El edificio de la calle de la Princesa 49 de Barcelona será habitado por cinco unidades familiares el mes de abril. Se trata de la primera experiencia de cohabitatge cooperativo fruto de una rehabilitación en la capital catalana. El ayuntamiento de Barcelona ha cedido a la cooperativa Sostre Cívic el uso del edificio. Esta cooperativa lo ha rehabilitado. Los inquilinos son socios de Sostre Cívic y tendrán derecho a residir en él durante 75 años, que es el plazo de tiempo en que se ha fijado la cesión. A cambio, asumen una parte del gasto inicial y unas aportaciones mensuales fijadas en 480 euros.
El proyecto de la calle Princesa de Barcelona aporta 5 viviendas y dos zonas comunes, totalmente rehabilitados. Se han realizado tratamientos contra la humedad y se ha dotado al edificio de ascensor. Cada piso tiene unos 60 metros cuadrados. Para sacar adelante el proyecto, la cooperativa Sostre Cívic ha contado con un crédito, de la también cooperativa Coop57, de 280.000 euros, correspondientes al 80% de la obra, el resto ha sido aportado por la cooperativa promotora.
Otras actuaciones en marcha
La experiencia se quiere replicar en otros lugares de la ciudad de Barcelona. El consistorio barcelonés ha firmado la cesión de uso de solares a las cooperativas que construirán 4 promociones de ‘cohabitatge’. Se trata de solares situados en el Passeig Joan de Borbó, en la Barceloneta. En la calle Ulldecona 22-28, en la Marina del Prat Vermell, en Sants-Montjuïc. En la calle Pla de Cireres 2-4, en Nou Barris y en la Calle Espronceda 131-135 en el barrio de Poblenou.
Las cooperativas con las que el ayuntamiento ha firmado la cesión son la Xarxaire, SCCL, para la promoción de la Barceloneta. Llar Jove SCCL, en la Marina del Prat Vermell. La Associació Cohabitatge cooperatiu, en Roquetes y Sostre Cívic, el Poblenou.
El teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello, explicó que la iniciativa de fomentar el cohabitatge sitúa Barcelona a «la vanguardia de lo que está haciendo en este sentido. Solo hay experiencias comparables en otras ciudades nórdicas y de América Latina». Esta experiencia es innovadora en términos sociales, económicos y comunitarios, ha dicho. «En términos sociales porque es una forma de garantizar el acceso a la vivienda. Lo que hace el ayuntamiento es ceder edificios o solares a cooperativas que a su vez garantizan vivienda asequible, en régimen no especulativo y gestionado por sus usuarios». Todo ello permite garantizar la eficiencia, ha indicado el concejal.

El modelo público cooperativo «es mucho más resistente a las políticas privatizadoras y también porque activa las políticas vinculadas al bien común». Además, en la génesis del proyecto juegan papeles importantes, actores locales, como la banca ética en la financiación, cooperativas de inserción social han contribuido a la rehabilitación y, finalmente, los usuarios de las viviendas que forman parte también de la cooperativa que ha liderado el proyecto, todo ello es un instrumento para reactivar la economía. Todo ello debe hacer que «mucha gente que fruto de la ‘gentrificación’ y la especulación tuvo que irse de la ciudad vieja, pueda volver», dijo Pisarello.
La cooperativa comienza en casa
David Guardia, de la cooperativa Sostre Cívic, consideró que el modelo iniciado por la promoción «será replicable en otros lugares». En Sostre Cívic afirman: «la cooperativa comienza en casa porque ahora la vivienda se considera una mercancía y no un bien de uso». Esto significa que los usuarios podrán en estos casos disfrutar toda la vida de su la vivienda pero no podrán especular con ella, ya que la propiedad sigue siendo municipal, mientras que la cooperativa mantiene la gestión durante 75 años.
Por su parte, Jaume Font, director de la Agència d’Habitatge de Catalunya, de la Generalitat, ha avanzado que el Govern tendrá en consideración sociedades como Sostre Cívic para que accedan mediante el derecho de tanteo y retracto a viviendas y bloques enteros procedentes de ventas de entidades financieras, que se puedan transmitir a la Generalitat «para que se puedan llevar a cabo proyectos de cohabitatge siguiendo el modelo cooperativo como tenencia intermedia».
Josep Maria Muntaner, concejal de vivienda del Ayuntamiento de Barcelona ha explicado que desde el consistorio se contemplan dos líneas con respecto al cohabitatge. Una es la rehabilitación, de la que es una muestra del edificio de la calle Princesa, que ha definido como un tipo de «masoveria urbana» y la otra es la construcción de nueva planta, de la que la muestra más destacable es la promoción de La Borda. En este segundo ámbito hay 136 viviendas en proyecto, todas de nueva planta. Sin embargo, hay prevista una segunda serie de acuerdos con cooperativas que incluirá también proyectos de rehabilitación, dijo Muntaner.


Catalunya Plural, 2024 