Cada 12 de octubre esconde significados diferentes. Para una expedición militar hace 526 años significó no morir ahogados en el Mar Caribe. No consta en la historia si significó algo para quienes los encontraron. Significó en la creación de los Estados post coloniales una fecha para recordar la jerarquía social a través de la “raza”. Y comenzó a significar acá que la marca ya no era sangre sino cultura (la pernada de la lengua y de la religión).
Hispanidad es el nombre que se le da desde inicios del siglo XX. Unamuno la rescata del olvido, para luego ser enarbolada por una tropa de nacionalistas. Aunque puede que el más decisivo haya sido Ramiro de Maeztu quien, como embajador en Argentina durante la dictadura de Primo de Rivera, pregonara la celebración de la hispanidad el 12 de Octubre. Resaltando el papel nacionalista español con el que se ha instrumentalizado este concepto.
La hispanidad tuvo ecos hasta la dictadura franquista. En 1943 el 12 de octubre significó la refundación de una nueva marca, la de la victoria del bando nacional sobre la Republica. Y así quedó consignado en la ley de 1958. Como se puede ver en la necesidad del Régimen de crear una nueva imagen de España (Véase No-Do N 18, Mín 11:47).
En 1987, como resultado de la Transición, la celebración del 12 de octubre hizo parte del pacto de silencio, de conformidad con muchas cosas. Pasó de llamarse Día de la hispanidad a Día de la Fiesta Nacional. Hoy, el 12 de octubre frente a las tensiones nacionalistas españolas, catalanas y vascas esconde muchos otros significados.
Frente a la exaltación de los nacionalismos internos, en un juego de atrapar sombras, todos los partidos políticos han estado buscando símbolos nacionales, patrióticos, populares. Y uno de los que ahora está en disputa es la relectura de la historia de España. Que se evidencia en el éxito que autores como María Elvira Roca Varela han tenido. O youtubers como Jesús G. Maestro o Un tío blanco hetero, que repiten la versión de la Escuela de Oviedo sobre la leyenda negra española. Buscar construir la identidad y la memoria colectiva a partir de este tipo de hitos imposibilita la creación de referentes simbólicos que de verdad construyan un sentido de nación que se aleje de las ideas de imperio, régimen y monarquía.
La sensibilidad detrás de símbolos nacionales no solo se evidencia en el peligro de una derecha que relacione imperio, raza y cultura (lengua), con tierra nuestra, xenofobia y racismo. El problema es que también se están presentando ecos en la izquierda. No deja de sorprenderme el artículo de Héctor Illueca, Manuel Monereo y Julio Anguita ¿Fascismo en Italia? Decreto dignidad, en el que explican, con la “razón”, los aciertos de la política de Salvini a la hora de desobedecer mandatos económicos europeos y cambiar regulaciones laborales, basados en lógicas nacionalistas.
Ni las intervenciones televisivas de Jorge Verstrynge en las que llama a aumentar los controles migratorios. ¿Dónde quedaron las proclamas internacionalistas de la izquierda? ¿Es necesario entrar en la pugna nacionalista para luchar contra la desigualdad social? Si la política en parte es la lucha por los significantes, la lucha por los significados la está ganando la derecha. La nación y la patria ahora están en el centro de la escena, y parece que una parte de la izquierda ya entró en este juego.
Sin lugar a dudas el mayor beneficiado de lo que esconde esta celebración es Ciudadanos, ¿Quién está llamado a reconstruir la idea de nación? Cultura y lengua, sumado a estos “hitos” es lo que quiere y necesita Ciudadanos para solidificar la versión de la historia en la que antes que Cataluña o el País Vasco estaba España, y esto es algo por lo que deberíamos sentirnos orgullosos. Salir de esta lógica es el primer paso para la ampliación del debate.
Me imagino el 15 de febrero como día de la fiesta nacional en conmemoración de las protestas de “No a la guerra”. O me imagino el día de la “cultura” española la fecha de publicación de El Quijote. Me imagino que España puede significar tantas cosas, me imagino también un día no estar escribiendo estos aburridos artículos.


