Alba García es psicóloga especialista en trastornos de la conducta alimentaria de la Asociación contra la Anorexia y Bulimia (ACAB). Con ella, hablamos sobre esta enfermedad que afecta a un 5% de las chicas jóvenes, mientras un 11% está en riesgo de padecerla. Uno de los factores que puede derivar en un trastorno alimentario es la insatisfacción corporal, muchas veces dado por la influencia del modelo de belleza imperante

Hace unas semanas, la Generalitat consiguió que se retiraran de la red siete blogs que hacían apología de la anorexia y la bulimia. La Asociación contra la Anorexia y Bulimia (ACAB) ha estado implicada en este hecho, ¿cómo ha sido el proceso?

Hace entre ocho y diez años que estamos intentando mover mecanismos para concienciar de la realidad de estas páginas web que hacen apología del trastorno de la conducta alimentaria. Nosotros, como Asociación contra la Anorexia y Bulimia lideramos, juntamente con la Agencia Catalana del Consumo, una mesa de diálogo para la prevención de estos trastornos. Nuestra acción durante estos años ha sido observar qué afectación sufrían las personas que consumían estos contenidos y qué consecuencias llevaba. Como respuesta, pedimos a la Administración que tomara responsabilidad. Conseguimos establecer un protocolo que consistía en enviar estos sitios web a los Mossos para que pudieran valorar el impacto del contenido que ofrecían. Actualmente, hay un decreto mediante el cual, a través de una plataforma de la Agencia Catalana del Consumo, se puede denunciar páginas web con contenidos perjudiciales. Se avisa a quien tiene el dominio de las webs para que las retiren de la red y, si no lo hace, se enfrenta a sanciones económicas importantes.

¿Cuáles son los diagnósticos relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria?

Ahora mismo, hay cuatro diagnósticos: la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno de la conducta alimentaria no especificado. A nivel general, este tipo de trastornos tienen en común características como la insatisfacción corporal y las alteraciones en la conducta alimentaria. La persona que sufre anorexia nerviosa lleva a cabo una restricción alimentaria que le hará perder peso y tener miedo a engordar. La bulimia nerviosa consiste en episodios de atracón –ingerir grandes cantidades de alimento en un tiempo corto– con compensaciones, es decir, expulsando estos alimentos del cuerpo a través de la actividad física, vómitos o mediante diuréticos o laxantes. El trastorno por atracón se parece a la bulimia, pero la diferencia es que no hay estos episodios de compensación. El trastorno de la conducta alimentaria no especificado se utiliza cuando no es posible adecuar una persona en un diagnostico concreto. Cuando ésta no encaja con los comportamientos que definen la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón, se etiqueta con este trastorno no especificado.

¿Delante de qué comportamientos tendríamos que alertarnos en una persona que podría sufrir anorexia nerviosa?

Deben tenerse en cuenta diferentes factores, por ejemplo, insatisfacción corporal, aislamiento y/o alteraciones o cambios en el estado de ánimo. Vemos que la persona deja de comer, empieza a ser más selectiva con algún tipo de alimento, baja de peso, desaparece comida de casa, etc. También podemos observar que la persona oculta o bien expone su cuerpo de forma extraña, manifiesta una baja autoestima, deja de participar en actos sociales relacionados con la comida y, a consecuencia, deja de asistir a encuentros con los amigos o la familia y se va aislando de ciertos entornos. En lo referente al estado de ánimo, la persona está más ansiosa, depresiva e irritable y esto hace que la relación con los entornos más cercanos cambie. La señal de alerta más importante es percibir un cambio. Estar atentos y observar los cambios de comportamiento de las personas de nuestro entorno nos ayuda a descubrir si están sufriendo.

¿Cómo se debe tratar a una persona que se teme que puede padecer un trastorno de la conducta alimentaria, para que reconozca lo que le pasa y busque ayuda?

Si a una persona le hablamos de su cuerpo, de comida o de su salud, el trastorno se ve amenazado y, por lo tanto, pondrá defensa. Los mecanismos que tendrá para defenderse son huir o atacar. Es importante tener en cuenta que, con estos comportamientos, lo que se está manifestando es un sufrimiento. La única manera en que podamos conectar con una persona que está sufriendo un trastorno alimentario es preguntándole cómo se siente, y no pedirle explicaciones, subrayar lo que hace con la comida o insistiendo en la bajada de peso. Se debe entender el trastorno de la conducta alimentaria como un iceberg. La parte visible se corresponde con la bajada de peso y con el comportamiento con la comida, en cambio, en la parte invisible, normalmente encontramos sufrimiento emocional, traumas, conflictos, estrés, etc. El tratamiento consiste en abordar estas cuestiones emocionales, una vez estabilizada la parte alimentaria.

¿Qué consecuencias a nivel de salud puede tener la anorexia nerviosa?

Todas las consecuencias de esta enfermedad van relacionadas con las conductas, por ejemplo, cuando la persona restringe su alimentación, baja de peso, y deriva en otras consecuencias como pérdida de la menstruación, sensación de frío, problemas en la percepción y sensación de hambre, problemas gastrointestinales y riesgo cardíaco. La persona tiene la tensión y las pulsaciones muy bajas y esto pone el cuerpo en riesgo de paro cardíaco. También pueden presentarse signos cutáneos: aparición de bello negro cuando el nivel de desnutrición es muy severo y que actúa para proteger el cuerpo de infecciones, frío, etc. Otras consecuencias pueden derivarse de la autoinducción del vómito: problemas en la laringe y la faringe, en los dientes o desequilibrios metabólicos.

¿Cuáles son los servicios de los que disponéis en la Asociación contra la Anorexia y Bulimia?

Como asociación, nuestra misión es informar, orientar y acompañar a las personas afectadas proporcionándoles información de los recursos de tratamiento que hay para poner solución al trastorno. No hacemos tratamiento. A veces, realizamos un pequeño acompañamiento para que la persona pueda motivarse para acceder a la cura que necesita. También acompañamos a las familias para que puedan tener un espacio para ellas y compartan cómo se están sintiendo en este proceso.

¿Hay unidades especializadas en los trastornos de la conducta alimentaria en los hospitales públicos?

Tenemos que partir de la idea de que el trastorno de la conducta alimentaria es un problema de salud mental, por lo tanto, se necesitan profesionales que trabajen en este ámbito pero, a poder ser, que estén especializados en tratar este tipo de trastornos. Hay unidades que son exclusivas para los trastornos de la conducta alimentaria. En Barcelona, hay en diferentes hospitales: para infanto-juvenil, en Sant Joan de Déu y en el Hospital Clínic, para adultos, en Bellvitge, Can Ruti y el Hospital de Sant Pau. A parte, hay centros privados que también tienen diferentes niveles asistenciales. Lo que recomendamos es que el tratamiento esté dirigido por un equipo terapéutico, no sólo por un profesional.

¿Cuál es la prevalencia de la anorexia entre mujeres y, también, entre hombres?

Las estadísticas indican que, de cada 10 personas que sufren la enfermedad, 9 son chicas y 1 es chico, aunque los últimos datos que tenemos son del año 2016. La prevalencia entre la población femenina joven es de un 5%, y un 11% está en riesgo de padecerla. Aproximadamente, se calcula que dentro de cada aula de secundaria hay un caso de anorexia. La insatisfacción corporal es un comportamiento muy habitual entre los chicos y chicas jóvenes hasta el punto que la normalizamos, y no lo tendríamos que hacer. Por eso, desde la Asociación contra la Anorexia y Bulimia trabajamos en la prevención, fomentando ciertos aspectos como realizar comidas en familia, promover la buena autoestima y tener espíritu crítico hacia el modelo de belleza.

¿Crees que se tendría que erradicar según qué tipo de publicidad donde se muestran cuerpos de mujeres demasiado delgadas?

El modelo de belleza imperante no es sólo físico, sino que le son atribuidos una serie de valores como éxito, bienestar o triunfo. Y, por desgracia, tampoco es del todo erróneo, porque estamos en una sociedad donde la imagen es muy importante. No se trata de erradicar un modelo porque sea delgado, sino que se tiene que mostrar lo que es real, y no hay nada más real que la diversidad. La publicidad, poco a poco, ya va cambiando este modelo. Empresas como Evax o H&M han introducido en sus campañas mujeres con cuerpos diferentes. Nos queda camino por delante, pero de momento valoramos muy positivamente la iniciativa de marcas que apuestan por un cambio de paradigma.

En un informe que publicáis, titulado “No encontrar tu talla promueve la anorexia” se afirma que mujeres con índices de masa corporal adecuados tienen problemas a la hora de encontrar su talla. Desde ACAB denunciáis que el sistema de patronaje español es deficiente y que contribuye a la incidencia de trastornos alimentarios. ¿En qué consiste vuestra demanda sobre esta cuestión?

Uno de los hechos que genera más insatisfacción es ver que tu talla cambia según la tienda donde vayas. Nuestra propuesta consiste en establecer un sistema de tallas reales consensuado con los diferentes proveedores. El sistema de tallas actual está fundamentado en un modelo de cuerpo, por lo tanto, no es representativo. Además, demandamos que en las tiendas se les dé oportunidad a todas las tallas por igual y no que, de unos mismos pantalones, encontremos tres modelos de 36 y una de 42.

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