“Ropa legal hecha por gente ilegal”. Ése ha sido el eslogan escogido por el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes para iniciar una campaña de micromecenazgo que permita al colectivo arrancar su primera gran colección de moda bajo el paraguas de su marca, Top manta. Los beneficios de la colección se destinarán a vivienda, salud y asesoría legal para el colectivo.

Tras nueve meses de trabajo entre los vendedores ambulantes, estudiantes y ex profesores de diseño de la escuela BAU de Barcelona y el equipo multidisciplinar de PlayGround Do, los manteros han lanzado un crowdfunding –aspiran a conseguir un mínimo de 20.000 euros con él– donde pueden verse los diseños exclusivos que han elaborado para dar continuidad a los primeros materiales que hicieron públicos en junio de 2017, cuando presentaron su firma de moda.

La acogida de la marca, auspiciado bajo su cooperativa propia (ya convertida en asociación como primer paso hacia crear una sociedad gracias a la asesoría legal y gratuita de un bufete de la ciudad), fue tal en aquellos momentos que los vendedores se plantearon hacer crecer el proyecto unos meses más tarde. “Lanzamos la marca y de pronto la gente nos tenía admiración. Los medios querían entrevistarnos, todo el mundo se mostraba sorprendido”, ha explicado Aziz Faye, uno de los portavoces del colectivo.

El colectivo de vendedores ha inspirado los nuevos diseños en su propia experiencia, narrando su viaje en patera hasta las costas españolas, la lucha por sus derechos y el vínculo que mantienen con la cultura de Senegal. Las prendas se elaborarán –ha destacado el sindicato– con materiales de comercio justo y prestarán especial atención a los procesos que dichos materiales siguen para respetar los derechos laborales. “Esto es una oportunidad para avanzar hacia nuestro sueño: poder trabajar legalmente y contribuir a la economía de Barcelona”, ha asegurado el colectivo.

Tras un proceso asambleario, los vendedores ambulantes han decidido que los beneficios del proyecto se destinarán en un 20% a un fondo de vivienda. Con él se distribuirán ayudas para pagar los alquileres (muchos de los vendedores comparten piso en el barrio del Besòs de Barcelona). Otro 20% se destinará a un fondo de salud, y otro 20% a un fondo legal para tener asesoramiento jurídico y sufragar el pago de multas. Con el resto de dinero se seguirán pagando acciones políticas, culturales y educativas del colectivo, tales como las charlas antiracistas que los vendedores realizan ya con jóvenes.

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Besòs, 1990. Periodista. Ha contado historias en 'Cafèambllet', 'Sentit Crític', 'ARA', 'MondoSonoro' o 'eldiario.es', y se ha formado para ello en el Máster en Comunicación, Periodismo y Humanitades de la UAB. Miembro del colectivo de periodismo narrativo y acción social, SomAtents. Sobre todo Barcelona en 'Catalunya Plural'.

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