En sólo tres o cuatro meses, da un giro a tu carrera profesional y haz puntos para que el sector tech te contrate. Éste fue el motivo que llevó a Blanca y a David a inscribirse en un bootcamp para aprender diseño UX/UI —diseño de la experiencia del usuario y de la interfaz de un producto digital. Pero también podríamos estar hablando de los cursos para aprender programación, análisis de datos o digital product management (gestión de productos digitales).

Barcelona encabeza la clasificación de bootcamps en España. El 40% de los centros que ofrecen esta formación están en la Ciudad Condal, según datos del informe Digital Talent Overview (DTO) de 2021. El 82,35% se constituyeron entre 2016 y 2020, cuando se llegó a las 17 escuelas de un total de 35 centros de bootcamps en todo el Estado español, con una oferta de cursos que pueden alcanzar los 8.000 euros de coste. Actualmente, un estudio de Barcelona Global contabiliza más de 40 escuelas en la ciudad.

Tanto Blanca como David trabajan en el sector tecnológico y/o de las comunicaciones, una en Barcelona y otro en Berlín. Pese a que ambos ya partían de cierta trayectoria educativa relacionada con la comunicación digital, también pasaron dificultades a la hora de encontrar trabajo. A pesar de los casos de éxito y de la persistencia en encontrar personal calificado en el sector, tanto alumnos que han cursado bootcamps como expertos en el mercado tecnológico y sindicalistas del sector, advierten que los conocimientos adquiridos en estos cursos son bastante limitados, y que no siempre logran abrirse las puertas del mercado laboral tan fácilmente.

Cada vez existen más señales que apuntan a una posible saturación de la oferta de este tipo de formación en un momento de disrupción e incertidumbre creciente en el ámbito tecnológico, con la aparición de la inteligencia artificial (IA) generativa. Por eso, algunas voces pronostican cambios inevitables en el mercado. Por otra parte, cada vez más iniciativas públicas y privadas tratan de realizar bootcamps digitales económicamente más accesibles, así como más inclusivos para mujeres, personas trans y no binarias en un sector todavía muy masculinizado.

Formar talento digital en poco tiempo

Los bootcamps, una opción de formación intensiva en disciplinas tecnológicas inspirada en la formación militar, se iniciaron hace 15 años en Estados Unidos y llegaron a España en el 2013. Una traducción posible del término podría ser “campamentos de arranque”. “Significa una formación muy intensiva, muy práctica y en poco tiempo. Por ejemplo, nosotros formamos a una persona con un background básico en nueve semanas, para que en estas nueve semanas esté preparada para trabajar en una empresa tecnológica”, explica Gaizka Canellas, informático especializado en formación avanzada y técnico de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en la escuela Ironhack, la primera que ofreció este tipo de cursos en el Estado español.

Esta formación exprés surgió como respuesta a una demanda creciente de perfiles técnicos en las big tech de Silicon Valley (San Francisco, Estados Unidos) y se extendió por todo el mundo. Katrina Walker, fundadora de la escuela de código CodeOp, la primera academia dedicada a mujeres, personas trans y no binarias de España, resalta la revolución que supuso esta nueva forma de enseñar: “En el 2010 todo el mundo pensaba que sólo había una forma de empezar a trabajar como desarrollador en tecnología: con un título de ingeniería informática. De repente, había empresas privadas que sacaban formaciones con las que podías pagar una educación de tres meses y después empezar a trabajar en tecnología. Esto cambiaba las reglas del juego”.

A pesar del auge de este tipo de educación, los bootcamps de programación representan un 10,8% de las formaciones de desarrolladores web a nivel mundial, según datos de la encuesta Stack Overflow Developer Survey del año 2022. Àlex Samaranch, referente sectorial de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y de las consultoras tecnológicas de Comisiones Obreras (CCOO), destaca que en el sindicato no han visto demasiados perfiles que estén trabajando en el sector sólo con un bootcamp. Sin embargo, reconoce que “es difícil saber exactamente cómo se está moviendo el sector, ya que las relaciones laborales son muy individualizadas: el volumen de afiliación es bastante bajo en relación a otros ámbitos y hay muchas empresas que no tienen representación sindical ni comités de empresa”.

Mucha práctica, pero poco tiempo para consolidar conocimientos

un noi davant d'un ordinador

Las escuelas que imparten estas formaciones argumentan que disponen “de más de una década de estadísticas que demuestran los resultados de las academias de código”, manifiesta Walker. Esteve Almirall, doctor en ciencias de la administración por ESADE y máster en investigación sobre inteligencia artificial por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), también destaca que “la dificultad para aprender analítica de datos ha descendido tremendamente. Mientras antes se tardaba uno o dos años en enseñar Java, ahora con Python y la asistencia virtual se ha descendido a unos tres meses”. Sin embargo, alerta de que “nos venden estas cosas como si fueran extraordinariamente sencillas, y aunque no son muy complicadas, no es como ver una serie de Netflix: tienes que esforzarte“.

Ahora bien, la rapidez de estos cursos también tiene sus inconvenientes: David y Blanca destacan que a veces no tenían tiempo de asimilar los contenidos correctamente, iban muy justos a la hora de terminar los proyectos y habrían agradecido más atención por parte del profesorado. Para el representante de CCOO, Àlex Samaranch, estos bootcamps “recuerdan a las antiguas academias de programación, que ofrecían resultados, pero limitados”. Considera que “con los bootcamps ha habido mucho marketing en un contexto de paro muy alto, de pandemia y de subida del teletrabajo. Han puesto unas expectativas muy altas”. Por este motivo, cree que “es importante garantizar más transparencia y honradez sobre qué tipo de trabajo encontrarán los alumnos una vez terminados los cursos, dejando claro que el mercado es cada vez más exigente”.

Mucha contratación, cada vez más exigente

En Barcelona, ​​actualmente una de cada cuatro ofertas laborales es ya del ámbito digital. La demanda de profesionales digitales se ha más que doblado en los últimos cinco años, y ha pasado de 15.856 ofertas de trabajo anuales a 33.624, según el informe Digital Talent Overview 2023. No sorprende que en este período de tiempo la oferta educativa de formación intensiva en perfiles digitales también haya experimentado un notable crecimiento, con cursos tanto presenciales como híbridos (la gran mayoría) o 100% online, así como en formatos a tiempo completo o parcial, y la mayoría impartidos en inglés y/o castellano.

La mitad de la oferta de cursos tiene una duración inferior a los tres meses, y el 62% dura menos de seis, según el informe Talento y bootcamps, elaborado por Mobile World Capital Barcelona con el apoyo del Departamento de Políticas Digitales de la Generalitat 2021. El desarrollo web es la disciplina más presente en el mercado, ofrecida por el 89% de los centros. Le siguen la ciencia de datos y el aprendizaje automático –machine learning en inglés- (50%) y el diseño de experiencia e interfaz de usuario –conocida como UX/UI– (32%). Java Script (86%), HTML (79%) y Python (57%) son los lenguajes de programación que más se enseñan. A nivel de inserción laboral, según este estudio, el 55% de los graduados encontró trabajo a los tres meses, cifra que subió hasta el 77% de empleabilidad a los seis meses. Startups, consultoras y grandes empresas con el foco en las tecnologías de la información son los principales reclutadores.

Dos años después de la publicación de este informe, las escuelas y expertos contactados no han podido dar datos actualizados, pero las academias aseguran que los porcentajes de inserción laboral se mantienen similares. Destacan que, aunque sigue existiendo una fuerte demanda de perfiles profesionales en el sector tech, ahora es más exigente que hace dos o tres años y, por tanto, los perfiles junior con formación básica lo tienen más complicado, sobre todo con el desarrollo de herramientas de programación asistidas por inteligencia artificial. En este contexto, las propias escuelas y voces sindicales reconocen que a la hora de contratar a las empresas también se fijan en la trayectoria académica y profesional de los candidatos, más allá de la técnica.

El hype ya ha pasado“, sentencia el profesor Esteve Almirall. “Estas cifras estratosféricas de inserción laboral existían, pero vino la crisis de las GAFAM [Google (Alfabeto), Apple, Facebook (Meta)], Amazon y Microsoft) y la situación cambió. Ya no estamos donde estábamos. Ni de lejos”, sigue. “La parte más afectada [por estos cambios] es la parte de debajo de la pirámide laboral y formativa”, añade el profesor, mientras reconoce que incluso la empleabilidad de los másteres en analítica empresarial de ESADE es más complicada: “Este año ninguna consultora tecnológica ha contratado”.

En este sentido, Samaranch, de CCOO, destaca que el mercado laboral del sector digital y tecnológico en Barcelona “es bastante dual: existen tecnologías y perfiles emergentes muy demandados que proporcionan condiciones muy buenas a las personas con esta formación, mientras que las tecnologías algo más obsoletas o menos demandadas pueden llegar a estar a nivel de convenio pelado, y a menudo en situación bastante precaria”. De hecho, según el citado Digital talent overview de 2023, Barcelona se posiciona como la 16ª ciudad en sueldos de profesionales digitales en Europa, por lo que muchas empresas apuestan por la capital catalana por desarrollar los proyectos de investigación con mano de obra barata, considera Esteve Almirall.

Formación para todos los bolsillos

classe en un bootcamp

Las personas entrevistadas para este reportaje destacan la diversidad de los alumnos y compañeros de clase: tanto perfiles que ya habían estudiado o trabajado algo relacionado con el sector, como el caso de David y Blanca, gente con estudios universitarios de cualquier sector, así como personas sin estudios superiores previos que vienen de trabajar en sectores como la hostelería. Incluso perfiles muy jóvenes recién salidos del instituto. Sin embargo, alrededor del 80% de los alumnos de los bootcamps tienen más de 25 años, y el 25% son mayores de 35, según el informe Talento y bootcamps. Un hecho que se explica por la voluntad de cambio de carrera, de reciclaje o de especialización (a menudo llamados reskilling y upskilling).

Sin embargo, una de las barreras más importantes para acceder a estos cursos es la financiera: pueden llegar a costar 8.000 euros. “La mayoría de mujeres con las que hablamos, en torno a los 30 años, no pueden empezar un grado de cuatro años en la universidad para estudiar informática. Así que los bootcamps se convierten en un método muy eficiente para realizar esta transición hacia la tecnología, el apoyo de arranque. Pero la mayor barrera para acceder al mundo tech es financiera” explica Katrina Walker.

Por eso han surgido iniciativas tanto privadas como públicas y del tercer sector para financiar total o parcialmente estas formaciones. Academias como CodeOp e Ironhack llevan ya un par de años trabajando con el Servei d’Ocupació de Catalunya y el Consorci per a la Formació Contínua de Catalunya, en algunos casos ofreciendo plazas 100% subvencionadas. Asimismo, han empezado a aparecer otras propuestas total o parcialmente públicas de formación digital intensiva, como el campus 42Barcelona, ​​impulsado por la Fundación Telefónica, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona; Factoria F5, una red de escuelas digitales que ofrecen cursos de programación gratuitos para personas en riesgo de exclusión social; la IT Academy del Ayuntamiento de Barcelona o el proyecto Migracode, destinado a enseñar a programar de forma gratuita a personas migradas y refugiadas, impulsado por la oenegé Open Cultural Center (OCC).

Bootcamps para combatir la brecha de género

De forma similar, en los últimos cinco años han surgido distintas iniciativas que pretenden luchar contra la brecha de género en el sector tecnológico a través de la formación intensiva en Barcelona. Algunos ejemplos son CodeWomen, proyecto de formación y contactos laborales también promovido por OCC, el programa formativo para mujeres ofrecido por Factoria F5 dentro de la iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona Bcn Fem Tech, y escuelas como CodeOp, Allwomentech y Adalab.

“Es muy importante que las mujeres, las personas trans y las personas no binarias sepan que ésta es una carrera viable para ellas”, resalta Katrina Walker, directora ejecutiva de CodeOp. Según el Digital talent overview 2023, Barcelona se encuentra entre las ciudades con más mujeres en el sector digital, con un 28,7% de trabajadoras (un crecimiento del 6,7% en los últimos cinco años), pero por detrás de Sevilla, Bilbao, Londres o Madrid, que sobrepasan el 30% de mujeres en este ámbito profesional.

En la capital catalana destaca la presencia femenina en los campos del marketing digital (46%) y del diseño de experiencia e interfaz de usuario (43%), sectores que suelen atraer a más mujeres. La brecha de género persiste en el ámbito digital. Henriette Hettinga, cofundadora de CodeWomen, lo explica: “La cultura de trabajo masculina y las actitudes sexistas en el sector también representan factores disuasorios para que más mujeres entren a trabajar en empresas digitales y tecnológicas”. Según el informe The state of gender equity in tech 2023, publicado por Lisbon Web Summit, más del 53% de las mujeres entrevistadas habían sufrido sexismo en el trabajo en los últimos 12 meses.

Laura Fernández, presidenta de la academia online para mujeres Allwomentech, destaca que el volumen de dedicación es otra barrera, “ya ​​que las mujeres no se priorizan tanto como los hombres, y con frecuencia no dejan otras tareas del día a día para centrarse en un bootcamp intensivo”. “Por eso, priorizamos cargas de trabajo flexibles y cursos a tiempo parciales”, precisa. Y más allá, Walker argumenta que ser una escuela de código sólo para mujeres, trans y personas no binarias también comporta otros beneficios: “Las empresas vienen a nosotros para reclutar el talento técnico diverso, porque cuando vienen aquí tienen muchas candidatas entre las que elegir”. Sin embargo, un nuevo agente ha irrumpido en el mercado laboral digital: la inteligencia artificial generativa.

¿La IA fulminará a los bootcamps?

“Actualmente, se están automatizando cada vez más las tareas de análisis de datos y programación. La herramienta más conocida es Github Copilot, de Microsoft, que aprovecha las capacidades avanzadas de los grandes modelos de lenguaje GPT-4 de OpenAI. Amazon y Google también tienen el suyo, y sin ir más lejos, Chat GPT también programa con Python”, explica Esteve Almirall. Las empresas más punteras han empezado a utilizar estos sistemas de programación asistida por inteligencia artificial generativa que, según Almirall, “hacen que la productividad suba entre un 20 y un 200%, según la tarea, y por tanto, reducen la demanda de personal”. Por eso, el profesor de ESADE advierte que está “bajando el soufflé de la contratación de perfiles de análisis de datos o, al menos, los perfiles están cambiando”.

Asimismo, para Almirall esta irrupción de la IA también afecta a los bootcamps, ya que “lo que antes debía enseñarse de una manera presencial o simultánea ahora, con la asistencia de chats virtuales, se ha visto que online y de forma asíncrona también funciona, como en el caso de Khanmigo”.

Por todo esto, es posible que “a medio plazo buena parte de toda la enseñanza de programación, etc. sea online, aunque habrá un porcentaje de población que seguirá queriendo asistir a bootcamps presenciales o híbridos”, indica el profesor, “ya ​​que la mayoría de cursos no logran incentivar la participación y el compromiso, y el porcentaje de gente que deja los cursos online es brutal”.

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