La relación entre la vulnerabilidad y la salud mental puede formar un ciclo en el que la vulnerabilidad aumenta el riesgo de problemas de salud mental, y al mismo tiempo, los problemas de salud mental pueden aumentar la vulnerabilidad. ¡Tómate las cosas de otra manera! ¡No hay para tanto! ¡Pasa página! Estas y otras son las odiosas recomendaciones que acostumbras a recibir cuando pasas por un proceso de depresión, ansiedad o eres víctima de algún tipo de abuso o acoso. Sólo las personas que han pasado por un proceso de vulnerabilidad derivado de problemas de salud mental pueden entender la inutilidad de estos mensajes.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al menos una de cada cinco personas sufre mobbing en el puesto de trabajo. Una realidad contra la que la persona puede protegerse denunciando los hechos de los que es víctima. Para ello, es necesario primero darse cuenta de que está ante un caso de acoso laboral, lo que la Carta Social Europea define como “actos censurables o explícitamente hostiles y ofensivos dirigidos de manera reiterada contra cualquier trabajador en el puesto de trabajo o en relación con el trabajo”.
Hace ahora dos años, en plena Semana Santa del 2022, encerrado en un despacho, hacía una decena de llamadas a las colaboradoras más próximas para comunicarles mi voluntad de renunciar durante los siguientes días a todos los cargos que ejercía en aquel momento. Aquella decisión era la culminación de un largo periodo de conflictos y tensiones vividos en el marco de los espacios federativos del cooperativismo. Después de dos bajas laborales en dieciocho meses por estrés y ansiedad, había decidido tirar la toalla, agotado y asqueado por el proceso de acoso sufrido durante meses. Me querían fuera y lo habían conseguido.
En la mayoría de los casos, el proceso de acoso es de manual, cumpliendo todos y cada uno de los pasos y las características descritas por los diferentes estudios dedicados al mobbing. Una agresión psicológica continuada, de goteo, contra la dignidad de la persona, generando, por acción u omisión, un entorno hostil, humillante y degradante. El choque que provoca ser víctima de acoso en cualquier tipo de empresa se vio agravado, en mi caso, por el hecho de que se hubiera producido en un entorno que teóricamente vela por el bienestar de las personas. El cooperativismo se define y guía por unos valores que son todo lo contrario a las prácticas que caracterizan el mobbing. Las inseguridades de un grupo de personas acomplejadas y enfermas de ambición, amenazadas en su ego, me convirtieron en objeto de una obsesión enfermiza.
Aquel día de Semana Santa fue duro. Era una derrota por agotamiento. Aunque pasado el tiempo he entendido que aquella salida fue una victoria, en ese momento la sensación era de fracaso era total. Poco imaginaba, sin embargo, que los días más difíciles aún estaban por llegar. En los meses posteriores, las calumnias y la difamación continuaron. Luchar contra el intento de los machos y hembras alfa (sí, también existen, muchas más de lo que parece) de socavar mi reputación personal y profesional fue devastador para mi salud.
Superar el acoso laboral puede ser un desafío considerable, pero hay pasos que puedes hacer para abordar la situación y superarla. Mis aprendizajes de los primeros doce meses me llevaron a escribir hace un año un artículo en el que recogía las principales Lliçons apreses. Un escrito con el que, más allá de la denuncia pública, pretendía ayudar a quienes estuvieran pasando por un proceso similar o a quienes quizá lo sufrirían en el futuro.
Cuando te toca vivir una experiencia así hay que activar una serie de acciones para empezar a hacer frente al problema. Son muchas y diversas, pero yo destacaría algunas. En primer lugar, hay que reconocer la situación y aceptar que estás siendo objeto de acoso laboral. A veces, las personas pueden negar la situación o minimizarla, pero reconocerla es el primer paso hacia la resolución. También es importante documentar el acoso: fechas, horas, testimonios, descripciones precisas, …
Buscar apoyo entre las personas del entorno es fundamental. Tener apoyo emocional puede ser clave para mantener tu bienestar durante este proceso. Así como informarse de los mecanismos legales que puedes activar. Conocer tus derechos te ayuda a entender si el comportamiento que estás experimentando constituye acoso laboral y qué acciones puedes tomar al respecto.
Y finalmente, hay que buscar ayuda profesional. Si el acoso laboral está afectando seriamente tu salud mental y emocional, una terapeuta o una consejera te puede ayudar a desarrollar estrategias de enfrentamiento y proporcionar apoyo durante este momento difícil.
Dos años después de mi “hasta aquí”, recuperado, que no curado, hago un balance positivo del tiempo vivido. Por un lado, he tenido la oportunidad de recibir el reconocimiento y el apoyo de muchas personas que me han mostrado apoyo, a la vez que he podido descartar aquellas falsas amistades y conocidos que me giraron la espalda en el peor momento. Y por otro, he conseguido hacer realidad el proyecto con el que empecé a soñar dos años atrás, cuando asumí que tocaba reinventarse.
El 2024 comenzó con la constitución de una sociedad empresarial en forma de consultoría social que me permite dedicarme a lo que más me gusta: trabajar para la transformación social a través del acompañamiento a personas y organizaciones. Una sociedad, por cierto, que por lógica y voluntad debería haber sido constituida en forma de cooperativa, pero que no lo ha sido porque no puedo aceptar ser contado como parte de un movimiento aún liderado por personas deshonestas que practican valores contrarios a los que declaran. Deseo de todo corazón que esta situación cambie muy pronto. Y cuando el cooperativismo cuente con responsables y representantes coherentes y fieles a los principios, no dudaré en activar la transformación de la empresa.
A los que leyendo este artículo tenéis ganas de decirme que pase página, con toda la estima os digo que os lo ahorréis. Las personas que hemos pasado por estos procesos necesitamos hacer el camino, por largo y pesado que sea. Lo que nos puede ayudar es la escucha, el apoyo, la comprensión y la solidaridad.


