En el Mobile World Congress (MWC) todo pasa a lo grande. En él se presentan las novedades más rimbombantes del sector de la telefonía. El número de ponencias y speed meeting es altísimo, así como el precio para acceder a ellas. Y el tráfico de personas que recorren sus pasillos, y por ende Barcelona durante los días que dura la cita, no tiene igual. Por su volumen, todo en el Mobile adquiere una dimensión única. También sus sombras.
Trabajos feminizados, incluso con retribución acorde a la estatura de las empleadas, y jornadas maratonianas; un impacto económico cuya fórmula de cálculo la organización no quiere compartir; o controversia alrededor de algunos de los productos que dentro del congreso se publicitan. Esas han sido las principales quejas que la 13a cita del certamen ha cosechado en sus cuatro días de celebración. Parecidas a las de otros congresos de la misma índole, según fuentes consultadas, pero de mayor trascendencia por el volumen de negocio, y por tanto de atención mediática, que recibe el Mobile.
La edición de 2018 ha sido la que ha incorporado con más fuerza la pregunta sobre la idoneidad de Barcelona como sede del MWC. Y no lo ha hecho sobre las condiciones laborales que genera el congreso, sino por la tensión política que vive Catalunya.
Finalmente hubo plantón de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y del presidente de la mesa del Parlament, Roger Torrent, al rey Felipe VI. El mismo domingo, quien si recibió al monarca fueron los Comités en Defensa de la República (CDR), que protestaron en la Via Laietana horas antes del inicio de la feria. Pese a todo, políticos y directivos de empresas como Vodafone o Telefónica aseguraron que la capitalidad de Barcelona no peligraba en los próximos años (la ciudad tiene contrato hasta 2023).
“Tóxicos” en los móviles
Aunque menos sonadas y numerosas, las protestas se trasladaron el mismo lunes del centro de Barcelona a las puertas del recinto de la Fira. Los primeros asistentes al congreso entraron a la feria al calor de los gritos de activistas contra el uso de tóxicos en la fabricación de los teléfonos que dentro del recinto se iban a presentar. Bajo el lema “Basta industria venenosa”, un grupo de manifestantes de Setem Catalunya, quisieron demostrar el rechazo a marcas como Samsung o Apple, a los que que acusaron de utilizar productos químicos tóxicos sin las protecciones adecuadas para los trabajadores que los manipulan. Para denunciar dicha situación, y también para buscar alternativas, la misma entidad organiza –desde hace tres años y en paralelo al MWC– el Mobile Social Congress, esta vez centrado en feminismos y tecnología.
Los trabajos, pero los que se generan aquí, también son uno de los caballos de batalla del congreso en cada edición. Si bien los tornos en las puertas de entrada a la feria están mayoritariamente controlados por hombres, las mujeres se desempeñan más en puestos como el de azafata o asistente. Los trabajos en el Mobile, como es común en los congresos, tienen género. Así lo atestiguan a este medio trabajadoras como Marta, una joven estudiante que se ha desempeñado de gardener (asistente al aire libre). Marta es uno de los casi 13.000 trabajos temporales que el MWC genera a su alrededor.
Los sueldos que se perciben en la feria, pese a estar bajo convenio y dentro de la normalidad de los grandes eventos del mismo tipo, pueden caer hasta los 7 euros por hora y acostumbran a desarrollarse bajo largas jornadas. Así lo aquejaba Paula a eldiario.es: cinco años de experiencia en la feria, sobre tacones y con poquísimas paradas para comida y baño. Pese a las remuneraciones, los criterios de contratación en el MWC son exigentes: disponibilidad total, idiomas… e incluso una estatura determinada.

Cuanto más alta, mejor pagada
Días antes del inicio del congreso trascendía que el MWC premiaba económicamente la estatura de las trabajadoras. Más de 1,70 metros de altura, 200 euros al día; y menos, entre 50 y 60 euros. La circunstancia trascendía después que el PSC presentara una batería de preguntas en el Parlament el pasado viernes para conocer porqué la diferencia de estatura podía ser un criterio de contratación y sueldo en la feria. Los sindicatos reaccionaron rápido y tildaron el anuncio de “discriminación sexista”. Ahora estudian si se puede actuar laboralmente contra dicha cláusula.
Si bien la actividad central del Mobile se da en la Fira Barcelona, la cita moviliza de pleno también la capital catalana. El transporte público rebosa, los taxistas hacen el agosto y los hoteles se llenan (en 2016, 26.300 camas de 36.000 fueron bloqueadas solo para el Mobile). En cambio, otros colectivos se ven afectados negativamente por la voluminosa visita. Es el caso de los manteros.
Según denuncia Aziz Faye, uno de los portavoces del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, estos días la presencia policial en metro y Renfe ha aumentado, lo que ha obligado a los manteros a no salir a vender. “Hace unos días la policía hizo una operación brutal en el metro, decomisando todo el material de los chicos”, denuncia Faye. Si bien la operación tuvo lugar, no era específica por el MWC. Se trataba de una operación coordinada entre Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana –destaca el Ayuntamiento de Barcelona a Catalunya Plural– de tipo “rutinario”.
Sea como sea, los vendedores ambulantes no podrán aprovechar la lluvia de millones que supone el Mobile. No al menos en metro y Renfe, de donde han sido desplazados. Y eso que la cifra es considerable.
¿Cómo calcula el Mobile su impacto?
Este martes el propio Mobile World Congress –a través de GSMA, organizadora del congreso– tasó en 471 los millones de euros de impacto que supone el certamen para Barcelona. Lo hizo en la presentación de un informe que, sin embargo, el MWC se resiste a mostrar a los medios de comunicación. La feria de móviles ni tan si quiera comparte la fórmula de cálculo que justifica esos 471 millones. Pese a ello, el secreto del congreso puede tener los días contados.
Según ha explicado el Ayuntamiento de Barcelona, el Gobierno de Ada Colau elaborará “este año” un informe independiente para conocer el impacto del congreso.
“El informe no será sólo económico, también social”, matizan fuentes del consistorio. El objetivo es conocer “la huella” de la feria en la ciudad. El Ayuntamiento asume que el retorno del Mobile, como todo en el certamen, es alto. Falta saber cuánto, y también para quiénes.


Catalunya Plural, 2024 