Para (intentar) entender lo que ocurre en Catalunya hay que escuchar a los vascos. Me refiero a los vascos del PNV. ¿Cómo interpretar el veto de ERC al nombramiento de Miquel Iceta como senador? “Es el enésimo síntoma de la bronca y el deterioro de las relaciones políticas en Catalunya” ha dicho Andoni Ortuzar, el presidente del Buru Batzar. Para él, la llegada de Iceta a la presidencia del Senado suponía “una buena opción para liderar la transición del ‘Senado del 155’ a una cámara del acuerdo, el diálogo y la negociación”.
Un razonamiento político basado en una idea llana: la recuperación del PSOE hasta alcanzar la mayoría absoluta en el Senado tiene algo de milagro. No vayamos a perder la oportunidad. Política pura. Aprovechemos la coyuntura, sin renunciar a nada. Sabiendo que la ocasión se puede malograr, pero haciendo todo lo posible para que prospere. Esta es la manera de razonar de los vascos. A las antípodas de los argumentos peregrinos esgrimidos por ERC que buscan contentar la parroquia y competir con Puigdemont y la ANC.
Cuando en Catalunya ocurre estas cosas, que parecen incomprensibles, escuchen la voz del PNV. A veces no se oye, porque las viejas fidelidades todavía cuentan, pero cuando el despropósito lo amerita, como es el caso del veto a Iceta, los vascos no callan. Y son contundentes. Como hicieron cuando Puigdemont y Junqueras no tuvieron arrestos para convocar elecciones en vez de proclamar repúblicas imaginarias. Como volvieron a hacer cuando Junts per Catalunya y Esquerra Republicana precipitaron la convocatoria de elecciones. Como han vuelto a hacer ante este disparate.
A quienes discrepen del calificativo, les invito a responder a la pregunta siguiente: ¿En qué ha mejorado la situación de Catalunya, y la de los presos, tras el no a Iceta? ¿En qué ha contribuido este no a colocar el conflicto en una mesa de negociación? En nada. Ah! Pero nos hemos dado el gustazo de impedir que Miquel Iceta sea presidente del Senado. Todo muy de aquí.