Los plásticos no sólo rodean los alimentos que consumimos, los productos que compramos y los líquidos que bebemos. También nos rodean a nosotros, los seres vivos. Por mucho que evitamos los plásticos todo lo que podamos, vayamos a comprar con bolsas de tela o usemos botellas de vidrio, estamos expuestos a “una contaminación diaria interna e invisible”, explica Rosa García, bióloga y directora de Rezero, una fundación que trabaja para la prevención de los residuos.
Y así lo ha demostrado Rezero: con la campaña Salut de Plàstic ha organizado un estudio para visibilizar los efectos de estos productos. 20 líderes de opinión del ámbito de la cultura o la ciencia, de Catalunya y las Illes Balears han colaborado con un experimento para medir estos compuestos en la orina. Así, personalidades como la actriz Silvia Abril, el meteorólogo y presentador Francesc Mauri o la doctora Elena Carreras han prestado sus excreciones para el experimento.
En esta línea, desde Rezero han destacado la importancia de visibilizar el impacto en la salud de las personas de la “proliferación del sobreenvasado y de la cultura del take away, así como de los desechables”. El Instagramer y ambientólogo Joan Grivé, que también ha participado del estudio, afirma que “es normal tener plásticos. Antes lo hacíamos todo mejor, pero hemos descubierto el plástico, que es tan versátil, barato y práctico que nos hemos olvidado de lo que importa”, dice. Reconoce, asimismo que evitar el plástico puede ser “difícil: no llevas fiambrera de vidrio porque pesa o se te puede romper, pero después de este estudio, creo que lo empezaré a hacer”.
¿Qué podemos hacer para reducir la exposición?
Acciones como evitar calentar los alimentos dentro de recipientes de plásticos, evitar las pajitas, no congelar alimentos en las bandejas de porexpan o evitar el agua envasada son algunas de las acciones individuales que ciudadanos pueden llevar a cabo para reducir la exposición a estas sustancias. Pero no depende del individuo erradicarlas. Por eso la campaña Salut de Plàstic habla de “responsabilidad compartida: normalmente se criminaliza al ciudadano, aunque sea desconocedor de los efectos. Hay un punto en el que el ciudadano no puede hacer más”, dice García.
Pero es aquí donde vuelve a entrar la participación ciudadana: “si todos nos negamos a comprar productos sobreenvasados o nos decantamos por el vidrio, la industria lo entenderá”, dice la ilustradora y participante del estudio Carme Solé Vendrell. Por este motivo, la campaña Salut de Plàstic, insta a la ciudadanía a firmar a favor de realizar una normativa reguladora del ámbito catalán. “Hay que ponerse las pilas, porque hace unos años Catalunya era pionera en estos aspectos y ahora parece que todo el mundo nos avanza por todos lados”, dijo Garcia.


