La soberanía no se hace sola, y Estados Unidos siempre ha estado dispuesto a dar un empujón. La historia atribuye al embajador de ese país en España durante la fase terminal del Franquismo la partitura básica de la transición española. Así lo explicaba Pilar Urbano en El Salto: “El compromiso sobre cómo ha de reinar Juan Carlos le viene de Estados Unidos, está en el ‘catecismo’ del embajador Wells Stabler. Ahí se le marca el ritmo, la pareja de baile y la pista donde se puede mover: ‘El comunismo debe esperar, el socialismo puede esperar; que haya solo dos partidos de centro, uno a la izquierda y otro a la derecha’. Ritmo lento, andante ma non troppo. Sin cambios radicales, poco a poco. Compromiso atlántico, entrando en la OTAN, por supuesto”.
La música funcionó hasta hace bien poco. Si la XII legislatura fue el capítulo final de aquel encargo del imperio, la XIII legislatura comienza con el vértigo de lo nuevo.
Esta crónica fue publicada primero en El Salto


