No sólo son los servicios sanitarios de quien depende la salud de las personas, hay determinantes sociales detrás y el paro es uno de los determinantes significativos. Así lo valora Vanessa Puig, investigadora de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) que a través de un estudio ha comprobado que la salud mental y el bienestar emocional de las personas en una situación de paro mejora notablemente si existe un acompañamiento personalizado durante el proceso de reinserción laboral. La investigación científica que lo ha constatado la ha desarrollado la ASPB y Barcelona Activa, que se han centrado en el programa Treball als Barris.

En términos generales, ol que se está haciendo para reducir el paro se puede explicar mediante políticas activas y pasivas. Puig comenta que es evidente que, en cuanto a las políticas pasivas, la contribución directa tiene un impacto positivo, puesto que puedes cubrir necesidades básicas. Ahora bien, también añade lo siguiente para explicar el por qué de la investigación: “no habíamos mirado si las políticas activas como estas tenían un impacto positivo en la salud y creímos que sería interesante analizar Treball als Barris”.

El programa de inserción laboral Treball als Barris quiere mejorar la ocupabilidad y favorecer la reinserción sociolaboral de personas que se encuentran en una situación de paro y sólo se realiza en zonas donde hay protección de la Ley de Barrios. Es decir, en barrios donde las personas que viven tienen pocas capacidades económicas. En 2015, la ASPB cogió todas aquellas personas que entraron dentro del programa, y quisieron participar voluntariamente, y realizaron una serie de encuestas con algunas preguntas de salud y otras sociodemográficas. La misma encuesta se les repitió al pasar un año para analizar las diferencias. Hasta un 41% de los hombres y el 47% de las mujeres que participaron en el estudio científico habían encontrado trabajo después de participar del proyecto pero, más allá de las tasas de ocupación, las cifras demuestran que mejora de la salud mental y emocional es todavía más grande y tiene efectos positivos incluso en aquellos casos en que el paro se prolonga.

El acompañamiento hace mantener un mejor estado en la salud de las personas en paro

De acuerdo con los resultados, la mejora en la salud mental después de pasar por el Treball als Barris se hace patente tanto en hombres como en mujeres, a pesar de que es más acentuada en aquellas personas que han encontrado trabajo, las cuales también enfatizan sus capacidad técnicas adquiridas y una mejor red social.

Así, se ha podido observar una disminución notable en el riesgo de sufrir mala salud mental, que pasa del 61% al 27% en el caso de los hombres y del 73% al 34% en el caso de las mujeres. La mejora va más allá, como demuestra que también se reduce el porcentaje de personas que consumen medicamentos como tranquilizantes o antidepresivos: del 20,8% al 12,7% en el caso de los hombres y del 28,2% al 17,3% en el caso de las mujeres.

Aún así, Puig remarca que hay una prevalencia de riesgo de mala salud mental, incluso si comparamos la salud mental entre gente parada de los barrios incluidos dentro del programa con los otros barrios de Barcelona “vemos que está mucho peor”. De hecho, el estudio cuando evalua científicamente los efectos del programa en la salud y la calidad de vida de los participantes entre 2015 y 2017 ha visto que los participantes ya en el momento inicial presentaban un riesgo de mala salud mental el doble de alto que el resto de personas paradas en Barcelona.

En relación a cómo se logra esta mejora en la salud, las persones participantes en el programa han manifestado que consiguieron reducir el estrés, mejorar su red social y aumentar sus conocimientos en la investigación de trabajo, el uso de nuevas tecnologías y derechos laborales, y expresaron igualmente que sentían que recibían apoyo y acompañamiento que mejoraba su situación previa.

“Las encuestas nos relatan un acompañamiento, una sensación de contacto humano y que gracias a esto notan los cambios en su autoestima y también en vivir apoyo social”, confirma Puig quien también destaca que el discurso es diferente entre hombres y mujeres. Así como los primeros atribuyen las mejoras por el hecho de haber encontrado trabajo, las mujeres valoran mucho mas el acompañamiento.

A nivel técnico, se ha visto que el estudio ha servido para ver que existen mejoras en el bienestar emocional y en el apoderamiento de las personas que también adquieren experiencia tpecnica como por ejemplo saber qué se los pueden preguntar y que no. “Las sesiones formativas que reciben les ayudan a saber qué están obligados a contestar y qué no se les podrá preguntar nunca en una entrevista y esto les hace buscar trabajo con más seguridad y tranquilidad”.

Ahora, a pesar de haber dado por finalizado el estudio, las conclusiones ayudan a que el equipo de la Agencia de Salud Pública de Barcelona incidan para que se realicen políticas de mejora de la calidad de la ocupación, puesto que, como observa Puig, “por mucho que de primeras mejore la salud, a la larga no habrá servido de nada”. Esto pasa, como apuntan, porque “por mucho que los programas de ocupación laboral puedan ayudar, todas las mejoras que se podrían hacer chocan con una realidad de un mercado super precario”. Cómo indica Puig, la situación de precariedad laboral puede hacer disminuir los efectos positivos de este programa, porque esta situación tiene un efecto nocivo en la salud de las personas trabajadoras.

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