Arrels Fundació es una entidad que nació hace 30 años con la voluntad que no haya nadie durmiendo en la calle. Ahora en Barcelona, más de 1.000 personas viven en la calle. El 90% son hombres y el 10% son mujeres y su media de edad es de 42,7 años. Sólo llegan a los 58 años de esperanza de vida y el 20% no tiene tarjeta sanitaria en el Estado. En Barcelona, el 79,2% sufre trastornos crónicos físicos o mentales. La media de tiempo viviendo en la calle es de tres años y cuatro meses. Durante este periodo, el 30% ha sufrido agresiones, siendo en un 40% cuando la encuesta se hace sólo a las mujeres. Además, aquellas personas que se sienten más vulnerables reconoce en un 60% haber sufrido agresiones.
En los inicios de Arrels, un grupo de gente se juntó con un objetivo común y ya entonces definieron tres líneas de acción: atender las personas sin hogar que se encuentran en las fases más consolidadas de exclusión para que vuelvan a ser lo más autónomas posible, sensibilizar la ciudadanía sobre la realidad de las personas sin hogar y realizar incidencia política y denunciar situaciones injustas y aportar propuestas que ayuden a transformar la realidad de exclusión social.
Ferran Busquets es su presidente y no se corta al afirmar que vivir en la calle mata, puesto que estas personas tienen una esperanza de vida de 20 años menos que la media de la población. Para combatirlo, tienen iniciadas varias campañas, han realizado varios documentales y hacen acción diaria tanto con las personas que viven en la calle como para incidir y cambiar las políticas públicas alrededor de la vivienda.
Hablamos con Ferran Busquets sobre las dinámicas y el objetivo de Arrels, que intenta “llegar a las personas que están en la calle en una situación más cronificada, aquellas que lo tienen más difícil para salir” mientras intenta acabar con el problema de la vivienda y la situación de desigualdad que viven en todos los aspectos.
Qué contacto tenéis con las personas que viven en la calle? Cómo lo hacéis?
Tenemos un equipo de acogida que gestiona el centro abierto y un equipo de calle que está formado por voluntarios. Somos 60 profesionales y 400 voluntarios. El equipo de calle lo que hace es visitar la gente: la conocemos, nos acercamos y la acompañamos. No vamos a la calle a sacarlos de allá. Vamos a contactar con las personas, establecer una relación, a recuperar esta confianza que han perdido y, a partir de aquí, si la persona quiere dar un paso, los podemos acompañar. Para quien vive en la calle, en el centro abierto tenemos consignas y duchas pero quienes las acaba utilizando no son quienes están muy deteriorados ni en una situación muy cronificada porque ya han querido llegar hasta aquí.
Relacionas que cuanto más tiempo hace que alguien vive en la calle más le costará acercarse al centro abierto de dia?
Sí porque están más dejados y ya han perdido la confianza en todo el mundo. Yo siempre digo que alguien que ha perdido la confianza con la gente o con uno mismo sabe cómo es de difícil recuperarla. Si tú tuvieras problemas de vivienda harías algunas llamadas, algunos movimientos a la desesperada para no llegar a la calle. Si aún así llegas perderías la confianza con toda esta gente que te ha dicho que no.
Y vosotros que le podéis ofrecer a alguien que ha llegado a esta situación?
Pues primero venir al centro pero lo que intentamos ofrecer es la solución en la calle. ¿Por qué una persona está en la calle? Porque no tiene un lugar donde estar. Podemos hablar de pérdidas de trabajo, de roturas de relaciones, de muchas cosas que otra gente aisladamente ha tenido pero como seguía teniendo vivienda no ha acabado en la calle. Es así de sencillo: no tienes vivienda, te vas a la calle. Nosotros en estos momentos tenemos 200 personas alojadas en diferentes espacios: tenemos una residencia de 34 plazas, tenemos 80 pisos, algunos individuales otros compartidos, y tenemos un piso cero. El piso cero es un espacio de muy baja exigencia donde sólo se pide comportamiento y no hace falta que la gente se duche, pueden beber, pueden traer animales… También ofrecemos habitaciones de realquiler: tienes derecho a una habitación y a ir al lavabo unas horas al día, el acceso a la cocina también es limitado… a menudo están en muy malas condiciones, es una manera muy poco digna. Además, aquí tenemos un espacio ocupacional para que la persona tenga cosas a hacer durante el día porque si no se le hace muy largo.
La clásica pregunta es si así se recuperan o volverán a trabajar. Estamos hablando de personas de unos 50 años que han estado quizás 10 años en la calle o más o menos. No me gusta decir que la recuperación y el regreso al mundo laboral es imposible pero sí que hay una dificultad increíble. Si a tal como está el patio le añades toxicomanías, problemas de salud mental o el trauma de haber vivido en la calle pues el regreso al trabajo es una dificultad muy grande.

El 90% de la población que vive en la calle son hombres y el 10% restante son mujeres. Por qué se explica esta diferencia?
La mujer antes de llegar a la calle usa muchos mecanismos, muchos de ellos nocivos para ella. Hay un ejemplo muy gráfico: una chica nos llamó, no estaba en la calle, estaba viviendo en casa de un amigo a quien no le podía pagar con dinero. Hay entonces el acceso a la prostitución, trabajos muy precarios de limpiar casas, cuidar gente mayor o niños… Para las mujeres que tienen hijos también hay más protección y hay más mecanismos además del “por mi hijo lo que sea”. Claro, este ‘lo que sea’ a menudo es mucho más duro. También se tiene que contar que la mujer en la calle puede sufrir muchas más agresiones y de todo tipos. Entonces la mujer se esconde mucho más. Cuando hacía voluntariado en la calle muchas veces cuando veíamos una mujer sola a la cabo de un tiempo la encontrábamos de nuevo junto a un hombre, seguramente para tener alguien y protección.
Has hablado de salud mental, qué patologías son las más usuales?
Hay mucha gente con toxicomanías. Una persona que llegue a la calle puede llegar por el alcohol, no tiene porque, pero, si llega a la calle, es muy probable que acabe alcoholizada. Un dato importante en cuanto a salud es que la gente que nosotros atendemos viven de media 20 años menos que el resto de la población de Barcelona. Esta diferencia tan bestia es un dato que sólo se produce en los países en vías de desarrollo. Dormir en la calle mata. La gente tiene muchas enfermedades, está en situaciones muy bestias, tiene depresión…
Acceden al sistema sanitario en igualdad de condiciones?
No. Es muy difícil. Ahora estamos empezando a hacer un estudio sobre neurología. Además de todo el tema psicológico, si su cabeza no está preparado para recibir una información porque de aquí a 30 minutos la olvidará, no puedes decirle ‘tenemos que ir al médico’, le tienes que decir ‘vamos al médico ahora’.
A veces os encontráis en situaciones difíciles de gestionar?
Sí. A menudo hay gente que no acepta su situación y necesita enfocar la rabia y la frustración de ‘la sociedad no me está dando una solución’ hacia aquellos que lo escuchan que en este caso somos nosotros. Estamos empezando a hacer una guía de choque porque alguien cuando llegue a la calle sepa que puede hacer, no hace falta que lo aprenda a base de bofetadas. Se los tiene que explicar la realidad y se les tiene que poder decir que se quedarán una temporada larga en la calle porque ahora mismo no hay soluciones. Hay albergues sí, pero están ubicados en una zona horrorosa y cuando llegas a menudo no encuentras espacio. Es una situación penosa.
Qué proponéis en cuanto a este tipo de albergues?
Abrir espacios por toda la ciudad. La operación frío mismo son 100 plazas extras y siempre queda corta. Son soluciones que no sirven porque la gente sólo acaba pudiendo acceder un día: porque no repite o porque no los dejan. Que estén tan alejados además hace que la gente no quiera ir. Si tienes que estar una hora andando para llegar, no te vale la pena abandonar tu rincón, tus cartones y tus cosas.
Una buena iniciativa es Housing First donde tú irás a un piso sin preguntarnos si tienes trabajo o no, si estás alcoholitzat o no… Tienes derecho a una vivienda, pues esto va primero. Las condiciones es que si tienen ingresos paguen un 30% de estos, que acepte la ayuda de un equipo de apoyo que lo acompañará con la higiene o el alcohol sin que sea una condición para la vivienda y finalmente tener una buena vecindad, puesto que el HousingFirst son pisos repartidos por toda la ciudad.

Quién paga estos pisos? Las instituciones?
Ojalá, pero son pisos normales del mercado de alquiler. El Ayuntamiento tiene algunos pero no suficientes. Ahora mismo se está apostando por la vivienda, y esto está muy bien, pero no se está apostando por las personas que hoy y mañana sufren la noche en la calle. Mi sensación es que se ha lanzado la toalla, que no se hace nada en este sentido, y esto me parece un error muy grave. Han cogido un discurso que también es cierto pero que no lo justifica: que a nivel catalán y estatal no se están haciendo suficientes cosas, que los otros municipios envían gente hacia Barcelona, que hay un problema de la vivienda en general… Como sociedad, si tú tienes un problema yo no te puedo decir ‘tu problema es del estado’: si tienes un problema te tendré que ayudar.
Uno de los argumentos al que se recorre es ‘yo no creo en la caridad’.
Me parece muy bien pero no es incompatible una cosa de la otra. Si mi hijo se está muriendo de hambre, por mucho que lo mejor para él sea un plato de verdura si sólo tengo una pasta pues se la acabaré dando. Claro que se tiene que buscar la solución ideal pero mientras esta persona está sufriendo. Lo que no podemos es no hacer nada y decir que el problema es otro. La vivienda social en Barcelona es un 1,5 y no podemos esperar que sea de un 15 porque esto no lo veremos ni tú ni yo. Entonces mientras tanto, ¿qué?
Habláis a menudo de como las personas que viven en la calle son invisibles.
Sí. Tenemos que implicar a la ciudadanía en este problema o no habrá nada a hacer. Yo no he visto nunca ningún cambio en el que la sociedad civil no se haya movido y no es un posicionamiento político, es una realidad. Arrels ahora mismo tenemos 400 voluntarios fijas apuntados en diferentes servicios pero a lo largo del año hay más de 4.000 personas y empresas que nos proporcionan el 70% de nuestros ingresos. Esto nos facilita muchísimo la acción y nos permite cuestionar las políticas. De hecho a nivel catalán se está haciendo un Plan Integral de Sensellarisme pero no sé si por la paralización del 155 o que pero hace tiempo que no tenemos ninguna noticia.
Para implicarla hay que romper con todos los prejuicios. Qué me dices de la frase: si le doy dinero se los gastará en alcohol?
Si una persona está alcoholitzada, necesita el alcohol sí o sí. Hay riesgo para su salud si deja de tomar de golpe. Cada persona sabe sus necesidades y decidirá con qué gastarse el dinero. El problema al dar dinero es que a menudo la gente lo hace para quedarse ella tranquila. Ante esto yo prefiero que no lo hagan y que se remueva un poco su conciencia. Yo con el tema dinero, que cada cual haga lo que quiera. A veces es mejor establecer una relación con alguien que ves cada día y no darle dinero pero si conversación.
Otro ejemplo sería quien da comida y después la persona que la recibe no la acepta.
Quizás no es lo que necesita. En Barcelona nadie se morirá de hambre. Los jueves es fiesta gorda en la calle porque se sale a repartir comer. Entonces es mejor, vuelvo a decir, mirar como te puedes acercar, hablar con él, preocuparse… Si una persona es agresiva lo verás rápido porque esto te lo puedes encontrar al autobús y en todas partes. De prejuicios hay muchos: el del alcohol es el que hace más mal pero se tiene que entender la situación. Cuando estaba de voluntario me habían llegado a decir que gracias al alcohol no se lanzaban a las vías del metro o que si los agredían por la noche lo pasaban mejor.
Cómo decíamos antes si una mujer no está en la calle y pasa por la prostitución o vive en casa de alguien a cambio de otra cosa es una opción diferente a vivir en la calle. ¿Qué es peor? Esto es muy difícil de decir.
Otro prejuicio es ‘está en la calle porque quiere, tienen albergues’. Hombre, a quien le apetece dormir con 10 hombres todos desconocidos, que tienen muchos problemas, que tienes tu móvil que es lo único que tienes y quizás te lo roban? No dormirás en toda la noche. Mejor continuar en tu rincón sin que nadie te incordie y con todo controlado. Y además, ¿para estar 4 días y empezar de nuevo?
Sobre el trabajo: que alguien pruebe a ir a trabajar cada día sin ducharse. Te encontrarás mal por no haber dormido bien, estarás incómodo por los olores… Ir a trabajar cada día deshecho no lo puede hacer nadie.
Y no tienes donde dejar las cosas mientras estás trabajando.
Exacto. Aquí tenemos unas consignas pero no hay más en todo Barcelona.
Qué se tiene que reivindicar y luchar?
A la gente que vive en la calle se les ha vulnerado el derecho a la vivienda, se les ha vulnerado el derecho a la salud básicamente por la esperanza de vida que tiene una diferencia de más de 20 años, se les ha vulnerado el derecho a la seguridad por todas las agresiones. También el derecho a la intimidad porque lo hacen todo a la vista de todo el mundo y después también queremos reivindicar el derecho a la verdad que quiere decir romper con los estigmas. Antes de acusar alguien del qué hace y deja de hacer, si no sabes, calla.


Catalunya Plural, 2024 