Dirigir el Departamento de Interior ha sido siempre una de las tareas más controvertidas de la Generalitat. A partir de este sábado, el encargado de hacerlo será Miquel Buch (Premià de Mar, 1975), que toma el relevo a Joaquim Forn, encarcelado en Estremera y que ha renunciado a repetir en el cargo.

La trayectoria política de Buch hasta ahora se había dado en el ámbito local, como alcalde de Premià de Mar desde 2007 y presidente de la Asociación Catalana de Municipios (ACM) entre 2011 y 2018, desde donde ha sido una pieza clave en la movilización de alcaldes en apoyo del proceso independentista. Buch estuvo en primera línea tanto de la recepción en el Palau de la Generalitat que se hizo el 4 de octubre de 2014, en la que participaron 800 alcaldes para apoyar el 9N, como un año después, cuando Artur Mas tuvo declarar ante el TSJC para aquella consulta, con 400 alcaldes apoyándolo en el exterior, todos ellos con la vara en la mano. Otro de los alcaldes que participó en aquel acto fue Puigdemont, que entonces era alcalde de Girona.

El de Buch fue uno de los 920 municipios que apoyaron a la consulta del 9N. En su discurso aquel 4 de octubre de 2014, en un acto solemne en el Palau de la Generalitat, Buch –en aquel momento presidente del ACM– aseguraba que “hemos hecho de la diversidad una fortaleza”, en referencia a la diversidad política y territorial. “La unidad que representa el mundo local es un mensaje para Catalunya pero también para el Estado”.

Militante de las JNC desde 1996, y adscrito al corriente “Momento Cero” en el momento de la refundación (con otros jóvenes provenientes del ámbito local, como Marta Pascal, Albert Batalla, Marc Arza o Jordi Cuminal), era claro que el ámbito local le quedaba pequeño. El pasado diciembre entró a formar parte de la lista de Junts per Catalunya, en el puesto número 22 por Barcelona.

Como alcalde de Premià, uno de sus peores dolores de cabeza lo tuvo con la ocupación de la antigua fábrica Can Sanpere. Hace un año, Buch pidió cambiar la ley de Vivienda para evitar “ocupaciones ilegales de caraduras”.

En ese momento, dijo que la ley era “muy permisiva” y “los que utilizan este método de forma fraudulenta conocen las maneras de esquivarla”. A raíz del desalojo de Can Sanpere, Buch declaró que los Mossos intervinieron porque “hay una sentencia que se debe cumplir” y defendió la actuación policial porque “lo único que han hecho es preservar un espacio de interés local para que nadie lo pueda echar por tierra”. Esta finca, de más de 10.000 metros y propiedad de Núñez y Navarro, hacía años que estaba ocupada por una veintena de entidades. Desde la plataforma de apoyo a Can Sanpere criticaron la falta de diálogo con Buch y que el compromiso para la expropiación que planteó el Ayuntamiento no era el mismo que se acordó en la consulta popular celebrada en 2014.

En 2016, Buch advirtió a la CUP que “la desobediencia no es necesario ejercerla cada día”, sino sólo “cuando toque” y en un “último caso” en el camino hacia la independencia, cuando estén “en cuestión la democracia y la libertad” de los catalanes. Las declaraciones las hizo en referencia a las llamadas que hizo la CUP en no hacer caso de los requerimientos de la Audiencia Nacional y el Tribunal Constitucional.

En 2013 Buch, padre de tres hijos, anunciaba que padecía esclerosis múltiple benigna desde que tenía 21 años. Lo anunció a raíz de que el programa la Marató de TV3 dedicaba el espacio para hablar sobre enfermedades neurodegenerativas.

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Barcelona. Periodista y Master en Comunicación de Conflictos y Movimientos Sociales. Ha pasado por las redacciones de Barcelona Televisión (BTV), La Directa y eldiario.es

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