El trabajo de fin de grado de cinco estudiantes de Comunicación Audiovisual de la UPF sirvió para abrir Tube d’assaig, un programa pionero de Betevé que buscaba acercar el talento universitario y la industria audiovisual. Ahora, después de recibir financiación y ganar el Premio del jurado y del público del primer Showcase de Pilotos de Ficción del Serielizados Fest y Zoom Igualada y galardonado con un premio Ondas en 2015, la primera temporada ya se encuentra íntegramente en la web de Betevé y también en Filmin.

La serie, creada por Adrià Espí, Martí Pavia, Jordi Porcel, Joan Losada y Lluís Ferrer, es una dramedia costumbrista con toques de Berlanga, elementos fantásticos y personajes esperpénticos inspirados en los hermanos Coen. El reparto de la serie está formado por Aimar Vega, Xavier Ruano, Arnau Vidal, Rosa Cadafalch, Jordi Vilches y Blanca Balletbó, entre otros. El mort viu es una producción de Compacto. Entrevistamos Adrià Espí, director de la serie, y Aritz Cirbián, productor con una dilatada experiencia en el sector audiovisual.

Las series se han convertido en los últimos años un espacio para desarrollar proyectos ambiciosos que han roto con el estilo y las normas de décadas anteriores. ¿En qué medida creéis que las webseries están contribuyendo a cambiar este enfoque? El mort viu encarnaría este cambio de paradigma?

Adrià Espí: Ojalá! La ficción televisiva ha mejorado mucho en los últimos años en España. Es cierto, estamos a años luz de los americanos, pero aquí se están haciendo cosas mucho más arriesgadas. Las webseries apuestan por el riesgo y el atrevimiento. Un buen ejemplo es la serie Paquita Salas, ha triunfado en una plataforma pequeña y después ha hecho el salto a Netflix. Nos gustaría que El mort viu formara parte de este grupo selecto de series arriesgadas.

Aritz Cirbián: Hubo una época en que las webseries se podían consumir directamente en YouTube, ayudaron a una nueva generación de creadores, la financiación era mayor. El final de este ciclo ha coincidido con la llegada de las plataformas de suscripción que han recogido el testigo. Estas plataformas están produciendo básicamente webseries. Son series con una primera ventana en internet. Eso sí, series producidas con muy pocos medios. Al contrario de lo que hace YouTube que está produciendo series con muchos más medios. Más recursos que TV3. Ahora mismo, producir una serie por internet significa estar a la última.

Este es un proyecto de fin de grado de Comunicación Audiovisual de la UPF. ¿Detectar el talento creativo emergente que hay en las universidades es una asignatura pendiente?

A.E.: Sí. Tenemos que mirar mucho más lo que pasa en las universidades. La formación que ofrece es buena y se imparten asignaturas muy interesantes donde se trabaja toda una idea de serie. Luego, desgraciadamente, es muy difícil que esta idea acabe en manos de un productor. Está muy bien que el talento universitario pueda hacer el gran salto al mundo profesional. De hecho, El mort viu nace con esta voluntad, queríamos hacer un trabajo de fin de grado que nos permitiera acceder al mundo profesional.

A.C.: El nuevo talento no deja de crecer, obviamente las escuelas de arte y las universidades contribuyen, no dejan de formar nuevo talento. En España, la mitad de las películas que se producen cada año son óperas primas. En Catalunya hay varias iniciativas de apoyo al nuevo talento a pesar de la precariedad de su industria. Un ejemplo es el Pitching Universitario de dónde han salido proyectos como Les de l’hoquei o, por ejemplo, Tube d’assaig de Betevé. A pesar de no disponer de recursos hay voluntad de fijarse en las nuevas voces. Ahora bien, como que en general hay pocos recursos, el espacio para el nuevo talento es limitado.

En este sentido, Tube d’assaig fue un programa pionero que buscaba acercar el talento universitario y la industria audiovisual.

A.C.: Sí. Betevé fue la primera en apoyar esta nueva hornada de talentos que salían de las universidades catalanas como la UPF. El mort viu fue el primer proyecto que Betevé estrenó dentro del formato Tube d’assaig. Como televisión pública se ha transformado, ha hecho un esfuerzo para digitalizarse, su portal llega a un público mucho más amplio. El público joven de esta televisión consume a través de su portal. Tras el estreno, la serie ya se puede disfrutar en Filmin.

¿Qué requisitos debe reunir una serie de un capítulo para tener el honor de ganar un Ondas?

A.E.: [Ríe.] Mucha suerte! La constancia y el trabajo son más importantes que el talento. En el piloto ya trabajamos muchísimo, pensamos mucho en el guión, la puesta en escena y como la rodaríamos para llevarlo a la pantalla. Y eso que lo hicimos con cuatro duros. El low cost tiene algo bueno también, cuando te gusta lo que haces, cada decisión debe tomarse detenidamente.

¿Cuál es el valor y la originalidad de El mort viu?

A.E.: Es una combinación de géneros muy interesante. Mezcla drama y comedia. Nosotros, sin embargo, le hemos dado un toque fantástico y surrealista. Me atrevería a decir de comedia negra, el guión sorprende por los giros inesperados, no es nada previsible.

A.C.: El guión es fantástico, tiene un premisa muy buena. Son personajes que tienen profundidad. Todos nos podemos reflejar. Es una serie, a pesar de los pocos medios que hemos tenido, hecha con gusto. Está rodada con mucha gracia. Es una serie generacional a caballo entre Fargo y Berlanga. No es habitual encontrar una serie como esta en oferta.

¿Lo más complicado fue no caer en una caricatura, y al mismo tiempo, hacer que este personaje, Llàtzer, fuera reconocible por todos?

A.E.: Sí. Nos gustaba mucho la idea de que el personaje pudiera evolucionar. El principio te provoca cierta rabia pero acabas descubriendo que él no tiene la culpa de todo lo que le pasa. De ahí el trabajo de guión para poder empatizar con Llàtzer. Es un personaje muy extremo pero todos en algún momento nos podemos reconocer. Trabajamos a partir de un estereotipo para darle diferentes capas psicológicas.

A.C.: Aimar Vega tenía un reto importantísimo. Es un personaje al límite, es un antihéroe, puede caer muy mal. Y, efectivamente, es un personaje que evoluciona. Tiene problemas, ansiedades, como nosotros. El espectador puede conectar y sentirse identificado con estos problemas generacionales. Detrás de la capa de problemático hay una persona.

Vaya, no os equivocasteis con el casting.

A.E.: Teníamos muy claro que queríamos actores que encajaran con los personajes, no queríamos actores determinados. Estábamos abiertos a los castings, a gente desconocida, que no es famosa, la serie no reúne motivos mainstream. Nuestra apuesta era trabajar con gente que se implicara con el proyecto. Aimar Vega, por ejemplo, hace un trabajo impresionante, aporta muchísimo al personaje, trabajar con él ha sido extraordinario.

A.C.: Antes del piloto Aimar no había hecho prácticamente nada. Después ha interpretando al hijo de Gonzalo de Castro en Matar al padre y la serie Drama. Ha podido ir creciendo. Xavier Ruano es maestro de teatro de un buen grupo de actores catalanes. Cuando pudimos hacer la serie completa tuvimos muy claro que el casting debía ser el mismo que el piloto. No había necesidad de cambiarlos cuando éstos están fantásticos, sólo buscamos los mejores secundarios posibles.

EL MORT VIU – Trailer VOSE from COMPACTO.coop on Vimeo.

Adoptáis el modelo clásico de las historias de zombies para darle la vuelta. Jugáis con el absurdo del “muerto en vida”. Toda una metáfora de vida.

A.E.: Esta era la idea. Coger un género existente y trabajarlo de manera diferente. La figura de Llàtzer, este muerto vivo, este joven ni-ni que no sabe qué hacer con su vida, es un buen ejemplo de cómo somos nosotros. Es cierto, nosotros tenemos estudios y trabajo, pero no tenemos muy claro hacia dónde tirar. Muchas veces estamos muertos en vida.

Abordáis temas como la decadencia, la familia y las miserias humanas. ¿La serie ayuda a dar sentido, a preguntarnos qué falta y a hacer crítica?

A.E.: Nuestro objetivo era hacer un retrato más que una crítica. Estos jóvenes que no hacen nada, existen, estos padres que no se preocupan por sus hijos, también existen. Nos pareció un universo muy rico y decidimos retratarlo. No hemos pretendido poner el dedo en la llaga.

A.C.: Más que una crítica es un retrato de estos barrios y pueblos con familias muy afectadas por la crisis. Eso sí, con un toque de fantasía muy divertido.

Este humor costumbrista no es fácil de conseguir. Muchas veces hay mucha intención en un guión pero se debe ejecutar.

A.E.: Una cosa es escribirlo y luego llevarlo a la pantalla. Es la clave de la serie. Una vez definido el tono nos pudimos dedicar a la planificación para profundizar en este humor negro, incómodo, surrealista, como hacía Berlanga. Quisimos trabajar un tono neutro sin caer en el histrionismo.

Muchas veces las series buscan un efecto viral y basta. Aquí hay un trabajo de puesta en escena, un trabajo de planificación, cada personaje, cada rol…

A.E.: Con los pocos recursos que teníamos no fue sencillo. Se trataba de optimizar al máximo los recursos. Pensamos mucho la puesta en escena. No éramos partidarios de introducir muchos planos pero tampoco queríamos ser monótonos. Las decisiones las tienes que tomar muy estudiadas para no encontrarte en medio del rodaje e improvisar. Es un proceso duro pero a la vez muy gratificante cuando observas que más o menos has conseguido lo que te habías propuesto.

¿Internet nos acerca a las series, pero cómo afecta a la producción?

A.E.: Aunque somos muy jóvenes, cuando trabajamos, somos de la escuela clásica. En todo momento pensamos que hacíamos una serie para la televisión. Para nosotros era el planteamiento tradicional de la tele. Que los capítulos funcionaran. No hemos pensado demasiado cómo podía afectar internet a la serie. Quien quiera puede ver los cinco capítulos de un tirón. Internet no nos ha afectado en la manera de trabajar.

A.C.: Yo, soy un defensor de internet. Ha permitido abrir el mercado al nuevo talento. Los cambios han sido mayoritariamente positivos. Los cambios de formato y creativos ya se han consolidado. Incluso las grandes películas lineales ya están produciendo pensando en internet. El espectador de televisión lineal ya está habituado al consumo en internet. La manera de ver las series ha cambiado, no hay que esperar el capítulo semanal. Hay muchos contenidos libres que se acercan más a la tele por cable que a la tele en abierto.

¿Qué hace falta para sobrevivir entre gigantes como Netflix, Amazon o HBO?

A.C.: Faltan recursos y apoyos al ecosistema audiovisual catalán. Somos uno de los países más potentes a nivel mundial y el audiovisual debería ser una prioridad. Las televisiones son uno de los principales actores a la vez de generar contenidos y disponen de pocos recursos económicos. Cuando destinan recursos, los productores estamos muy limitados a la hora de aportar más dinero. Faltan recursos económicos. Cataluña, especialmente, hemos visto cómo todo esto afectaba al ecosistema audiovisual, ha bajado mucho la producción. Es cierto, Madrid siempre ha concentrado la producción audiovisual y Cataluña ha sustentado el segundo lugar, pero la situación ha cambiado, ni mucho menos es la misma que tiempo atrás. Sólo se puede revertir con dinero, retos, trabajo e ilusión.

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