Cuando en la contraportada de una obra aparecen frases destacadas firmadas por alguien de renombre, se entiende que es un recurso más de comunicación para poner en valor la calidad de la obra en cuestión. Cuando la frase es la siguiente: «Sí, vale, el chaval tiene su estilo personal, pero no se puede negar que tiene golpes buenos. ¡No me había reído tanto desde que desintegré a Sodoma y Gomorra!», y está firmada nada más y nada menos que por Dios, tenemos una idea muy clara de lo que vamos a encontrar dentro… si confiamos en Dios, claro.
El sello DQ Cómics edita el cómic ¡Santo Súbito! (2023), con guion de Manel Fontdevila y dibujo de Alfons López, publicado originalmente por entregas en la mítica revista Fluide Glacial (1975-) en Francia, entre los años 1993 y 1998. La edición actual se distingue de la original (en blanco y negro puro) por el uso de un bitono que dota de profundidad y textura a las viñetas. Además, el dibujante ha realizado expresamente diferentes ilustraciones que forman la portada y las entradillas de cada uno de los tres capítulos en las que se ha dividido la recopilación. Los aficionados a la historieta sabrán reconocer en estas ilustraciones el homenaje que López rinde a personajes tan populares como El Príncipe Valiente o el elenco de las aventuras de El Capitán Trueno, creados de la imaginación de Víctor Mora y el arte de Ambrós, y del que el mismo López llegó a dibujar una de sus aventuras.
Este fugaz homenaje está en consonancia con la época en la que se sitúan las aventuras narradas en el cómic que ahora se publica: «La Edad Media. Un momento espléndido, repleto de masacres y plagas, donde la competencia por alcanzar la santidad o, en su defecto, perder alguna parte esencial de la anatomía, es feroz. Y allí está Apapucio”, como aparece, de nuevo, en los destacados de la contra. Apapucio es el protagonista absoluto de las historietas de cuatro páginas publicadas originalmente a lo largo de un lustro con una periodicidad casi mensual (no se publicó de forma continuada en todos los números de la revista de ese período), y que ahora, recopiladas en una única obra, se distingue perfectamente el orden cronológico de las historias y la evolución del personaje, desde su nacimiento hasta su destino final que, afortunadamente, da sentido a la obra con un final cerrado.
La expresión de fortuna se refiere al hecho de que este final fue en realidad fortuito, puesto que coincidió con un cambio en la dirección de la revista. El nuevo gestor decidió dejar de publicar estas aventuras, que en su publicación original se titulaba Un vie de Saint [Una vida de santo], cerrando el círculo, puesto que la aceptación de la publicación cinco años antes había coincidido también con un cambio de orientación de otro nuevo equipo directivo. La sensación que transmiten dichas decisiones es que no parece que sean por criterios artísticos o por la opinión de los lectores. O quizás sí, resulta a veces difícil de justificar. Incluso se llegó a publicar en francés en 1996 una recopilación parcial de las historietas (aún continuaría dos años más publicándose en la revista las tribulaciones del joven), con la icónica portada de la presente edición. En el prólogo, firmado por el periodista y guionista Xavier Roca, reitera la opinión de que es incomprensible que este trabajo haya permanecido inédito en castellano hasta ahora.
El nombre de San Apapucio ha trascendido a la cultura popular en frases vulgares de las que se desconoce el origen, y que suponemos que tiene que ver con la sonoridad del nombre y su proximidad a una parte de la anatomía masculina. En ¡Santo Súbito!, Apapucio es un joven que se autoproclama santo y espera que se produzca un reconocimiento oficial, para lo que deberá conseguirlo a partir de su comportamiento ejemplar y las buenas acciones o milagros asociados. El estilo caricaturesco de López y el texto satírico de Fontdevila contribuyen a construir un relato corto (de solo cuatro páginas), compuesto de presentación, desarrollo y desenlace a modo de gag final, normalmente consecuencia de lo acontecido con anterioridad, todo ello desarrollado con un ritmo frenético y conciso al servicio de la historia, de una concepción próxima al vodevil.
Manel Fontdevila (Manresa, 1965), ya tenía varios años de experiencia cuando Alfons López le propuso trabajar conjuntamente como guionista para el mercado francés. Dos años después de empezar a publicar en Fluide Glacial, en 1995 empezó a colaborar en la revista El Jueves, en la que desarrollaría dos sagas exitosas como son La parejita y Para ti que eres joven, en este caso creado a cuatro manos con Albert Monteys, y de las que se pueden encontrar continuas reediciones de estas. En 2014 se desvinculó de El Jueves, junto a otros autores, al proponer la dirección de la revista una autocensura implícita, en ese caso relacionado con lo que podría considerarse evitar que se publicasen posibles injurias a la Corona, en otro particular conflicto sobre los límites del humor o sobre los privilegios de la monarquía (depende de cómo se mire y cuáles sean los valores que proceses). Es autor de una viñeta de opinión en el periódico Público entre 2007 y 2012 y, desde ese año, publicándola en el digital eldiario.es.
Saber de la habilidad como dibujante de Fontdevila es importante para disfrutar de uno de los aciertos de la edición de DQComics al incorporar como extra uno de los guiones entregados a su pareja creativa. La peculiaridad es que el guion tiene forma de dibujo, un esbozo rápido con la composición de la página, el diseño y encuadre de la viñeta y la posición y texto de los bocadillos de las viñetas. López aprovecha esa frescura y singularidad del guion dibujado para dotar de dinamismo y de una gran expresividad a los personajes, humanos o animales, celestiales o diabólicos.
Alfons López (Lleida, 1950) ha desarrollado su carrera profesional como periodista y dibujante, además de editor en destacadas ocasiones. Con sus viñetas de opinión ha colaborado en diferentes medios, mientras que como dibujante ha publicado historias de aventuras o de humor, sobresaliendo, especialmente, las novelas gráficas de carácter social y político. Precisamente, uno de sus últimos trabajos ha sido Ocho horas. El noi del sucre y la huelga de La Canadiense (8 hores. El noi del sucre i la vaga de La Canadenca, 2021), con guion de Pepe Gálvez, publicado en catalán por Pagès Editors y, un año después, en castellano por La Oveja Roja.
Alfons López se ha caracterizado a lo largo de su trayectoria por su contribución a dignificar, promover y divulgar el sector del cómic desde diferentes ámbitos, prueba de ello es su colaboración con diferentes entidades museísticas con la idea de facilitar el estudio y la conservación de su obra (y, en concreto, de los originales íntegros de las novelas gráficas y trabajos en prensa) en entidades como el Museu d’Art Modern i Contemporani de Lleida, la Biblioteca de Catalunya o el Instituto Quevedo de las Artes del Humor de la Fundación General de la Universidad de Alcalá. En 2022, realizó una donación significativa de originales y documentación asociada a su obra al Arxiu Municipal de l’Ajuntament de Lleida, que permite preservar su legado, mostrando su evolución como artista y facilitando el análisis y divulgación de su trabajo.
El humor sacrílego desplegado en ¡Santo Súbito! no resulta blasfemo por la ingenuidad de los personajes y, también, por inspirarse en situaciones verosímiles en ocasiones y, en otras, sacando provecho de toda la fantasía de la religión en general, y de la católica en particular. La sátira asociada a la religión ha tenido históricamente problemas con los feligreses correspondientes. En Francia, la historia reciente en ese sentido ha sido motivo de atentados terroristas terribles. Sin llegar a este extremo, hay que recordar que Manel Fontdevila fue procesado en 2007 por la Audiencia Nacional, junto al dibujante Guillermo Torres, por una portada alusiva a la Casa Real. ¡Santo Súbito! sirve, de nuevo, para reflexionar sobre los límites del humor, contextualizando la publicación a la segunda mitad de la década de los noventa y en Francia. Por diferentes motivos, no se llegó a publicar en España en ese momento, así que ahora tenemos una oportunidad que no podemos perder.