Las listas de espera para visitar el especialista, para hacer pruebas diagnósticas o por intervención quirúrgica, no las podemos mirar por separado, ya que la ciudadanía las sufre todas juntas y una detrás la otra, con dolor, angustia, pérdida de calidad de vida, cuando no agravación de su patología. Esperas por la visita al especialista, muchas veces de meses, de un paciente que ha sido derivado desde su médico de familia, espera por pruebas diagnósticas que pide el especialista, más meses, y finalmente si se indica una intervención quirúrgica también tienes esperas que pueden suponer un año más, en total este paciente puede haber sufrido una espera de un año y medio.

Después de un Plan de Choque de la Generalitat de 57 millones de euros, los últimos datos apuntan a una reducción de las esperas y a un mayor cumplimiento de los tiempos de garantía. Pero sería muy grave conformarse con estos indicadores. Continuamos teniendo la lista más grande de espera quirúrgica del Estado, más de 160.000 personas. Más de 120.000 catalanes y catalanas hace más de tres meses que esperan visitar el especialista, más de 5.000 hace más de tres meses que esperan una prueba diagnóstica, más de 6.000 hace más de un año que esperan una intervención quirúrgica. No tenemos datos de cuánto se espera para tener cita para los médicos de Atención Primaria, pero sabemos que en muchos casos hay que esperar más de una semana para tener hora. Y en todo este panorama, Catalunya también es líder en personas con seguro sanitario privado: 32%. Con las carencias de la pública alimentamos el negocio de la privada, y una fuente de desigualdad sanitaria: quién puede se lo paga, quien no puede se espera.

Ha habido pasos adelante pero no se han logrado los objetivos marcados por el Plan integral para la mejora de las listas de espera. En un año, el número total de personas que esperan cirugía ha disminuido un 0,6%. En relación a las consultas de especialistas el objetivo de disminuir un 50% del tiempo mediano de espera, a diciembre del 2017 ha disminuido un 25%, actualmente el tiempo de espera mediano es de 114 días, casi cuatro meses. Por último, en relación a las pruebas diagnósticas, el tiempo media de espera es de más de dos meses (67 días) y ha disminuido un 21%, lejos del 50% fijado como objetivo. También hay que reconocer el esfuerzo de transparencia al publicar mensualmente los datos de seguimiento de las listas de espera. En este sentido, las auditorías sobre una muestra de hospitales del año 2016 detectaron problemas de fiabilidad que hay que resolver tanto antes como sea posible con la auditoría de todo el sistema que se anunció por el año 2017 y no se ha realizado.

Todavía hay personas que esperan más de los plazos garantizados, y estos plazos son mucho más largos de lo que sería deseable. Cumplir plazos no quiere decir que no se haya esperado mucho. Los tiempos de “garantía” de algunos procedimientos están pensados para hacer frente a la realidad precaria de los recursos del Sistema más que para las necesidades de los pacientes, su dolor, angustia y patología. ¡Cómo podemos decir a un paciente que está indicada una intervención quirúrgica pero el Sistema permite hacerla de aquí a un año, o una visita al especialista o prueba diagnóstica que tienen demoras de muchos meses! Tenemos que aspirar a poder garantizar la visita a la médica de familia en menos de 48 horas, al especialista o pruebas no urgentes en máximo tres semanas, y la intervención quirúrgica en máximo tres meses.

Pero, ¿cómo podremos lograr estos hitos? Sin duda con voluntad política de lograrlas, y con muchos más recursos a todo el sistema, empezando desde la Primaria. Pero fallaremos si no tenemos un buen diagnóstico de un problema que tiene causas múltiples y requiere soluciones inteligentes.

Una causa a abordar es el incremento de la demanda, para población cada vez más envejecida y teniendo técnicas más modernas que permiten tratar con más seguridad a gente mayor o delicada; pero también a veces por actuación de los profesionales que indican procedimientos que no están del todo justificados o la gran variabilidad de indicaciones en diferentes centros o territorios de Catalunya.

Otra causa es la insuficiente oferta por parte del Sistema Sanitario: los centros y los profesionales no tienen bastantes medios para hacer frente a la demanda y a las necesidades de la población, y cuando están no se utilizan en su plenitud: la ocupación de consultas y quirófanos por las tardes es un ejemplo. Esta causa evidentemente se ha agravado mucho por los recortes de recursos de los últimos años.

Pero también las listas se pueden agravar por mala planificación y gestión de las mismas por parte de la administración y equipos directivos. Aquí los motivos son muy variados: desde la mala coordinación entre la Primaria y los hospitales, el trabajo profesional compatible entre público y privado, la escasa priorización por gravedad o factores sociales (gente mayor que vive sola, por ejemplo), cuando no la franca iniquidad de dejar pasar delante de la lista a personas importantes o familiares de personal del centro. Las soluciones son muy variadas: desde el aprovechamiento de las nuevas tecnologías por una extensión mucho más rápida de la consulta virtual como herramienta para reducir sensiblemente las esperas en el acceso a los médicos especialistas, a la priorización y control de gestión desde la Atención Primaria de las listas de los hospitales, al cumplimiento de la entrega del certificado de entrada en lista, etc.

Todas estas causas: incremento de la demanda, poca oferta por pocos recursos, causas de planificación y gestión, influyen sumándose a generar largas listas. Para hacer frente serán necesarias medidas en todas ellas con un plan ambicioso e integral, más allá de “planes de choque”. Si no hacemos un buen diagnóstico difícilmente podremos poner todos los tratamientos necesarios. En definitiva no mejoraremos realmente las listas si no hay una firme voluntad política y ambición para hacerlo, ponemos suficientes recursos a todo el sistema público y exigimos buena planificación, gestión clínica eficiente, transparencia e implicación de la ciudadanía.

Share.

Doctora en Biologia Molecular. Ha treballat com a professora universitària, investigadora i també s’ha dedicat a l’activisme pel dret a la salut. Des de 2019 és regidora de Barcelona en Comú a l’Ajuntament de Barcelona.

Leave A Reply