“Aquí se puede vivir tranquilamente. La casa está de lujo”. Nazario y su madre hace poco más de una semana que se han instalado definitivamente en su nuevo piso de la calle Blasco de Garay de Barcelona. Su hogar fue recuperado en una acción del Sindicat de Barri, del que Nazario participa activamente, para evitar que fuese subastado por la Generalitat: no era infravivienda. Y podría haber más inmuebles en buenas condiciones entre las 46 propiedades de herencias intestadas que el ejecutivo sacará al mercado.
El Sindicat de Barri, parte de la plataforma Aturem la Subhasta, cree que, como el de Nazario, son varios los pisos que podrían beneficiar a familias y que en cambio acabarán licitados por la Generalitat este mismo miércoles y jueves. El objetivo de Aturem la Subhasta es impedirlo, pues defienden que la puja sólo beneficiará a fondos buitre.
Por el nuevo piso de Nazario, como demuestra un vídeo difundido por La Directa, ya se han interesado. “Fue un viernes, hacia las 22h de la noche, legó a casa un hombre que me preguntó por el piso, era de un fondo. Es normal que se interesen, el piso está muy bien, y las pujas empiezan a partir de los 141.000, subirán mucho. No tengo ese dinero”, explica el joven a las puertas del ateneu cooperativo La Base, donde en breve dará inicio una asamblea que determinará qué acciones se llevan a cabo para paralizar la subasta.
Sea cuál sea el resultado de dichas acciones, o de la propia subasta, Nazario no se marchará. No tiene ningún otro lugar al que ir. Ni él, que con 34 años lleva cerca de dos en el paro (había trabajado “toda la vida como mozo de almacén”), ni su madre, Rosario, de 67, y a la que cuida a diario; el resto del tiempo lo dedica al activismo, a la defensa del derecho a la vivienda.
De hecho, su implicación en el Sindicat de Barri le hizo valedor de la oportunidad que suponía el inmueble de Blasco de Garay. Antes había resistido tres intentos de desahucio en su anterior piso, en Creu dels Molers. Nazario lleva más de un año en la Mesa d’Emergència de la vivienda, la entidad municipal que otorga pisos a personas en riesgo de exclusión. “Sigo siendo el número 4.000 y pico. No me iré de mi nuevo piso. No tengo donde ir. Solo la calle”.
El mismo Sindicat de Barri, así como Aturem la Subhasta, que reúne a entidades como la PAH o el Sindicat de Llogaters, ya han anunciado que estarán al lado de Nazario. Y que los argumentos de la Generalitat para dejar caer los pisos son excusas. “En un barrio como el de Poble-sec, esta vivienda, la de Nazario, debería tener un uso social. Dejarla al mercado contribuye al boom especulativo. Y eso es una irresponsabilidad de la Generalitat”, comenta uno de los portavoces del Sindicat de Barri del Poble-sec.
Nazario se levanta del café para entrar a la asamblea y se toca los bolsillos del pantalón. Lo lleva todo. Cartera y llaves. Llaves de su nuevo piso. El mismo que defenderá este 4 y 5 de julio; este mismo miércoles se concentrará ante la sede de Economía de la Generalitat como última oportunidad para el paro de la puja, sino, tocará irse a L’Hospitalet el jueves para detener la subasta. Su casa –y otras posibles– están en juego.


Catalunya Plural, 2024 