Vivir de forma continuada en una vivienda con temperaturas inadecuadas tiene un impacto negativo en la salud, especialmente en grupos vulnerables, como niños, adolescentes, personas grandes o enfermos crónicos. El hecho de vivir con temperaturas frías en el hogar puede llevar a situaciones de estrés térmico y afectar no sólo el sistema inmunológico sino también al cardiovascular, aumentando la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares e infartos.

Estas son las conclusiones que se extraen de los estudios sobre la relación entre pobreza energética y salud. Esta puede crear, o empeorar, enfermedades osteoarticulars o reumatològiques, como la artritis. Las humedades que genera una vivienda fría pueden generar una agravación de ciertas enfermedades respiratorias como el asma o alergias.

Se han demostrado datos tan alarmantes como que en viviendas con pobreza energética el riesgo para los niños de tener que ir al ambulatorio u hospital aumenta en un 30%.

Badia del Vallès tiene una renta por habitante de 84,2. En Castellar del Vallès, a sólo 14 km de distancia de Badia, es de 100,2. La diferencia de enfermos entre Badia y Castellar del Vallès es el doble en las enfermedades vinculadas a la pobreza energética.

Badia del Vallès:  un 73,4% más de enfermedades pulmonares

Badia del Vallès y Castellar del Vallès son dos municipios con características climáticas y demográficas similares pero con un riesgo a la pobreza energética muy diferente, valorando los indicadores básicos, renda y calidad de la vivienda (teniendo en cuenta que el precio de la energía es el mismo).

En las enfermedades cardiovasculares es donde cuesta más ver la diferencia entre municipios puesto que muchas enfermedades no están relacionadas con la pobreza energética. Aún así estamos hablando de un porcentaje 19,7% más alto de enfermos en Badia del Vallès. Las enfermedades donde se ve más clara la diferencia entre municipios son la hipertensión arterial y la cardiopatía isquémica sin angor.

La hipertensión arterial no complicada, vinculada a la exposición continuada al frío, tiene una diferencia de un 19,33% más alta en Badia del Vallès, siendo escandalosamente más grande en los niños (de 0 a 14 años) donde hay un 706,2% más de casos en proporción a la población.

La cardiopatía isquémica sin angor tiene un 53,95% más de casos en Badia del Vallès. Donde se nota más la diferencia está en la franja de edad de 15 a 65 años, donde hay un 60% más de casos en proporción a la población.

Las enfermedades pulmonares representan la parte más importante del problema. En este caso hay un 73,35% más de enfermos.

En el caso del síndrome de apnea del sueño hay un 178,4% más de casos en Badia del Vallès, cosa que llama bastante la atención, pero vuelve a ser en el caso de los niños donde el dato es más alarmante puesto que hay un 605,4% más de casos.

La diferencia entre casos de neumonía (trastorno inflamatorio del pulmón) es del 34,62%, habiendo más casos en Badia del Vallès, y es especialmente curioso que la diferencia sólo se percibe en los grupos más vulnerables de población, teniendo un 55,5% más de casos en niños (de 0 a 14 años) y un 61,3% más de casos en gente mayor (más de 65 años). Pasa algo pareciendo en el caso de la gripe, donde la diferencia entre municipios no es demasiado alta (un 16,07% más de casos en Badia del Vallès) pero si lo analizamos por grupos de edad vemos que la diferencia entre niños es de 55,5% y entre gente mayor, de un 69,8%.

En el caso de la bronquitis, que también es una enfermedad muy relacionada con la exposición continuada al frío, hay el doble de casos en Badia del Vallès que en Castellar del Vallès, siendo especialmente grave en el caso de los niños donde hay un 201,7% más de casos.

En el caso del asma, seguramente más vinculada a la mala salubridad de las viviendas que al frío dentro del hogar, hay un 61,98% más de casos en Badia del Vallès y es relevante destacar que no afecta más a los grupos de población vulnerables sino que no hay diferencia entre las edades.

Comparación de enfermedades pulmonares en Badia del Vallès y en Castellar del Vallès / Daniel Serrano Serrat

Los resultados de la comparación entre enfermedades pulmonares entre los dos municipios es muy relevante, ya que que las diferencias son enormes. En el caso de Badia del Vallès, esto nos puede conducir a pensar que probablemente aparte de la exposición continuada al frío, la humedad y la mala salubridad, también pueden venir dada por el amianto, un fibrocemento que acaba siendo tóxico cuando entra en descomposición, y que en Badia del Vallès se encuentra en todos los bloques.

Por otro lado, los niveles de tabaquismo en Badia del Vallès son muy altos (50,85% más de casos que en Castellar del Vallès), de forma que pueden afectar a los niveles de salud pulmonar del municipio. Aún así, tal como se ha explicado, las diferencias más notables son en grupos de edad de niños de hasta catorce años, de forma que esta variable no se les afecta.

La salud mental es un capítulo aparte, ya que son patologías más multicausals y donde atribuir un motivo de forma clara es imposible. Los resultados son tan alarmantes que cuesta sacar una conclusión sobre el tema. Hay un 54,43% más de casos en Badia que en Castellar del Vallès (hay que tener en cuenta que el tabaquismo y el abuso del alcohol están incluidos en este porcentaje, y la diferencia en estos casos es muy importante). Nos centramos en los resultados de enfermedades vinculadas a personas con riesgo de vulnerabilidad; depresión y ansiedad.

Curiosamente, en depresión la diferencia entre municipios es sólo de un 10% más en Badia del Vallès. Aún así, hay que tener en cuenta que en el caso de los niños salen un 19,4% más de casos en Castellar del Vallès. Esto se puede interpretar en clave que la gente de los municipios más acomodados tienden más a traer a sus hijos al psicólogo que los de municipios más pobres.

Si nos fijamos en la ansiedad, angustia y estado ansioso, que son enfermedades muy ligadas a las personas vulnerables, vemos que hay un 71,13% más de casos en Badia del Vallès afectando igual a niños y gente mayor, con un 40% más de casos, y de forma más clara a la gente adulta (de quince a sesenta cinco años) con un 78,2%.

Factores que provocan pobreza energética

Entre finales de los años setenta y la década de los ochenta existen varios autores que proponen varías definiciones de pobreza energética, pero no es hasta 1991 que Brenda Boardman teoriza la definición que ha sido la más aceptada de forma mayoritaria.

La definición original de pobreza energética es: “la incapacidad de una vivienda para lograr una temperatura adecuada debido a la ineficiencia energética del hogar”. El método para determinar esta situación era, en primer lugar, ser pobre, y en segundo lugar tener un gasto energético superior al doble de la media del porcentaje gastado por las viviendas de la zona. En el caso de Inglaterra la media del coste de la energía de una vivienda era un 5% del sueldo en aquel momento, de forma que el doble era un 10% y esta fue la línea roja que se marcó. Esto no quiere decir que siempre se tenga que utilizar el 10% para hacer la diagnosis.

Estas teorías se publicaron en 1991, pero aún así la pobreza energética no tuvo su lugar dentro de la legislación hasta el año 2000, con la aprobación de Warm Homes and Energy Conservation Act. Esta normativa exigía en el gobierno de Inglaterra crear una estrategia a nivel estatal para afrontar el problema. Esto se tradujo con la presentación del primer plan contra la pobreza energética, en 2001.

El nivel de riesgo de sufrir pobreza energética del municipio de Badia del Vallès es muy alto, puesto que las personas que viven tienen ingresos bajos de media y hay bolsas de pobreza así como un paro muy alto y una población envejecida, con muchos pensionistas. Aparte, estas personas viven en viviendas que térmicamente son deficientes, puesto que no tienen casi aislante térmico y toda la piel es de cemento armado prefabricado, con una transmitancia térmica muy alta, con unas carpinterías que en la mayoría de los casos son de acero, sin rotura de puente térmico ni doble vidrio ni cámara de aire. Esto sumado al aumento del precio de la energía hace que se reúnan todas las condiciones para que los niveles de pobreza energética se disparen en el municipio, cosa que queda reflejada con los niveles de salud del mismo.

Aún así, hay que tener claro que factor de riesgo no es sinónimo de causa de enfermedad o muerte. Para relacionar los dos fenómenos la OMS utiliza grupos de control y cálculo estadístico para asignar a cada factor de riesgo un porcentaje sobre el número de muertes totales y, así, calcular el número de muertes atribuibles. Por ejemplo, el cáncer de pulmón puede ser causado por la contaminación interior, pero también por la contaminación exterior o el consumo de tabaco (entre otros factores), por eso es necesario aislar el efecto de cada uno de los factores de riesgo.

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