Las alteraciones de la salud mental son actualmente la segunda causa de baja laboral en España y las previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que en 2020 sea la primera. En la Unión Europea también tendrá una incidencia muy similar. Cuando se habla de enfermedades mentales «nos referimos básicamente a la ansiedad y la depresión», afirma Núria Martínez, secretaria de la junta de AMMFEINA, una organización sin afán de lucro que desde el año 2005 agrupa y representa a las 31 entidades de iniciativa social en el ámbito catalán, que favorecen la inclusión y la no exclusión laboral de personas con un problema de salud mental.
Martínez especifica que el concepto «enfermedad mental es muy amplio, pero en el entorno laboral la depresión y la ansiedad son las más recurrentes». Añade que si no se hace un tratamiento adecuado «hay el peligro que se cronifique y acontezca un trastorno mental severo». Para combatir estas situaciones, AMMFEINA reclama «el impulso de estrategias públicas y privadas orientadas a la promoción de un clima laboral saludable». La entidad señala que «el principal riesgo para que una persona presente problemas de salud mental en el lugar de trabajo está relacionado con factores psicosociales».
Mala organización del trabajo
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estos factores son, por un lado, las interacciones entre el trabajo, el medio ambiente, la satisfacción en el lugar de trabajo y las condiciones organizativas; y de la otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su vida personal. Históricamente, había habido la sensación que el estrés y la ansiedad sólo afectaban a personas con determinadas responsabilidades en las empresas. Ahora, reconoce Martínez, «todo es mucho más interclasista». Con las nuevas tecnologías todo el mundo está mucho más controlado, «todos traemos una vida donde hay más plazos urgentes para terminar las tareas, donde se tiene que trabajar rápido, que no se puede desconectar nunca, siempre pendiente del móvil…».
La secretaria de AMMFEINA cree que «esto no es culpa de nadie y es culpa de todo el mundo». Asegura que «en general hay muy poca conciencia sobre este problema. Tener trabajo es un elemento de buena salud, pero también lo puede ser de mala salud». Explica que en materia de salud laboral se han tomado muchas iniciativas para evitar riesgos para cuestiones físicas, como la ergonomía o la alimentación pero, en cambio, los riesgos mentales «se han dejado de lado». Para prevenirlas, Martínez propone la realización de una encuesta psicosocial a las empresas entre sus trabajadores. En Cataluña, «sólo un 2% de las empresas la han hecho». Estas encuestas –«que son difíciles de aplicar»– pueden detectar, por ejemplo, situaciones de mòbing entre jefes y empleados o entre empleados y tienen como objetivo mejorar el clima laboral en las empresas.
El estrés afecta al 51% de los trabajadores según un informe de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (OSHA), que tilda «de alarmantes» estos datos. AMMFEINA aporta cifras otros aspectos sobre la salud mental en el entorno laboral en el informe que elaboró para el pasado 28 de abril, Día Mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo. Todas estas estadísticas hacen que Martínez reclame que «la salud mental debería ser un elemento prioritario para cualquier gobierno». En cambio, lamenta que «en los programas electorales de ningún partido se incluye esta cuestión».
Las políticas y estrategias de prevención «hay que adaptarlas al territorio, porque no es lo mismo lo que se tiene que hacer en una gran multinacional, en una empresa mediana o en una de pequeña». Recuerda el gran peso que tiene en Cataluña la pequeña y mediana empresa, «que supone el 75% del empleo».
El problema de la estigmatización
Un problema añadido es «el estigma que supone sufrir una enfermedad mental». Martínez señala que «el cerebro forma tanta parte del cuerpo humano como una pierna. Si te rompes una, a la cabeza de un tiempo vuelves a trabajar. Con una depresión tiene que pasar exactamente igual». Para luchar contra este tipo de discriminaciones, las entidades agrupadas en AMMFEINA se dedican a ayudar «a personas con trastornos graves que normalmente, o aun no están en el mercado de trabajo o bien han sido expulsados de él». Pero más allá de estos casos, «en todas las empresas hay gente con problemas». Y lo que hace falta es evitar que finalmente «estas personas sean despedidas», que es lo que sucede habitualmente.
Pero las empresas han vivido hasta ahora de espaldas a esta problemática, «a pesar de que últimamente –admite– hay un cambio muy tímido e incipiente» Pero es todavía bastante testimonial que las empresas vayan a buscar ayuda para tratar los casos que puedan tener entre su personal. AMMFEINA y las entidades que la integran promueven cursos de formación destinados a directivos de Recursos Humanos o cargos intermedios.


Catalunya Plural, 2024 