A pesar de que parezca que en los últimos años el centro gravitacional del mundo editorial y librero de Barcelona oscile hacia Madrid, resulta que el prestigioso premio Eisner de la convención Comic-Con de San Diego (EE.UU.) ha querido reconocer la librería Norma Cómics de la Ciudad Condal como un de las mejores del mundo en su género.
Su trayectoria va de largo, la editorial se fundó en el año 1983 y seis años después abrió la librería de la mano de su fundador, Rafa Martínez. Querían un lugar donde tuvieran cabida todos los tipos de cómic y lectores: actualmente ocupa más de 1.000 m2 en dos plantas, emplea a 20 personas y recibe a más de 300.000 visitantes anuales… En sus estanterías hay más de 18.000 productos diferentes disponibles de forma simultánea.
Les felicitamos y comenzamos a preguntar a Óscar Valiente (Barcelona, 1976), su director desde hace 25 años:
¿Qué supone recibir el premio Eisner para una librería como la vuestra?
Es el mayor reconocimiento internacional que puede obtener una librería de cómics. Es un gran orgullo recibirlo en el año de nuestro 35 aniversario. Son muchos años dedicándonos a comercializar y promocionar la cultura del cómic y nos demuestra que hemos trabajado en la dirección correcta. Nos anima a seguir superándonos. Consideramos también que Barcelona, que tiene una larga tradición en el mundo del cómic, merecía esta distinción y, de hecho, hemos querido compartir el galardón con todas las demás librerías de cómics.
¿Qué contarle sobre este galardón a la gente que no conoce el premio?
Se puede decir que los Eisner son “los Oscar de los cómics”, es el galardón internacional más prestigioso. En el marco de la convención Comic-Con de San Diego (EE.UU.), estos premios reconocen a los mejores autores y obras de cada año. Tienen también un apartado especial que premia a la mejor librería. Para optar al premio hay que perseguir la excelencia en diversos ámbitos: la selección de productos, la señalización y decoración, la atención, la innovación y formación, la cooperación con autores, divulgadores, educadores…
¿Cuál es la fórmula de la librería para mantenerse viva en un entorno (el de las tiendas de papel impreso) que no está pasando por su mejor momento?
Básicamente adaptarse a los cambios y no parar de innovar. Nuestros clientes más veteranos saben que la librería no ha parado de crecer y de cambiar. Inicialmente ocupaba una cuarta parte de su espacio actual. Hemos ido adaptando nuestra oferta a los cambios del mercado, abrazado cada nueva corriente que llegaba al mercado, como el manga, los superhéroes, Harry Potter, Pokémon, Star Wars… En internet puedes estar muy al día pero no puedes palpar las ediciones, lo que ofrecemos es un atractivo contenedor donde pasar horas descubriendo tanto novedades como interesantes títulos de los fondos editoriales. Después, obviamente, es muy importante trabajar por la promoción y difusión de la cultura del cómic, realizando sesiones de firmas, presentaciones, eventos. Las librerías tenemos que ser capaces de generar experiencias en los visitantes y de fomentar la sorpresa.
¿Cómo os afecta la edición digital?
Su impacto es escaso, ha sido mucho menor en el cómic y en los libros de arte que en la literatura. Pero, sin duda, en los próximos años crecerá y como librería tendremos que estar preparados para incluir las ediciones digitales en nuestra oferta de productos.
¿Y la piratería?
La piratería existe y es notoria en algún tipo de edición, como en el manga. Es importante que las editoriales y librerías podamos formular una alternativa legal para todos aquellos que prefieren leer ediciones digitales, y es muy importante que las instituciones cooperen con campañas de sensibilización.
¿Cómo se compite con la globalización que supone poder comprar en todo el planeta a cualquier autor en un click para recibir el libro?
Primero, compitiendo también en ese ámbito. En Norma Comics tenemos un e-commerce muy potente que vende en todo el mundo. En lo que respecta a la librería física, al final todo se resume en crear experiencias en un entorno local, ser capaces de sorprender. Cuando un lector compra online, sabe muy bien lo que quiere y lo que está comprando, pero la tarea del librero es contribuir a que los lectores hagan descubrimientos, que se dejen aconsejar… Al final, como todo en la vida, la experiencia más satisfactoria es aquella a través de la cual aprendes y te sorprendes. Por eso es importante para un comercio estar en continuo cambio y evolución, no se puede caer en el inmovilismo y el aburrimiento.
Muchas editoriales se están moviendo fuera de Barcelona, sobre todo a Madrid… ¿se os ha pasado por la cabeza?
Creo que el mercado es más competitivo que nunca y requiere tener los ojos en el máximo de territorios. Abrir delegaciones en otras zonas para cuidar la acción comercial es algo cada vez más necesario, pero en nuestro caso somos una empresa muy arraigada en Barcelona y no nos planteamos ningún cambio de la sede central.
… En todo caso, ¿qué ventajas se le ven a Barcelona y cuáles a Madrid?
Barcelona tiene una tradición editorial y creativa muy importante, y atrae a multitud de talento, guionistas, dibujantes, ilustradores… es un caldo de cultivo muy interesante para una editorial. Cuenta con el Salón Internacional del Cómic y el Salón del Manga, que son dos eventos de referencia en toda Europa, y un tejido de comunicadores y divulgadores que cooperan mucho con la industria del cómic. También las instituciones culturales y políticas de la ciudad son buenas conocedoras de nuestra industria. Madrid creo que ha avanzado mucho en todos estos ámbitos en los últimos años, como también lo han hecho otras ciudades como Bilbao o Valencia. Pero aunque hoy día, gracias a los avances digitales, cualquier gran ciudad es susceptible de alojar con garantías una editorial, diría que la preferencia aún sigue siendo Barcelona.
¿Una librería es un lugar dónde sólo se venden libros y merchandising?
No, porque entonces eso no la diferenciaría de un comercio online que vende “de todo”. Una librería tiene que ser un lugar de encuentro, de descubrimiento, de cooperación… han de encontrar siempre un argumento para cruzar nuestra puerta de entrada en lugar de darle a un click… Creo que tenemos que cambiar el chip y pensar que le venta es la consecuencia, no el fin.

