Si, como algunas encuestas pronostican y algunos analistas políticos predicen, después de las elecciones del 23-J VOX entra en un gobierno de coalición con el Partido Popular, las perspectivas para la sanidad pública son muy pesimistas. La aplicación del programa de VOX para la sanidad, todo o en parte, supondría un grave retroceso.

La política recentralizadora, en la que coincide con el PP, con la recuperación por el gobierno central de competencias transferidas a las comunidades autónomas (“regiones”, según el programa del partido), será el fin de un Sistema Nacional de Salud de corte federal que se ha ido construyendo desde su creación, en 1986 (“sistema único”). Cabe recordar que las comunidades autónomas están en el Consejo Interterritorial del SNS (órgano de gobierno del sistema) con competencias propias en materia de salud que les otorgan sus respectivos estatutos de autonomía y no con competencias delegadas del Ministerio de Sanidad.

Bajo un pretendido impulso de una legislación sanitaria respetuosa con el derecho a la vida y a la integridad física y moral, VOX plantea la derogación de leyes orgánicas tan primordiales como la de salud sexual y reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo y la ley reguladora de la eutanasia, que han recibido hace poco el aval del Tribunal Constitucional que, por cierto, VOX también plantea suprimir. Estas derogaciones supondrían la eliminación del derecho fundamental de la mujer mayor de 16 años a decidir libremente sobre la continuación del embarazo dentro de las primeras catorce semanas de gestación, en el primer caso, y del derecho fundamental de todos los ciudadanos a la autodeterminación sobre la propia muerte decidiendo el momento y la forma de morir en situaciones médicamente contrastadas, en el segundo supuesto. Cabe decir que el Partido Popular, socio principal en este hipotético gobierno de coalición de la derecha con la ultraderecha lleva en su programa la modificación de ambas leyes.

En cuanto a la atención a los inmigrantes sin papeles, el programa de VOX la limita a los casos de urgencia vital y enfermedades infecto-contagiosas. A día de hoy, los extranjeros que se encuentran en España y están inscritos en el padrón municipal de donde residen, tienen derecho a la asistencia sanitaria en las mismas condiciones que los españoles. Además, los extranjeros transeúntes tienen derecho a la asistencia pública de urgencia por enfermedad grave o accidente. Si son menores de edad tienen derecho a toda la asistencia sanitaria como si fueran españoles. Dentro del actual marco legal, las mujeres embarazadas tienen derecho a ser asistidas durante el embarazo, parto y posparto. Es evidente la regresión que supone la propuesta de VOX, no hacen falta comentarios.

Por último y no menos grave, está el negacionismo del cambio climático que tanto afecta a la salud de los ciudadanos por las oleadas de calor que provoca, generando golpes de calor con consecuencias potencialmente muy graves y por la exacerbación de enfermedades crónicas. La propuesta de este partido es la derogación de la Ley del Cambio Climático, que tiene por objeto el cumplimiento de los Acuerdos de París. Éstos fueron la respuesta de la comunidad internacional a esta amenaza, porque esta ley impide la explotación de los recursos naturales de nuestro país.

El panorama para la sanidad pública no puede ser más indeseable. Si Orwell, autor de 1984 (una de las obras más icónicas del siglo XX; una novela de distopía que transcurre en un país dominado por un gobierno totalitario y opresivo), se levantara de su tumba al comprobar que el futuro imaginado por él habría dejado de ser ciencia ficción para convertirse en realidad es indudable que, sin pensárselo dos veces, volvería a ella.

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