Los discursos de separación social, representados en el llamado ‘nacionalismo extremo’ fomentados por grupos políticos inevitablemente mediatizados, repercuten en la convivencia de los barrios, ciudades, instituciones, cuando a ellos accede población étnicamente distinta. Así lo denunció la organización SOS Racisme Catalunya en su declaración para la prensa sobre los resultados del informe “(In)visibles. El estado del racismo en Catalunya 2018”. Y da nombres a los portavoces de estos discursos: el partido Vox en España, o Donald Trump, el presidente estadounidense; liderazgos que estarían generando que las denuncias por discurso de odio vayan en aumento, según Karlos Castillo, miembro de la organización.

Los discursos de odio se transforman en discriminación, representados en diferentes situaciones de racismo

En 2018, la organización atendió 151 nuevos casos identificados como racismo. Pero no en todos se interpuso una denuncia. Sólo 72 afectados lo hicieron. De esta cifra, se determinó que el 47% eran delitos de odio, y 53% eran discriminación racista. A esto se sumaron 175 expedientes de casos de años anteriores, que judicialmente siguen abiertos.

El informe refleja que la mayoría de situaciones de racismo identificados por la entidad en el último año -un 36%-, corresponden a agresiones y discriminación entre particulares. Este fenómeno se demuestra en contextos donde ocurre violencia por omisión, verbal, psicológica y/o física, por diferencias raciales en espacios compartidos. En 2013, en cambio, la primera causa de las situaciones de racismo eran las agresiones y abusos por parte de miembros de seguridad pública -40% de los casos-. Ya en 2018 representaron menos: un 13%.

Las autoridades penales exigen pruebas que no siempre se pueden demostrar materialmente, por lo que gran parte de los casos denunciados son archivados. Alba Cuevas, presidenta de SOS Racisme, explica además que durante el tratamiento de la acusación, se pide a los denunciantes llenar formularios-procesos burocráticos- que no pueden reflejar el perjuicio de la víctima. Ella afirma que lo realmente necesario sería analizar cada caso con profundidad, por medio de entrevistas, por ejemplo.

Pero la realidad genera desconfianza hacia las instituciones y evita que nuevas víctimas decidan denunciar cuando son discriminadas. De hecho, de los 55 casos de agresiones y discriminación entre particulares que llegaron a SOS Racisme en 2018, el 44% no fueron expuestos a las autoridades pertinentes. “La gente no cree en las instituciones de justicia, ni en los servicios para solucionar conflictos”, sostuvo Karlos durante su intervención.

Otro de los escenarios donde se detectaron perjuicios por racismo, es el de los servicios privados- un 15% de los casos identificados. Priman en ellos contextos como el inmobiliario, en los que las personas se reservan el derecho de admitir extranjeros quienes terminan no accediendo a una vivienda o piso.

La discriminación en el acceso a los derechos sociales, y la discriminación laboral, también forman parte de este informe. Juntos, representan el 20% del total de situaciones de racismo en Catalunya receptadas por SOS Racisme. Por su parte, los discursos de odio aparecieron apenas en 2017, cuando el porcentaje representaba un 9%. En 2018, significó un 8%.

Cheikh Drame, quien también participó en la explicación del informe y forma parte de la entidad, hizo énfasis en la necesidad de que las autoridades desarrollen programas de sensibilización para evitar conflictos. Si bien hay leyes que dirigen las políticas al respecto, lo que faltaría, a su criterio, es más trabajo didáctico segmentado en los barrios.

Mientras tanto, SOS Racisme continúa trabajando a diario y receptando testimonios de quienes han padecido vulneraciones. Los casos que llegan hasta el servicio de atención y denuncia son tratados cada semana por un equipo formado por psicólogos, activistas, abogados, quienes evalúan las situaciones. Al determinar que se trata de situaciones de racismo, la organización busca mediar el conflicto hasta el punto de contactarse con quien ejerció el acto racista. En escenarios laborales, se solicita a los jefes una sanción en lo laboral, mientras que la mayoría de los casos son destinados a la Oficina de la No Discriminación de Barcelona (OND), la cual tiene facultad sancionatoria.

SOS Racisme Catalunya existe desde 2009 con personal de diferentes nacionalidades. El informe de este jueves, es su décima entrega anual sobre la problemática en territorio catalán.

Share.
Leave A Reply