Repartidores, riders, de once países europeos: España, Escocia, Inglaterra, Polonia, Noruega, Italia, Francia, Bélgica, Holanda, Alemania y Austria han creado la denominada Federación Transnacional de Couriers en una reunión celebrada en Bruselas el 27 de octubre, según ha podido saber el Diari del Treball.

Esta organización, que se define como flexible e informal, se complementa con una red más espesa que es la que forman los repartidores de las grandes ciudades europeas.

En la delegación que representó España hay activistas que organizaron las primeras protestas contra Deliveroo y también los que han presentado en Barcelona denuncia contra Glovoo por considerar que forman parte de la plantilla, aunque las multinacionales lo niegan e intentan que las leyes que les permitieron extenderse no varíen, incrementando la protección de los repartidores.

La primera decisión adoptada por los trabajadores de grandes multinacionales, como Deliveroo, Glovo y otros es hacer una acción conjunta en toda Europa el 1 de diciembre. Cada ciudad y cada país podrán organizar autónomamente lo que les parezca bien, según ha explicado uno de los asistentes en el encuentro, Oriol Alfambra, antiguo rider de Deliveroo y ahora uno de los impulsores de la cooperativa de reparto Mensakas.

Los organizadores de la mencionada federación, no quieren crear nada que pueda entenderse como una estructura burocrática. Más bien lo plantean como un mecanismo que les sirva para debatir y establecer alternativas más allá de lo que pasa en cada ciudad o país, porque, están convencidos de que las multinacionales tienen una visión de conjunto y, por tanto, los trabajadores deben tener también una estrategia conjunta.

El sector del reparto tanto de comida como de otros productos forma parte de dicha economía de plataforma, este tipo de trabajos tienen otro nombre: es la gig economy, es decir, la economía de los pequeños encargos. Curiosamente, este sector emergente está demostrando tener un fuerte crecimiento y ser un sólido nicho de negocio.

El año 2015 la gig economy ganó unos 4.000 millones de euros en la Unión Europea, según un estudio encargado por el Parlamento Europeo.

Las Apps que sustentan este sector emergente se han multiplicado. Su función es poner en contacto consumidores con los trabajadores que fabrican el producto demandado y/o lo reparten. De hecho, las Apps actúan de intermediarias entre los trabajadores y los clientes que soliciten los servicios. Los consumidores llaman, por ejemplo, a Deliveroo para pedir comida de un restaurante. Pero también pueden llamar a Uber para que envíen un coche para trasladar a las personas de un lugar a otro. O usar la empresa  Stuart  para enviar o recibir paquetes.

Es tan importante la App que la única experiencia para transformar una empresa de plataforma capitalista en una cooperativa:  el caso de la sociedad Mensakas , tiene en el aplicativo informático la clave de su éxito. Varían, sin embargo, los objetivos e incluso las alianzas que los antiguos mensajeros y repartidores de comida a domicilio se han autofixat. En este sentido las otras cooperativas y entidades sin ánimo de lucro serán los primeros clientes de su servicio de reparto de comida y otros productos hasta los domicilios particulares.

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