Ahora sí que todos los indicios parecen indicar que Jordi Turull podría ser el próximo presidente de la Generalitat a partir de la próxima semana si, como es muy probable, se convoca el pleno de investidura, después de que Jordi Sánchez ha renunciado formalmente a la su candidatura con una carta que ha enviado al presidente del Parlamento, Roger Torrent. Hay pero otra variable todavía y es que cuente con el apoyo de la CUP, lo que, a estas alturas, ya no está tan claro porque dicen que no tienen ninguna intención de apoyar a un gobierno que quiera hacer autonomismo en cuentas de republicanismo. Sin embargo, si finalmente Turull obtiene el apoyo de los cupaires, es muy probable que no se esté mucho tiempo como presidente de la Generalitat porque, según dicen informadores cercanos al tribunal supremo, el juez Llarena le procesará por sedición y rebelión lo que comportará su inhabilitación para cargo público.
Hay una estratégica querida detrás de todos estos movimientos que consiste en poner en evidencia los “obstáculos” legales que el aparato del Estado interpone para impedir la formación del nuevo gobierno catalán y muy especialmente para hacer presidente a los que están involucrados en las querellas por haber formado parte del gobierno que sacó adelante el referéndum declarado ilegal. Y a la vez detrás de esta estrategia están los procesos que los independentistas catalanes están poniendo en marcha ante el TEDH y otras instancias internacionales.
Una carrera de fondo que no sirve para desatascar la situación actual y que ya veremos qué aportará dentro de unos cuantos años. Recordemos por ejemplo el caso del ex presidente del parlamento vasco, Juan María Atutxa , procesado por los tribunales Español por haberse negado a disolver el grupo de Batasuna y que ha obtenido el apoyo de los tribunales europeos cuando ya era del todo fuera de la política. Es posible que ocurra lo mismo con los que ahora son los principales actores políticos y que lo han estado del proceso, Carles Puigdemont, Oriol Junqueres, los Jordis y todo el gobierno que fue cesado a raíz de la aplicación del 155. Esto significa que en el caso de que los tribunales europeos les den la razón, no llegará a tiempo para evitar que todo este proceso haya dado lugar a una renovación profunda y total de la clase política catalana.
De momento, si se logra la investidura de Turull, Junts per Catalunya y ERC deberán gobernar con lo que haya quedado después del 155, que la vicepresidenta del gobierno ya se ha apresurado a dejar claro que no han sido de brazos cruzados, ya que sin ir más lejos han destituido más de 200 cargos, y, sobre todo, deberán gobernar con las cuentas intervenidos por el gobierno del PP. Habrá que ver cómo se lo tomarán los ciudadanos que plantaron cara el 1-0 impidiendo que las urnas del referéndum fueran confiscadas por la policía española.
Incluso dentro del mundo independentista hay quienes quieren pasar página, hacer política desde el gobierno y el Parlament e intentar ensanchar la base de apoyo a su posición y otros que insisten en seguir llevando adelante el proceso por la vía de reclamar la legitimidad de los que ganaron las elecciones al tiempo que lamentan que el gobierno catalán detuviera el proceso justo después de proclamar la independencia en el Parlament. Consideran estos últimos que si se hubiera seguido adelante, haciendo frente a las amenazas del gobierno, el proceso judicial no hubiera llegado tan lejos. Muy probablemente las dos visiones de la jugada tengan su parte de razón aunque permitir que se forme gobierno no impide el activismo que otros hacen en las instancias internacionales.
Los catalanes, en general, seguro que agradecerán que haya gobierno que a la vez hará posible desactivar el 155. Lo que pueda hacer este gobierno lo iremos viendo pero seguro que estará controlado por todos, el gobierno del PP, los tribunales, la caverna mediática. Y también, y en este caso del todo legítimamente, por la oposición y los medios de comunicación en general.
Entraremos en una nueva situación que ahora es incierta por lo que se podrá hacer y lo que dejarán hacer. También en lo que durará y debido a que entramos ahora en un ciclo electoral en el que el PP puede tener las horas contadas como partido hegemónico al conjunto de España, eso dicen las encuestas. De momento el gobierno del PP podrá aprobar los presupuestos con el apoyo del PNV.


Catalunya Plural, 2024 