El Foro Catalán de la Atención Primaria (FoCAP) presentó un documento denominado ‘Consideraciones para un abordaje social y sanitario del suicidio a propósito del Código Riesgo de Suicidio’. En él buscan incorporar los determinantes sociales tanto en la comprensión del suicidio como en la intervención social y sanitaria. Comentan que “el sistema neoliberal ha desarrollado una sociedad altamente competitiva, con grandes desigualdades, generadora de expectativas que no se pueden lograr y que pueden conducir a la frustración”.
Alberto Lobo Ortiz, psiquiatra en el Centro de Salud Mental Salamanca en Madrid, participó de esta presentación aportando sus vivencias y su opinión. Su última novedad entorno a la psiquiatría la encontramos en un libro que reúne críticas a una perspectiva reduccionista y biologicista a la vez que busca alternativas que caminen hacia una “asistencia más horizontal, más participativa y más democrática”. Y todo con la finalidad de transmitir la idea de que “a las personas se las debe mirar en su contexto, no como un cerebro equivocado”.
Atribuye la alta medicalización y el alto uso de los servicios mentales a esta sociedad neoliberal que individualiza los problemas y conflictos, los despersonaliza y borra sus causas sociales.
El documento que se presentó ayer denuncia la facilidad con la que se atribuye enfermedades mentales a aquellas personas que tienen tendencias suicidas. ¿Cómo se explica?
El planteamiento de base es cómo el sufrimiento psíquico que todos experimentamos se ha transformado en una enfermedad mental. La metáfora de todo esto es médica: hay un tipo de alteración cerebral que necesita exclusivamente un abordaje sanitario.
La psiquiatría no es lo mismo que la nefrología o la cardiología. El cerebro es el substrato biológico de la mente pero la mente humana tiene que ver con la cultura, con el contexto, con lo social, con el significado, con los valores… con una serie de cosas que son irreductibles al cerebro. Desde allí el sufrimiento psíquico necesita un abordaje muchísimo más abierto que no uno puramente sanitario. Se produce entonces la medicalización y la transformación del sufrimiento en una enfermedad.
Esto tiene que ver con la hiperindividualización que hay en esta sociedad neoliberal de estos 40 años y también con el supremacismo del cientificismo. La idea que las ciencias positivas nos van a dar la solución y la tecnología para resolverlo todo. Esto, además, dentro de un mercado sanitario donde se ha desarrollado de una manera espectacular la venta farmacéutica y también el crecimiento de las empresas sanitarias, ya que tratar a las personas sanas es muy rentable. Se abre un campo donde se medica y se pone en tratamiento a personas con un sufrimiento psíquico normal. Esto sucede con la tristeza, con el miedo y también con las conductas suicidas: todo se convierte en una enfermedad mental.
En esta sociedad cada uno también es dueño de su destino y si yo estoy en el paro es que no tengo la formación adecuada o no busco apropiadamente. Si me desahucian, no he reunido dinero o no he conducido mi vida de una manera idónea para tener una casa. Con el sufrimiento es lo mismo: todo cae en el individuo y esto abre la puerta a individualizar y medicalizar cualquier tipo de sufrimiento y de problemática social.
¿Què factores sociales contribuyen a que se diagnostique rápido aunque como dices no siempre de manera correcta una enfermedad mental?
Todos. El empleo precario y el paro. En el sistema educativo, la hipercompetitividad. La vivienda. La individualización de los conflictos… Sobre la desigualdad social siempre se ha dicho que a más desigualdad socioeconómica, mayor prevalencia de enfermedad mental. Los condicionantes sociales son determinantes en el nivel de salud de la población.
Existe el discurso de que el carácter influye a pesar o indiferentemente de los condicionantes sociales.
No podemos caer en un reduccionismo cerebral pero tampoco en uno sociológico. Algo que también es crucial es la biografía de una persona. Si uno tiene un entorno donde es cuidado y atendido desde siempre, esto propicia que uno se vincule y se adapte mejor con el entorno y tenga más capacidades de enfrentamiento. Los determinantes sociales son importantes pero también el desarrollo psíquico. Tampoco hay que desdeñar evidentemente lo biológico. Estamos dentro de un cuerpo que también nos puede condicionar mucho… Es algo de lo que realmente sabemos poco y entonces tendemos a simplificarlo. Y que sencillo que sería todo si se redujera a la dopamina y a la serotonina… no podemos quedarnos con esta deriva biologicista.
La depresión es lo que se relaciona más rápido como causa de intento de suicidio y se crea un estigma alrededor: “nunca quiere hacer nada”, “siempre está tirado en el sofá”. ¿Cómo rompemos con está relación, cómo ponemos en valor que quizás la soledad en ciertas situaciones no es mala y como gestiona el entorno no comprender las necesidades del otro?
La soledad es estupenda cuando es buscada. El problema es cuando es impuesta: no tengo tejido, ni vínculos. Uno de los factores que protege a la hora de tener sufrimiento psíquico es tener red, familia, amigos, compañeros… uno se siente más arropado y sufre menos en tener un espacio dónde poder compartir y sentirse comprendido. Pero si mi sufrimiento es sólo mío pues es posible que la gente de mi alrededor no me cuide y me diga que me apañe, que no sea vago. Muchas veces hay este estigma de la discriminación que en vez de cuidar y ayudar lo que se hace es culpar y desatender a esta persona que esta sufriendo.

Hay el estigma del desganado y el vago pero también hay, delante de intentos de autolisis, la idea de querer llamar la atención e incluso de ser un egoísta.
Un intento de autolisis es una comunicación y a menudo lo que quiere decir es “estoy sufriendo y necesito ayuda”. Uno lo puede hacer encerrándose o estando triste y si quizás la gente de alrededor no responde, entonces con símbolos autolíticos se transmite un “fíjate lo mal que estoy que quiero morir”. Esto a veces mobiliza la red de cuidados. Es lícito también.
Al final el estigma y la discriminación tienen que ver con la etiqueta de enfermo mental. Con la idea de que he tenido un ingreso, un diagnóstico, un tratamiento… esto genera un autoestigma: soy menos que los demás. Esto puede suscitar vergüenza y otros problemas como que si se entera mi jefe no me renueve el contrato, mis compañeros se alejen de mí… Los diagnosticados como enfermos mentales tienen menos oportunidades.
Ahora mismo el suicidio es una de las primeras causas de mortalidad a nivel mundial. ¿Por qué se oculta?
Por el significado que tiene ahora el suicidio: es un fracaso del individuo y es algo vergonzoso. Entiendo que en la época de los viquingos cuando se glorificaba, no se juzgaba. Ahora avergüenza tanto a la persona como a su entorno. Esto daña a las personas que sobreviven, a los familiares de la gente que se ha suicidado.
En el acto hablamos de como lo viven los profesionales de la Atención Primaria, la facilidad de diagnosticar depresión o ansiedad y también el proceso de dar bajas laborales. ¿En qué favorece que esa persona reciba una baja laboral pero no reciba por falta de recursos o otros factores otras ayudas?
La baja laboral ahora se ha convertido en un instrumento para que los trabajadores se puedan defender de los problemas laborales. Un estudio sueco comparó los días de baja laboral por causa psiquiátrica con el número de días perdidos de trabajo por huelga laboral. Estos estaban descendiendo a la par que aumenta el otro. Esto significa que antes los problemas se trataban de manera colectiva a través del sindicato donde había un sentimiento de que el patrono nos estaba puteando y teníamos que unirnos para pelear por esto y ahora los problemas se individualizan. Ya no tenemos un conflicto de clase sino que Carla o Alberto tienen un conflicto y la manera que uno de ellos pueda manejar un conflicto individualmente en su empresa de la que depende y que le da un sueldo a fin de mes es a través de la baja laboral para alejarse de ese ambiente que le está presionando y dañando.
La baja es una forma de enfrentar todas las dificultades y los conflictos laborales de momento. ¿Para qué sirve? Pues es pan para hoy y hambre para mañana. Es interesante si durante ese tiempo la persona contrata a un abogado, va al comité de empresa, contacta con un sindicato e intenta resolver su conflicto que está individualizado.
¿Quién tiene la culpa?
No hay culpa. Culpa ¿de qué? Las bajas son lo que tenemos ahora. Desafortunadamente no tenemos ni una conciencia de clase ni unos sindicatos poderosos. Tenemos una legislación laboral horrible que propicia el empleo precario, que la gente sea maltratada, que tenga regímenes de contrato de semiesclavitud. Si hubiera otra política laboral no se tolerarían estos abusos y la gente en tener unos trabajos más seguros no tendrían tanto conflicto y no necesitarían las bajas. La culpa es del sistema. Conflictos laborales siempre ha habido la forma de resolverlos se debe a la sociedad neoliberal donde cada uno se tiene que enfrentar sólo a sus cosas.
¿Qué hacemos?
Pues tenemos que crear tejido social que nos permita enfrentar de manera colectiva todos los problemas sociales que nos atañen a todos.
Y de mientras, ¿cómo hacemos para desmedicalizar?
Los profesionales sanitarios somos parte del problema en el sentido que hemos asumido este encargo de la sociedad de medicalizar y mantener individualizado el sufrimiento de las personas. Si me viene una persona desahuciada yo como psiquiatra le daría un medicamento. Lo que deberíamos hacer es ver qué podemos hacer con su desahucio y su sufrimiento: ir a la PAH, a servicios sociales, intentar pedir una ayuda tal o un alquiler tal. Ir a las causas sociales de lo que le está pasando y no solamente dar una respuesta sanitaria en ver que tiene la serotonina baja o que tiene pocas herramientas de enfrentamiento y le voy a diseñar una terapia.
Los profesionales sanitarios tenemos que ampliar el foco y no quedarnos sólo con lo médico y psicológico. Ver que hay de social y orientar a estas personas a las agencias que les puedan ayudar: abogado, comité de empresa, servicios sociales, PAH… esto es crucial. Se están construyendo desde abajo todo de movimientos que están propiciando que se construyan un tejido de apoyo en el momento que el estado ya no lo provee la ciudadanía se lo esta buscando.
Esto al final es atención comunitaria.
Sí y tendría que propiciarla el estado pero como no es así la gente se organiza por su cuenta. La sociedad de bienestar tendría que garantizar unas ayudas sociales para que todo el mundo tuviera unos básicos.
¿Tendrían que existir grupos de expertos en salud comunitaria que hicieran acompañamientos?
Los profesionales expertos pueden en un principio propiciar la creación de un grupo pero se deberían retirar inmediatamente. La PAH funciona sin psicólogos ni psiquiatras que gestionen los grupos. No necesitan a ningún profesional sanitario. La gente sabe organizarse por su cuenta. Tenemos que des-sanitarizar.

Si se crea un grupo con gente del entorno de alguien que se ha suicidado, ¿cómo se trabaja el duelo por ejemplo?
Depende. Hay gente que no necesita trabajar nada. La muerte, el suicidio, forma parte del ser humano y hay gente que no tiene una vivencia de fracaso o horror. Los que sí, pues ya irían a servicios de salud mental pero si pueden convivir con el dolor mejor que acudan a grupos de apoyo mutuo. Si a alguien se le ha muerto un hijo y tiene un dolor extraordinario ya lo atenderíamos pero no a todo el mundo.
Pero si todo el mundo se puede autogestionar, ¿cuál es vuestro papel? ¿Sólo en casos extremos?
Sí. Hay personas que tienen un sufrimiento psíquico brutal y que solamente el apoyo mutuo no les funciona. Si necesitan una intervención sanitaria tenemos un papel pero esto pasa en casos contados.
A los psicólogos y los psiquiatras se nos está colocando en una posición idealizada en la sociedad extendiendo la idea de que todos deberíamos acudir a servicios de salud mental porque la tristeza ya no es tristeza, es depresión.
¿Qué ha cambiado para que ahora, al mínimo sentimiento, amigos te recomienden ir al psicólogo o al psiquiatra?
El individuo, a parte de ser responsable de lo que le ocurre y tener que buscar un gestor de sus emociones en un psicólogo o en un psiquiatra, sabe que está siempre en riesgo y que en cualquier momento le puede pasar algo. En vez de pensar en nuestra resiliencia y en nuestra capacidad de afrontamiento y de levantarnos, vivimos en riesgo y hay unos profesionales que de alguna manera te pueden conducir y aconsejar pero esto es mentira.
Contando que la atención primaria no tiene suficientes recursos para atender a toda la población y las visitas quedan muy reducidas, se acude a servicios de salud mental pagando. ¿Existe riesgo de adicción?
A veces engancha porque si yo voy al psicólogo ya no se lo tengo que contar a mis amigos, familiares, pareja. El ir al psicólogo muchas veces hace desaparecer redes tradicionales de contención y de apoyo porque ya tengo unas orejas profesionales que se hacen cargo de mi sufrimiento y esto es malo, es dañino.
Despersonaliza.
Claro. Los profesionales de la salud tenemos mucha fe en nuestros conocimientos y herramientas y por eso consideramos que podemos atender a todo el mundo. Primero porque así también llegamos a fin de mes cobrando de 60 a 100 euros pero también por tener una fe ciega. Hay muy poca actitud escéptica sobre nuestra disciplina.
¿Esto pasa con todas las especialidades por eso?
Bueno, esta idolatría que tenemos con la ciencia y con los expertos ha hecho también que los expertos nos lo creamos, que podemos salvar a todo el mundo. Por eso no tenemos ningún reparo en poner en tratamiento a todo el mundo, a tomar antidepresivos y hacer psicoterapia. También lo hacemos de manera bienintencionada, por cuidar al otro. Pero hay un conflicto con el ‘es que yo sé’ porque realmente sabemos poco.
También dados los tiempos limitados que tenéis para conocer a las personas que acuden a vosotros a tratarse.
La falta de recursos es un problema pero también nuestro optimismo terapéutico, el pensar que somos capaces de hacernos cargo de más cosas de las que en realidad lo somos. No vemos límite tampoco en intervenir si nos piden antidepresivos. No vemos que quizás hacemos más daño que bien si les ponemos en tratamiento.


Catalunya Plural, 2024 
2 comentaris
Buena intervención del médico.Expone muy bien cómo interactúan los diversos espacios sociales y cómo influyen en el bienestar o malestar personal. Muy claro.
Sin embargo,las preguntas de quien entrevista no me han parecido bien elaboradas; también la ortografía y/o la redaccion dejan mucho que desear
Las hierbas naturales han curado tantas enfermedades que las drogas y las inyecciones no pueden curar. He visto la gran importancia de las hierbas naturales y el maravilloso trabajo que han hecho en la vida de las personas. Leí testimonios de personas en línea sobre cómo se curaron de herpes, vih, hpv, hsv1 y 2, cáncer y diabetes con la medicina herbal del Dr. Osato. Me diagnosticaron HSV1 y 2. Así que decidí contactar al Dr. Osato porque creo en las hierbas y estaba desesperado por curarme del VHS. El Dr. Osato me envió la medicina a base de hierbas a través de UPS que usé y después de dos semanas de uso fui a un chequeo y mi resultado fue Negativo. Le recomendé a mi amigo inmediatamente porque también tiene hsv2 y también se curó. Sé que es difícil de creer, pero yo soy un testimonio vivo. No hay nada de malo en probar las hierbas. Puede ponerse en contacto con el Dr. Osato para obtener la cura a base de hierbas para su enfermedad/virus. Puede comunicarse con el Dr. Osato por correo electrónico: osatoherbalcure@gmail.com o WhatsApp +2347051705853. Su sitio web es osatoherbalcure.wordpress.com