona sino también para el AMB” y en caso de hacerse una consulta como pide Trias “tendría que hacerse en el conjunto del área metropolitana”. En la misma línea, Ricard Gomà, investigador en el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona y exteniente de alcalde de Acción Social y Ciudadanía en el Ayuntamiento de Barcelona afirma que “más de la mitad de la población de área metropolitana trabaja en un municipio diferente a la que vive”. Por tanto, añade que “los problemas de movilidad de Barcelona no se solucionan en clave de Barcelona, ​​sino en clave metropolitana. El debate sobre si es necesario conectar el tranvía no es un debate sólo de Barcelona y la ciudad no puede boicotear una estructura metropolitana de transporte. El tranvía sirve para que se pueda ir desde Molins de Rei hasta Barcelona, ​​pero también hasta el Maresme”.

Los otros dos candidatos a hacerse con la alcaldía son Collboni del PSC y Ada Colau de Barcelona en Comú. Mientras el socialista cree que es necesario posponer la conexión, la todavía alcaldesa se ha comprometido a completar la unión del tranvía en los próximos cuatro años de mandato si gana las elecciones. Pero al margen de las promesas electorales de los candidatos a la alcaldía, el compromiso de la Generalitat con la conexión del tranvía es firme y pretende acabarla gobierne quien gobierne en Barcelona. El consejero de Territorio de la Generalitat, Juli Fernàndez aseguraba el pasado mes de marzo que el Govern está “del todo comprometido” a finalizar la unión prevista. “Esta obra continuará en los próximos años y pasaremos de 100.000 usuarios a 220.000, o lo que es lo mismo: llegaremos a los 65 millones de viajes anuales, lo que convierte esta infraestructura en un elemento transformador para la movilidad de Barcelona”, decía Fernàndez. Según Noy, “en enero inauguraremos el Tram hasta Verdaguer y en el próximo mandato se acabará la conexión”. De hecho, ambas administraciones afirman que han dejado encauzada la finalización del proyecto para que el próximo mandatario de la ciudad sólo tenga que sacar a concurso las obras. Solo faltará convicción y perspectiva metropolitana.

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