El Pleno ya empezaba con obstáculos. Previsto para las 10:00 AM, se retrasaba un poco más de una hora por las dudas jurídicas que levantaban las enmiendas de la CUP dentro del bloque constitucionalista. A los 30 segundos de la apertura del Pleno, el diputado de Ciudadanos Carlos Carrizosa pedía la palabra. Roger Torrent le daba 30 segundos. Después de una serie de golpes y contragolpes entre Torrent y Carrizosa -es decir, obstruccionismo del de la toda la vida, – el esperado Pleno comenzaba. TV3 ya hablaba del Pleno del desbloqueo.
¿Y qué han dicho bueno de las diferentes fuerzas políticas? Repasemos brevemente cada una de las intervenciones principales de los grupos parlamentarios (por orden de comparecencia), destacando los elementos discursivos más relevantes de cada uno.
Catalunya En Comú – Podem: Xavier Domènech
La coalición Cataluña En Común – Podemos subrayó, de boca del presidente de su grupo parlamentario Xavier Domènech, la necesidad de recuperar el autogobierno de Cataluña y hacerlo de manera práctica. Por este motivo, los comunes cuestionan la idoneidad de la figura de Jordi Sánchez como candidato a la presidencia de la Generalitat. Domènech ha defendido enfáticamente el modelo de inmersión lingüística, y también otras luchas en general: en las plazas, en las instituciones, en Cataluña, en España y en la cola del INEM. Donde sea necesario. Añadió alguna guiño al alma “catalanista” del PSC. Poco más.
PSC – Miquel Iceta
Respeto. Respecto a las instituciones, a las expresiones políticas, a la derecha, a la izquierda, a las personas, a la ley, y al primo del vecino. La crítica: los independentistas no han tenido respecto a las instituciones. Pero envuelto en autocrítica, para que la primera entre más suave. Tenemos prisa, porque hay gente que nos espera: pobreza, estudiantes, sin techo, listas de espera … Un poco de todo. Pero la idea del discurso, clara. Necesitamos un gobierno, y los indepes hacen el tonto. Ataques al imaginario institucional del Gobierno de la República. Destacar el fracaso de la vía unilateral resaltando las contradicciones en las declaraciones de los mismos cargos independentistas en el proceso judicial. Dureza. Un aviso: votarían a favor de todas las resoluciones menos la de JxCAT.
JxCat – Quim Torra
Se estrenaba Quim Torra en sede parlamentaria y lo hacía, primero, con palabras de recuerdo para los presos políticos y los exiliados. Discurso confrontista-historicista de las Instituciones catalanas; éstas, contrapuestas al deseo histórico de Madrid de recortar sus libertades. Bien contra el Mal. Hacer del 1-O el nuevo 1714. Palabras épicas del valor, orgullo, y la dignidad del pueblo catalán que se siente liberado. Defensa de un solo pueblo, el pueblo catalán.
Ciudadanos – Inés Arrimadas
Si el discurso de Quim Torra situaba la lucha antagonística de la libertad contra la represión, Arrimadas hacía el correspondiente considerándola como la lucha de la realidad vs fantasía (o directamente la mentira). Frases como “Dejen de mentir a sus votantes y faltar el Respeto a los Nuestros” levantaba el aplauso enérgico de su grada. Para darle fuerza a su relato, hacía uso de la reciente encuesta del CEO (donde el independentismo baja hasta el 40%) para destacar que no sólo no tenían la mayoría real dentro de Cataluña, sino que toda Europa ya veía el independentismo como lo que era: una amenaza para los Estados-nación. El concepto: reivindicarse como el “patriotismo civil” de España.
PP – Xavier García Albiol
Ídem que el anterior, pero acusando a Ciudadanos de “querer ganar pero no gobernar” por no haber presentado ninguna candidata a la presidencia de la Generalitat, al tiempo que defendiendo su partido como aquel que le ha sabido parar los pies al independentismo .
ERC – Marta Rovira
Recuerdo a los presos políticos, y reivindicación del “espíritu junquerista” como aquel que representa la serenidad y el trabajo bien hecho, diferenciándose pues con el discurso de JxCAT. Más dirigido “a los que faltan” que a los ya convencidos. Discurso más pragmático, resaltando la necesidad de acabar con el 155. Y autocrítica: “hemos podido tratado la ciudadanía con paternalismo”. Dos objetivos: reconocer legitimidad de Puigdemont, y formar gobierno efectivo de Cataluña, ahora en manos del Partido Popular.
CUP – Carles Riera
La CUP y la defensa de la República. Este fue el mensaje principal de Carles Riera, apelando ya no tanto a la superioridad inherente de una serie de valores al independentismo como en el caso de JxCat, pero reclamando su defensa material. “Cuando nosotros retrocedemos un paso, el Estado adelanta dos”. Situó El 1-O como ejemplo de ésta defensa; si es necesario, con los cuerpos. Por el camino, Riera lanzó algún dardo a los comunes para hacer desaparecer toda mención sobre el famoso proceso constituyente.
Todo ello ha sido la escenificación, más o menos dramática, del paso al lado de Puigdemont. Uno puede creer que marchando a Bruselas había puesto en marcha una vía compleja para poner en problemas al Estado español. En este sentido, quizá a medio plazo el exilio del Presidente habrá valido la pena, pero en la Cataluña del 155 lo urgente es la recuperación de las instituciones de autogobierno. En una situación de gobierno colonial, preautonómico, no hay otra alternativa. Ahora bien, la agresión que durante estos meses el gobierno del Estado ha dedicado a Cataluña será difícil de borrar de la memoria ciudadana. Al margen del éxito o fracaso del proyecto independentista, lo que sí hemos constatado es la génesis de una reacción conservadora y nacionalista de proporciones bíblicas (a por ellos!) en la España más cañí.
El matrimonio -o trío- independentista peligra por falta de estrategia a medio plazo, mientras el unionismo se prepara para una primavera de sentencias e inhabilitaciones en masa. La causa general contra el independentismo no ayuda a creer las palabras moderadas de Iceta o las acusaciones de Arrimadas. Domènech, en cambio, sigue buscando un espacio intermedio que, incluso, han abandonado algunos de sus socios en el Estado -sorprende el perfil bajo de Podemos sobre los presos o el 155-.
La conclusión es que todo ello sólo ha hecho que empezar. Nadie quiere elecciones y todo el mundo quiere que se forme gobierno lo antes posible. Ahora bien, como decía Domènech, la candidatura de Jordi Sánchez a la presidencia de la Generalitat no garantiza, en ningún caso, la paz en el Palacio del Parlamento. ¿Quién se acuerda ya del oasis catalán?


Catalunya Plural, 2024 