Las profesiones de ámbitos como la electricidad, la mecánica o el mantenimiento han sido históricamente masculinizadas. Hoy en día, este paradigma no ha cambiado y se sigue notando la falta de mujeres en el inicio de la carrera laboral de estos sectores: la formación profesional. Y es que los alumnos que se matriculan en grados medios y superiores relacionados con estas temáticas siguen siendo, en gran mayoría, hombres.
El curso pasado, los estudios de formación profesional (FP) relacionados con el transporte y mantenimiento de vehículos – que engloba el aprendizaje de profesiones que van desde conductor a mecánico – matricularon a menos de una mujer por cada veinte estudiantes. En la misma situación se encuentran algunos de los ciclos formativos relacionados con la electricidad y la electrónica, la fabricación mecánica, la energía y el agua, y las industrias extractivas; ámbitos profesionales con el 5% o menos de matriculaciones femeninas en FP.
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Para combatir esta desigualdad de género, desde este curso el Departament d’Educació promueve la matriculación de mujeres a ciclos de FP vinculados al sector industrial a través de una bonificación del 50% de la matrícula en 15 grados superiores seleccionados.
Se trata de ciclos de grado superior dentro de los ámbitos de la electricidad y la electrónica (que matricularon el curso pasado a 224 chicas y 6.092 chicos), de la fabricación mecánica (119 chicas y 2.895 chicos), la energía y el agua (18 chicas y 289 chicos) y la instalación y el mantenimiento (que, sin contar el Ciclo Superior de Prevención de riesgos laborales – no bonificado – matricularon 71 chicas y 3126 chicos, menos del 3% de representación femenina).
Se trata de la primera vez que desde Educació se pone en marcha una acción de discriminación positiva para promover la presencia de alumnado en determinadas especialidades. Su objetivo, tal como se publicó en la resolución del DOGC, es dar respuesta a “la poca demanda de plazas en algunos ciclos, las necesidades de calificación no cubiertas del sector industrial, y favorecer el interés de las mujeres por la formación profesional en el sector industrial”.
Esta acción de género está prevista como una medida temporal para corregir el actual desequilibrio y se prevé que siga vigente hasta que las familias profesionales y los ciclos superiores industriales seleccionados lleguen a matricular, como mínimo, un 7% de mujeres.
Promover la inserción de las mujeres en la nueva industria
Más allá de la medida anunciada por el Departament, desde administraciones locales también se intenta hacer frente a la brecha de género que hay en el sector industrial. Es el caso del ayuntamiento del Prat de Llobregat, que tiene en marcha un programa de capacitación profesional pensado especialmente para formar más mujeres en oficios que habían sido históricamente masculinizados.
Por primera vez, el consistorio del Baix Llobregat ofrece un curso de Iniciación al mantenimiento, de 240 horas de duración, que incluye aprendizajes de mecanización, instalaciones de agua, calefacción, ventilación, refrigeración y electricidad. Este curso, que se enmarca en el Programa de Empleo en la Industria Local (OIL) de la Diputació de Barcelona y el consejo comarcal, ha matriculado este año a un 20% de mujeres – un porcentaje muy elevado en comparación con otros estudios relacionados con el mantenimiento. Su objetivo es fomentar la competitividad de la industria local y, al mismo tiempo, generar empleo de calidad.
Marta Mayordomo, teniente de alcalde de desarrollo económico del Prat de Llobregat y responsable del programa, explica que “hasta hace poco se podía considerar que trabajos directamente industriales podían no ser adecuados para las mujeres, pero los cambios que está experimentando la producción industrial hacen que cada vez sea más necesario un conocimiento técnico y otras habilidades más allá de la fuerza física”.
En este sentido, Mayordomo dice que están teniendo buena respuesta de los responsables de las prácticas que se realizan en empresas, por lo que cree que “no habrá problemas en los procesos de selección para que puedan trabajar en empleos que hasta hace poco se consideraban sólo por hombres”.
Para desarrollar este programa, las administraciones que participan – además del Prat colaboran los municipios de Viladecans, Castelldefels, Gavà y Sant Boi – tuvieron muy en cuenta el contexto económico en el que se encontraban. El Baix Llobregat, explica la concejala, tiene una base industrial muy potente, con una creciente especialización en el ámbito de la logística y las empresas auxiliares. Por lo tanto, pensaron en formar personas para cubrir los puestos de trabajo que requieren las empresas de este tipo.
También valoraron que las condiciones laborales, salariales e incluso de conciliación son mejores en la industria que en otros ámbitos como el comercio o los servicios. Y es que, en el fondo, la intención que tienen los responsables municipales con los nuevos cursos de formación ocupacional es optar más por la calidad del trabajo que se puede conseguir después de obtener la titulación, más que sólo buscar un empleo.


