No encuentro una traducción satisfactoria. Es una mezcla de echar leña al fuego, pescar en río revuelto y aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid. Hoy me sirve para describir cómo algunos independentistas catalanes sacan partido de lo que ocurre en España. Como si fueran cosas que sólo ocurren en el resto de España, aunque no utilicen esta fórmula por razones obvias.
Por ejemplo, con todo lo relacionado con la sentencia de La manada. Siguiendo el ‘embolica que fa fort’, son incontables las opiniones que contrastan la tibieza de la condena de Pamplona con la dureza del juez Llarena. Poniéndolas en el mismo saco deducen, una vez más, que el franquismo no ha muerto. Aquí ya hemos dicho, una y mil veces, que los políticos catalanes que están en la cárcel deberían estar en la calle; que la prisión provisional que se les aplica no se justifica y que, en cualquier caso, la petición de estar cerca de su familia debería aceptarse ya. También hemos concluido que la sentencia de La manada pone de manifiesto la persistencia de un machismo vengativo en sectores del estado. Pero sacar como única conclusión que la justicia española es predemocrática es una broma. Sobre todo cuando el PP tiene más de 800 imputados y cuando la lista de poderosos que han pasado por la cárcel es tan larga.
La otra conclusión interesada que circula por algunas redes es que España es machista. Es el duodécimo punto de la lista de atrasos de la sociedad española que presentó el domingo 29 de abril un diario catalán. ¿Toda España es machista, o el resto de España? Si es toda España, no tendría objeción. El machismo es todavía una lacra de nuestra sociedad. También de la catalana. Añadiría, sin embargo, que la sentencia ha provocado en toda España (no sólo en Navarra o Catalunya) la movilización más importante en favor de los derechos de las mujeres desde el #metoo (ver el NYT del lunes 30 de mayo de 2017).
Sostener que España (se entiende, el resto) es machista forma parte de este relato interesado que coteja la compleja realidad de nuestra sociedad (incluida la catalana) con la fantasía de una república donde el machismo, y otras muchas lacras, habrían desaparecido. Pescar en río revuelto forma parte de los tiempos populistas que nos ha tocado vivir. España tiene mil problemas y mientras siga gobernando el PP, estos no harán sino agravarse. Catalunya tiene los suyos (unos derivados de la política española, otros no). Los catalanes deberíamos discutir cómo superarlos, desterrando la idea de que los de los demás alimentan nuestros sueños.


Catalunya Plural, 2024 