Se puede escribir una historia de la desigualdad? Parece que sí. Al menos, ese es el propósito del nuevo libro Capital e ideología del economista francés Thomas Piketty, que sigue la estela de su best seller mundial El capital en el siglo XXI, con más de 2 millones y medio de ejemplares vendidos.
En la presentación en el Palau Macaya de “La Caixa” del pasado viernes, Piketty, profesor de la Escuela de Economía de París, expuso algunas de las ideas principales de su nuevo volumen, “más rico e interesante que la anterior”, en palabras del propio autor. La presentación, que se enmarcaba dentro del ciclo Ideas y conceptos para el tiempo presente, impulsado por “la Caixa” y la Escuela Europea de Humanidades (EEH), despertó gran interés en Barcelona, tanto por la influencia del economista como para su análisis.
En una sala llena, Piketty, que conversó con el filósofo Josep Ramoneda, director del EEH, compartió algunas de sus preocupaciones, entre las que destaca la Unión Europea. Antes, sin embargo, Jaume Lanaspa, patrón de “La Caixa”, abrió el acto con unas palabras de agradecimiento por el invitado, de quien alabó que “haya contribuido a dar esperanza a muchos ciudadanos del mundo”. A pesar del elogio, Lanaspa le matizar algunas de las reflexiones sobre Catalunya, una cuestión que Piketty analiza en Capital e ideología. Antes de dar voz al autor, y en sintonía con la tesis general que el libro propone, Lanaspa recordó como “la crisis de 2007 y 2008 tuvo raíces conservadoras e ideológicas, subiendo el crédito de manera insostenible en el estado del bienestar”.
Sin duda, el análisis de Piketty es ambicioso: abarca desde las sociedades antiguas, esclavistas y coloniales hasta las sociedades capitalistas, postcoloniales y socialdemócratas. Pero sobre todo, la conclusión de su trabajo se convierte original, reveladora y contundente: el hilo conductor de la historia de las sociedades humanas no es la lucha de clases, sino la lucha de las ideologías. Josep Ramoneda, que definió al economista francés como “un referente del pensamiento económico crítico, con perspectivas de políticas de transformación”, cerró su intervención de manera categórica: “son las ideologías las que marcan las transformaciones del mundo”.
De pies y ayudándose de muchas de las gráficas que mostraba, Piketty va dado una visión de conjunto de su libro y destacó el intento de presentar la historia de las desigualdades y de los sistemas de justificación de las desigualdades. Y avisó: “hay que tomar muy en serio las ideologías que justifican la organización económica y social, la organización de las desigualdades”. Para el economista francés, “no hay un determinismo cultural, civilizador, que hace que algunos países sean eternamente igualitarios, y otras desiguales. Son las movilizaciones sociales y políticas, las transformaciones ideológicas, las que pueden transformar la realidad de las desigualdades”.
Para Piketty, “la reducción de las desigualdades, en el transcurso del siglo XX, se produjo por diferentes mecanismos, por ejemplo, la subida del estado social”. Y en este sentido, precisó como “después de la Segunda Guerra Mundial, hubo una subida de la educación y la salud, una inversión en educación, que es, sin duda, la fuerza más importante para reducir las desigualdades en largo plazo”.
Europa y Catalunya
Una de las preocupaciones de Piketty es Europa, definida como “un laboratorio de la globalización”. Para el economista, hay que hacer que Europa funcione, ya que en este esfuerzo nos jugamos, en parte, la globalización. Pero, sin ocultar su inquietud, señaló la contradicción que se da: “la UE y la globalización están al servicio supuestamente de la prosperidad general, pero las clases populares y medias ya no creen”. Él mismo, que se define como un “federalista europeo”, manifestó que todavía cree “en la posibilidad de un federalismo que reduzca las desigualdades, pero ahora no es la vía que se sigue”. Para Piketty, estas contradicciones, pueden generar crisis financieras y sociales. Fue en este momento cuando el economista francés aludió a “la cuestión de Catalunya”, un tema que planeó durante todo el acto.
Finalmente, en el turno de preguntas, Ramon Tremosa, ex-eurodiputado del PDeCAT, le preguntó directamente sobre Catalunya. Piketty, que hacía referencia a la estructura del voto de la independencia comparándolo con el del Brexit, indicó su sorpresa, ya que mientras en Inglaterra los más ricos quieren permanecer en la UE y los más pobres quieren salir, “en Catalunya es exactamente lo contrario. Los que tienen más educación, más formación y más riqueza, quieren salir de España”. Y añadió: “Históricamente, una parte de los grupos sociales más desfavorecidos en Cataluña vienen del resto de España. Por lo tanto, tienes un vínculo cultural con la idea de Cataluña más débil que la de los grupos más favorecidos”. Pero sin excluir la complejidad de la cuestión puntualizó: “Esto es una parte de la explicación. Ahora bien, la parte cultural es toda la explicación, o es la explicación fiscal, la de conservar los ingresos fiscales en ny?” .
En este sentido, Piketty lanzó una pregunta al independentismo: “en el corazón independentista catalán, sé que hay fuerzas muy diferentes, grupos más a la izquierda ya la derecha. Pero quisiera saber, si en la sí de toda esta diversidad de tendencias, hay personas que quisieran tener un impuesto federal a escala de todos, o querrían conservar sus ingresos fiscales y hacer otra Luxemburgo en Europa? “. Una pregunta que según Piketty, concluye con otra: “es importante pedir a los responsables políticos, o los ciudadanos catalanes que están a favor de la independencia, pero que también quieren un modelo de solidaridad fiscal, ¿cuál es su visión a largo plazo de la UE”.


