Cuando, en diciembre del 1994 me exilié en España, me encontré una situación que me impresionó. ETA todavía cometía actos terroristas, algunos medios de comunicación lanzaban mensajes envenenados, los políticos se insultaban en los hemiciclos… Yo venía de una guerra, pero la situación en España, en general, me pareció bastante peor de la que yo había vivido en la ex Yugoslavia unos años antes del estallido del conflicto.
En Catalunya, donde me instalé, encontré una gran simpatía hacia Bosnia. Descubrí una fuerte identificación de los catalanes con los bosnios. Me explicaban que veían a los bosnios como a los catalanes: un pequeño pueblo que quiere independizarse y por eso fue severamente castigado.
Entendía la comparación en términos simbólicos, pero encontraba, y así lo explicaba en mis conferencias, más paralelismos entre Eslovenia y Catalunya. Ambos países fueron parte de un Estado plurinacional. Geográficamente, se encuentran al extremo norte de los países y de las respectivas penínsulas, con más contacto con Europa. Ambas son (o fueron) las partes más desarrolladas de los respectivos países. Ambos pueblos tienen su propia lengua, la cultura y las costumbres.
Tanto Eslovenia como Catalunya fueron escenario de movimientos de inmigración internos. Ambos criticaron la situación política y, especialmente, el modelo financiero de sus países y el exceso del centralismo impuesto por las comunidades mayoritarias. Al final, Catalunya y Eslovenia comparten, aunque en momentos históricos distintos, su papel de pioneros a la hora de concretar procesos de independencia dentro de sus Estados.
Podríamos encontrar más similitudes históricas, pero aquí, también, empiezan las diferencias. Eslovenia entró en un país liderado por Serbia después de la Primera Guerra Mundial. Como parte de la derrotada Monarquía Austrohúngara, tuvo dos opciones: o ser repartida entre Italia y Austria o incorporarse a un reino de los países eslavos, liderado por la monarquía serbia. Ya entonces un político esloveno de la época anunció el propósito de “montar el joven potro yugoslavo hasta que se convierta en un caballo viejo” para llegar donde nunca estuvieron, a su propio Estado. En la Yugoslavia de Tito, Eslovenia amplió su territorio y recibió estatus de República dentro de la federación.
Diez días de guerra, 74 muertos y 300 heridos
El divorcio entre Eslovenia y Yugoslavia empezó poco después de la muerte del general Tito. Eslovenia lideró los movimientos para reformar y democratizar Yugoslavia. La iniciativa topó con el rechazo de la mayoría. Serbia también quería reformas, pero a su medida y al servicio de sus intereses. Cuando Slobodan Milosevic se hizo con el poder en Serbia, las discrepancias con el resto de las repúblicas empezaron a crecer de manera vertiginosa.
Eslovenia propuso convertir Yugoslavia en una confederación o en una federación asimétrica, lo que Serbia rechazó. Acto seguido, Eslovenia intentó cambiar su constitución, lo que también fue rechazado. Aquí hay una coincidencia casi anecdótica con Catalunya. Al proyecto de Constitución de Eslovenia, Serbia respondió con el boicot de los productos eslovenos.
Cuando Milosevic cambio la constitución serbia de manera unilateral anulando las autonomías de Kosovo y Voivodina, Eslovenia decidió tomar las riendas de su destino. En una consulta plebiscitaria, en junio de 1991, la mayoría de la población votó la independencia y la ruptura con Yugoslavia. Acto seguido, sustituyó la policía nacional de los pasos fronterizos y cambió los letreros “Yugoslavia” por “Eslovenia”. Pocos días después, empezó la intervención del Ejército Yugoslavo. Fueron diez días de guerra. Que se saldaron con 74 víctimas mortales y más de trecientos heridos.
La ‘guerra’ de Eslovenia, la primera d ellos Balcanes, fue utilizada como excusa para las guerras posteriores. Poco después de la retirada del Ejército Yugoslavo, por la vía rápida, la independencia de Eslovenia fue reconocida, primero por Alemania y después por otros países de la UE.
¿Cómo es que el conflicto se resolvió de una forma tan rápida?
Primero. la Constitución Yugoslava del año 1974 en uno de sus artículos contemplaba la posibilidad de que las Repúblicas de la ex Yugoslavia ejercieran el derecho de autodeterminación, incluido el de la separación. También, así lo interpretó una Comisión de arbitraje que el Consejo de ministros de la Unión Europea, en agosto del 1991.
Segundo. A pesar de haber sido tierra de la inmigración, en Eslovenia se había configurado una identidad nacional mayoritaria, en la que había escasas diferencias étnicas o religiosas.
Tercero. El consenso respecto a la independencia en Eslovenia fue casi total. El 85% de los eslovenos era partidario de la independencia de su país.
Cuarto. A pesar de las reiteradas ordenes de Belgrado, Eslovenia no entregó las armas de la llamada Defensa Civil. Así que, ante la invasión del Ejército Popular Yugoslavo, Eslovenia movilizó a más de 30.000 reservistas, una fuerza bien armada.
Quinto. Yugoslavia ya era un país que vivía una situación de caos y que, por la puerta grande, entraba en un proceso de disolución. La iniciativa de Eslovenia fue secundada por Croacia. Mientras, Bosnia y Macedonia también mostraban su descontento.
Sexto. Eslovenia obtuvo un importante respaldo internacional, especialmente de Alemania, el Estado líder de la Unión Europea. Alemania, históricamente, fue protectora de Eslovenia y Croacia. En aquel momento, dos años después de la caída del Muro de Berlín, Rusia era débil y acosada por numerosos problemas internos. Rusia no reaccionó
Séptimo. La última, y posiblemente lo más importante, razón que explica el rápido desenlace del conflicto, es que a Serbia no le interesaba Eslovenia. Porque allí no existía una comunidad serbia. Y porque, sin Eslovenia, Serbia y su aliado, Montenegro, tenían mayoría en la Presidencia, en el Parlamento o en el Estado Mayor de Ejército Yugoslavo, lo que les daba libertad para empezar sus intervenciones donde más les interesaba, en Croacia y Bosnia.
Sea como fuera, el año 2004 Eslovenia entró en la OTAN y la Unión Europea. Después de unos años difíciles y de tener que ser rescatada de la quiebra, Eslovenia se recuperó y actualmente es la única ex república yugoslava que ha superado el PIB que tenía en el año 1991. En breve, esta es fue ‘vía eslovena’ que acaba de entrar con fuerza en la vida política de España y Catalunya.