José María García hace años que tiene unas fechas señaladas en el calendario para salir a la calle. Son las jornadas que coinciden con la celebración del Mobile World Congress (MWC) en Barcelona. Él no lo hace como otras entidades de carácter social por los derechos de los trabajadores o contra la huella que deja la producción de telefonía móvil. Lo hace para visibilitzar, según explica, los efectos que tienen los móviles en la salud.
José María asegura que sufre lo que se conoce como electrohipersensibilidad (EH), una enfermedad que no está reconocida y que, a pesar de estar en debate, todavía no tiene una base científica que la apoye. Ante esto, en José María junto con otros compañeros que sufren los mismos dolores protestarán durante la jornada de este lunes, la primera de las cuatro que durará el Congreso, a las puertas de la Feria para denunciar como les afectan las radiaciones de los teléfonos móviles.
Las conocidas como Síndromes de Sensibilidad Central (SSC) son enfermedades crónicas y complejas que pueden llegar a ser invalidantes. Son patologías que afectan el sistema nervioso, inmunológico y endocrino y provocan, entre otros síntomas, una sensibilidad acentuada ante factores ambientales. Hoy por hoy, la Fibromialgia (FM), la EncefalomielitisMiàlgica/Síndrome de Fatiga Crónica (ME/SFC) y la Sensibilidad Química Múltiple (SQM) son los síndromes de sensibilidad central reconocidos por el Departamento de Salud.
El Ayuntamiento de Barcelona sacaba junto con varias entidades que trabajan por el bienestar de las personas que sufren un Síndrome de Sensibilidad Central un tríptico llamado “Abramos los ojos a los Síndromes de Sensibilidad Central” donde hablaba de los cuatro síndromes. Definía en este la electrohipersensibilidad como la intolerancia a los campos electromagnéticos que se encuentran en el entorno (telefonía móvil, wifi, líneas de alta tensión…). Si bien el contenido del tríptico no acababa de convencer a José María, celebraba que hubiera salido “oportunamente” poco antes del Mobile.
Síndromes de Sensibilidad Central: poco reconocimiento, pocos recursos
En Catalunya hay más de 200.000 personas que sufren alguna de los Síndromes de Sensibilidad Central. En 2010, la Generalitat afirmaba crear Unidades Hospitalarias Especializadas (UHE) en todo el territorio, dado que las unidades existentes en el Hospital Clínic y en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona eran insuficientes para atender el colectivo de afectados en un plazo razonable de tiempo. La misma Generalitat decía entonces que estas UHE se compondrían de un “equipo multidisciplinario de profesionales especialistas en medicina interna, reumatología, neurología, psicología clínica y todas las otras especialidades que se consideren necesarias en cada caso como, por ejemplo, endocrinología, cardiología o psiquiatría, además de los especialistas en rehabilitación, enfermería y trabajo social”.
Así, si en 2010, Salud inició la implantación de 16 Unidades Hospitalarias Especializadas para el tratamiento de personas enfermas de SSC, años después se vio que el funcionamiento de aquellas UHE había sido muy variable y desigual. En el año 2014 se redactó un documento de consenso que revisaba el modelo anterior de atención a los afectados por SSC. Esto se realizó justo cuando el Colectivo Ronda, cooperativa de abogados que también se dedican a la asesoría, presentó una reclamación conjunta de centenares de personas que sufrían algunas de las patologías que integran el llamado Síndrome de Sensibilización Central. El escrito denunciaba que las UHE no disponían del extenso “equipo multidisciplinario” acordado. El abogado del Colectivo Ronda Miguel Arenas afirmaba entonces que “en la práctica totalidad de los casos, el equipo médico se limita a la presencia de un reumatólogo que puede abordar con garantías el tratamiento de la fibromialgia, pero sin conocimiento específico de patologías como la Sensibilidad Química Múltiple o el Síndrome de Fatiga Crónica que requieren visiones poliédricas y enfoques plurales dada la afectación multisistèmica que comportan”.

Durante el último mandato, con el conseller Comín al frente de Salut, se aprobaba mejorar la atención de los síndromes con 18 unidades que integrarían la primaria y los hospitales. Sin embargo, José María Garcia denuncia que estas 18 unidades en todo Cataluña son insuficientes y que no todas ellas las traen los especialistas pertinentes y necesarios. La Unidad del Clínic y Vall d’Hebron son las únicas que funcionan plenamente. “Con cualquier patología te envían a un especialista pero si tienes una SCC, si te la reconocen y te la diagnostican, lo tendrás difícil para recibir la atención sanitaria adecuada”, denuncia Garcia.
“Y más difícil lo tendrás si afirmas tener una enfermedad no reconocida como la electrohipersensibilidad”. José María, trabajador durante años de una gasolinera, está ahora retirado por también sufrir un síndrome de sensibilidad química. No consiguió la incapacidad laboral hasta después de dos juicios. Ahora vive las consecuencias de la sensibilidad química múltiple, que responde a la pérdida de tolerancia a sustancias químicas nocivas presentes en el entorno (combustibles, disolventes, pesticidas…) y a productos de uso habitual (ambientadores, desinfectantes, perfumes, suavizantes…) y las consecuencias de la electrohipersensibilidad: sufre aturdimiento y fatiga fuerte cuando está de manera continuada en contacto con radiaciones electromagnéticas. No estar es “prácticamente imposible en grandes ciudades que están permanentemente conectadas”. Es por eso que considera que visualizar esta realidad en una localización como la de la feria donde se celebra el Mobile World Congress es esencial.
“Si Barcelona es la capital del móvil, que menos que hacer algo testimonial para denunciar como esto nos perjudica?”. Y justamente por eso, José María junto con un compañero de Girona protestarán en la entrada del congreso un año más.


Catalunya Plural, 2024 