El Festival del Cortometraje de Clermont-Ferrand (1-9 de febrero) es un cruce de caminos, cada año en el corazón de Francia, que en esta edición volvió a ser la ocasión para que se dieran cita distribuidores de esas pequeñas películas que haciendo menos ruido atraviesan también los continentes y anuncian grandes cosas. Es el trabajo, por ejemplo, de los barceloneses Marvin&Waynecon proyección iberoamericana o de los chilenos Wood Producciones viniendo a Europa.

Conversamos con representantes de ambas compañías, en un 41 certamen que coronó al rumano Bodgan Muresanu por Cadoul de Craciun(Regalo de Navidad) en el palmarés internacional y, por segundo año consecutivo, al taiwanés Pang-Chuang Huang por Last year when the train passed by en la sección más experimental Labo. 

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