Aisha y los salvavidas y ¡Preparados, listos, a soñar! son los cuentos que Lucía Porteiro, con ilustraciones de Robert García, que ha editado la editorial Octaedro. Porteiro es médica y se especializó en Anestesiología y Reanimación en el Hospital Universitari de Bellvitge (Barcelona). Actualmente, trabaja en el Área Materno-infantil del Hospital Universitari Vall d´Hebron de Barcelona. Quedamos con ella en la librería Altaïr después de un día entero de guardia. Nos recibe con un te caliente y sus dos cuentos encima de la mesa.

En Aisha y los salvavidas los niños protagonistas se enfrentan a una emergencia vital. A través de su historia Lucía Porteiro acerca a sus lectores conceptos relacionados con el soporte vital básico. En ¡Preparados, listos, a soñar!, Noa ha enfermado y debe ir a quirófano. Lúa, su médica anestesióloga la acompaña a través de una experiencia fantástica y educativa cuyo objetivo es tratar de eliminar el miedo y la ansiedad que presentan niños y niñas cuando van a someterse a una intervención quirúrgica.

Con estos dos cuentos, Lucía Porteiro nos transmite la importancia de la educación en salud desde bien pequeños, concretamente en la formación en suporte vital básico, y nos da herramientas para acompañar a esos niños que deben pasar por un quirófano.

Medicina y educación van de la mano cuando se trata de prevención y promoción de la salud. Además, para Lucía Porteiro, humanizar la medicina hospitalaria también es esencial. De hecho, destinará los beneficios que le correspondan por los cuentos a financiar el futuro Centro de Neonatología Avanzada para Niños Prematuros Extremos del Hospital Vall d’Hebron en Barcelona.

¿Cómo empezaste a escribir? Combinas dos vertientes que no tienen nada que ver.

Yo no pensaba hacer nada con esto porque yo no me dedico a escribir… Surgió a mediados del año pasado. Yo soy de A Coruña y fui a pasar unos días a casa de mi familia. Me encontré con una semana de lluvia con mis padres y mi abuela. ‘¿Qué hago para pasar el rato?’ Hacía tiempo que tenía en mente no se si un cuento pero sí hacer algo para los nenes que llegan muy asustados al hospital. Sus padres tampoco saben como explicarles lo que van a ver. Llegan con miedo, lloran… A parte de lo que ya se hace desde el hospital, me pregunté, ¿de qué manera, de forma bonita y amena que sea cercana a ellos, que puedan palpar, se les puede explicar esto? Sobretodo empatizando la parte positiva de todo el proceso porque obviamente a nadie le apetece pasar por quirófano ni a un niño ni a un adulto. Lo bonito que tiene desde mi punto de vista y por mi profesión es la parte de los sueños durante la cirugía. Estás totalmente dormidito y no te enteras de nada y hay pacientes que se despiertan y te dicen que no sabían ni donde estaban. Algunos piensan que estaban en la playa o jugando en casa con sus hijos. No se sabe el porcentaje de gente que sueña porque no se han hecho estudios y es una parte muy desconocida de la anestesia.

Cogí esta idea como punto positivo. El mundo de los sueños para los niños es una fantasía donde inventan cosas que nunca pueden realizar. No sabía como y me puse a escribir.

El otro es para enseñar soporte vital básico ¿Escribiste los dos a la vez?

Si. Pienso que tiene que ser básico que los niños tengan una asignatura en los colegios que sea educación para la salud. Ya sea desde enseñarles primeros auxilios, soporte vital básico, medidas preventivas para evitar determinadas enfermedades, hábitos sexuales, educación en sexualidad… Desde nuestro gremio muchos apoyamos que se cree una asignatura de educación en salud que abarque todo esto.

Se presiona mucho y hay muchas iniciativas súper bonitas para enseñar reanimación. De hecho hay un equipo en Asturias que está bastante consolidado que enseñan reanimación cardiopulmonar (RCP) a los niños en los coles con canciones y material visual.

Las ideas las tenía pero no sabía como materializarlas. Al final me senté, cogí unas hojas y me puse a escribir y me salió esto. A veces si había tenido algunas ideas. Cuando empiezas medicina vas muy encarrilado: 6 años estudiando, luego encerrada en el MIR, luego la especialidad y vas como que no miras a otros lados y no piensas en que puedes hacer otras cosas además de tu trabajo.

Siempre estáis estudiando y haciendo exámenes. Hasta cuando ya sois especialistas tenéis que renovar títulos y actualizaros.

Sí. Es como una línea recta y no te abres a posibilidades y alternativas. Todo lo que desarrollas al final siempre es relacionado con el campo al que te dedicas. De hecho los cuentos están relacionados pero la parte creativa nunca la había sacado.

También es romper con la idea que el médico trabaja en un hospital o en un Centro de Atención Primaria y, dejando de lado la Comunitaria, no incide más allá.

Se está poniendo mucho énfasis en la humanización de la medicina, la relación que tenemos con los pacientes, evitar que sea todo tan cuadriculado y tan hermético y que haya un muro que nos separare. Romper con la idea que tu haces un diagnóstico y haces una intervención y punto. Pues no, se está intentado que sea todo más cercano y se tengan en cuenta las necesidades de los pacientes.

¿Querías publicarlos desde un inicio?

Los escribí sin pensarlo. Se lo mandé a mi hermana que es periodista y le dije ‘mira lo que he hecho para pasar el rato en casa mientras mama echaba una siesta’. Lo leyó, le pareció interesante y me dijo que con esto podía hacer algo. Buscaba sacar las ideas y dejarlas por escrito de alguna manera pero no publicar.

Dos professionals sanitaris li ensenyen el conte ‘Preparats, llestos, a somiar!’ a un infant abans de ser operat / Dra. Suárez Edo

 

¿Cómo hiciste el paso?

Me animó ella. No tenía ni idea de como iba el proceso y lo primero que hice fue registrar los textos. Esto todo el mundo lo sabe que una idea puede decirte cualquier persona que no le gusta y luego hacer uso de ella o cambiar los textos. Me dije son mis ideas y las vamos a proteger. Sabía que estaba la oficina de patentes pero no sabía nada más y allí va todo un poco lento. Encontré una página de registro de copy right online pagando una cuota. Yo no sé si esto es válido pero lo registré. Luego contacté con una ilustradora que me gusta mucho y me dijo que primero me buscara un editor.

Hice un listado gracias a Internet de todas las editoriales que tuviesen sección infantil e hice un envío masivo. Algunas me respondieron que no estaba dentro de su línea editorial, otras no dijeron nada y Octaedro fue una de las primeras que me respondió que les encantó la idea. Me dijeron que era “una delicia editorial” y pensé que no era para tanto pero me fue genial que les gustara porque es una editorial seria y educativa, justo lo que necesitaba.

Entonces fue todo muy rápido y los siguientes pasos fueron buscar subvenciones e ilustradores. Yo quería que fuesen álbumes ilustrados, en tapa dura, que fuese algo bonito. Que no fuese un panfleto porque para eso se han hecho ya muchas cosas.

Hay hospitales que tienen material propio.

Claro. Trípticos ya los hacen los hospitales. Quería contribuir, que fuese una herramienta útil y que quedara bien.

¿Cómo encontraste al ilustrador Robert García?

Cuando me puse en serio a buscar ilustrador sabía que tenía que ser alguien que yo me creyese. Si yo no lo hacía, las mamas o los papas tampoco lo iban a hacer. Tenía que ser además acorde a lo que yo había imaginado porque claro ya tenía en mente unos personajes y unos paisajes.

Hablé con una chica de Tenerife pero por motivos personales no podía ponerse pero le encantó la idea y espero poder contar con ella para futuros proyectos.

¿Hay futuros proyectos ya entonces?

Bueno tengo algunas ideas. Antes tenía idea pero lo iba dejando porque creía que ya se le habría ocurrido a alguien antes. No le daba importancia. Ahora cada vez que tengo una idea lo apunto en una libreta por si alguna puede funcionar.

Volvamos a Robert García.

Bueno pues la exnovia de mi marido me recomendó buscar en la ‘Associació Professional d’il·lustradors de Catalunya’ (APIC). Me pasé horas buscando alguna ilustración que fuese acorde hasta que encontré a Robert. Tenía alguna ilustración para adultos que son geniales y alguna para niños pero no muchas porque se dedica a esto desde hace sólo tres años. Aún así me encantó y quedé con él. Aquí en Altaïr, de hecho.

Es el sitio de las cosas importantes

Si. Es mi librería favorita y paso mucho por aquí. Para mi los libros y los cuentos son como una droga.

A Robert le encantó el proyecto y me dijo que aceptaba. Esto fue entre noviembre y diciembre de 2018. Me pidió un par de meses para acabar otros proyectos y le dije que si. ¿Para que iba a meter presión si había encontrado a alguien que me gustaba? Quería que él lo cuidara. Podía esperar.

Después ya fue rápido.

Si. Hubo mucho feedback entre los dos, hablábamos bastante. Quería, sobretodo en el de reanimación, que estuviese muy bien hecho, que quedase bien a nivel científico, que el masaje estuviese bien hecho y que no hubiese ningún descuido de posiciones ni que pudiese ser criticado por ninguna cosa. Son niños que se van de excursión a la montaña y hay un momento dado que uno de ellos se va a pedir ayuda al pueblo. Es un niño. Tenía que haber una referencia con las casas cerca y un camino porque tu no puedes decirle a un niño en medio de la montaña que vaya sólo a buscar ayuda. Creo que estas cosas que pueden parecer tontas, cuando estás introduciendo algo tan serio, se tienen que cuidar.

En el otro, ‘Preparados, listos, a soñar’ le di vía libre, que hiciese volar la imaginación todo lo que quisiese. Además yo tenía algunas perspectivas de los paisajes y de los personajes que cuando lo plasmaba lo encontraba genial. Yo tenía ideas mucho más planas. El proceso creativo me encantó.

Al ojearlo se ve rápidamente que los personajes son intergeneracionales y de diversas procedencias.

Para mi era súper importante la inclusión y normalizar ya de una vez que haya convivencia entre gente de diferentes orígenes. De hecho una niña procedente de Asia y otra de Sudamérica son hermanitos para que se vea normal. Además es una nena la que lleva la reanimación. Encontré importante que fuese una niña la que reanima a un señor para empoderar a las chicas. Ahora ya empieza a cambiar un poco pero parece que como mujer siempre tienes que tener alguien que te defienda y acostumbra a ser un chico. También es una niña india. Quería que se viese.

En el otro es el papa el que está con la nena en el hospital, que parece que siempre han de ser las mamas las que han de estar cuidando de los niños. Y es una médica anestesióloga la que la duerme. Quería ayudar a romper con los roles aunque ya se está haciendo cada vez más.

Suena más en los medios pero si que es cierto que aún hay poca literatura y se denuncia que hay pocos referentes.

Ahora que me he metido un poco más en este mundo si que voy viendo cuentos que son joyas. Por fin se están haciendo cosas para que los niños vean todo esto normal, que cambien la estructura tradicional y que aprendan otros valores.

A parte también has incluido al final de los cuentos unas guías para adultos que acompañan la lectura.

Para ayudarles con los niños y que sean conscientes del tema que se está tratando. Hay veces que los adultos no saben como responder ante una situación así. Me he encontrado a veces en situaciones de paradas cardiorespiratorias y hay dos personas que te han llamado a ti para que vayas pero no saben que hacer. Está el paciente en parada y se quedan quietos. Ya pedir ayuda es bastante para la gente de la calle. Hace un tiempo te encontrabas personal sanitario que no sabía como reaccionar, como hacer un masaje o una apertura de la vía aérea. Cosas súper básicas digo. Que un adulto no sepa reaccionar ante una situación así es preocupante porque se podrían evitar muchas muertes. Y esto debe empezar desde la infancia porque los niños absorben mucho más.

Lucía Porteiro li ensenya el conte a una nena a consultes / Dra Erica Schmucker

 

En la guía del cuento sobre reanimación cardiopulmonar (RCP) dices que los niños de 3-4 años ya son capaces.

Hay estudios que dicen que a partir de los 3 años son capaces de detectar una situación de urgencia y llamar al 112. Si que es verdad que es una edad un poco limite pero a partir de los 4 o 5 años son capaces de integrar la cadena de supervivencia: detectar la emergencia y llamar al 112. Iniciar un masaje tampoco es el objetivo que sepan hacer peor o mejor el masaje pero si que sepan que es eso lo que toca hacer.

La colocación corporal ni que sea.

Si. La apertura de la vía aérea, comprobar que respira, que no responde, la posición lateral de seguridad… con 4 o 5 añitos ya son capaces de integrarlas aunque depende un poco de cada niño y de los inputs que reciba. También de como se vaya enseñando esto. No es lo mismo que hagas un taller y no lo vuelvas a repetir nunca más porque entonces lo olvidas. Si se va haciendo de forma continua, cada año por ejemplo, pues si lo integran. Cada día salen noticias nuevas de niños que han salvado la vida a sus familiares porque han hecho la llamada. Sólo reconocer la emergencia es importante. A parte si la familia ve que el niño sabe hacer eso pues se implicaran más y aprenderán de ellos. Si esto se enseña en los colegios…

Se lo llevan a casa.

Y los papás aprenderán lo que de otra manera no se les enseña quizás. Y si ahora lo enseñamos en las escuelas, estos niños de adultos ya sabrán como reaccionar. Los niños han de recibir una formación necesaria adecuada a su edad. Obviamente no le vas a dar toda la información de tan pequeños pero necesitan que les eduquemos bien desde la temprana infancia.

El cuento de la RCP tiene dos utilidades, pues. En el otro, donde introduces el mundo de los sueños de la anestesia, la guía también sirve para calmar a los padres. Entiendo que a veces los niños lo llevan bien y tenéis trabajo con sus mayores…

Muchas veces los acompañantes del niño son los que les transmiten la ansiedad o el miedo. Ellos mismos están preocupados, no saben qué pasará y tienen miedo. Controlar esas emociones es difícil. El niño lo ve y, claro, se asusta. Si los papás están asustados él también lo estará.

Sí que se ha visto que hay niños que cuando se les prepara para el procedimiento en casa ya sea para una intervención quirúrgica o para realizar una sedación para una resonancia magnética por ejemplo, lo viven mejor. Recuerdo unas papás que habían preparado al niño en casa: lo habían metido como en un tubito a oscuras, le habían dicho que tenía que estar quieto, que eso era lo que iba a pasar, pero que no pasaba nada. Como lo practicaron en casa, al llegar a la zona de resonancia magnética ese niño sabía lo que iba a vivir y se libró de tener que anestesiarlo. No tuvimos que sedarlo porque puedo estar quieto.

A los niños para según que pruebas donde tienen que estar quietos, si no aguantan los tenemos que sedar con los riesgos que supone para niños sobretodo con determinadas enfermedades o pluripatológico. Una sedación no está exenta de riesgos así que si vienen preparados de casa y sus papás vienen tranquilos todo va mucho mejor. La recuperación es mejor también porque evitas la anestesia. Es un proceso que mejoraría mucho tanto el pre como el post.

¿Es importante que estos cuentos salgan de una especialista? Se puede valorar porque a parte de que sean mas cuidadosos con aquello técnico, puedo servir para ampliar la visión sobre lo que hacéis. No sólo “dormís a la gente”.

Al fin y al cabo ves al paciente en las consultas, antes de entrar a quirófano y cuando se despierta pero como lo hace con los efectos de la anestesia residual que le queda pues se le olvida. Se acuerda que alguien ha estado ahí para decirle que todo irá bien y que se va a dormir. La gente no tiene en cuenta que el mantenimiento del paciente con vida es cosa nuestra, que hacemos algo más que dormir a los pacientes.

Tampoco es ensalzar nuestra figura como hacerles ver que va a ir todo bien, que no va a haber problemas. La gente tiene mucho miedo sobretodo al despertar intraoperatorio, al dolor, a qué pasará si no despierto. Estos mitos igual en los inicios de la anestesia si pasaban porque la motorización no es la que es ahora, los fármacos también han cambiado muchísimo, la vigilancia y la seguridad. Todo esto ahora es increíble. No voy a decirte que no pasen estas cosas porque no puedo hablar por todos los profesionales pero yo jamás he visto un despertar intraoperatorio. El dolor es primordial para nosotros que no lo tengan. Y obviamente que al acabar se despiertan. Y más los niños.
Hay que intentar transmitirles a niños y papás la seguridad con la que nosotros trabajamos. Trabajamos con el equipo de cirugía, con enfermería que su papel es muy importante en el quirófano, auxiliares, celadores… todos trabajamos en equipo para que sea lo más seguro.

Un nen mira el conte ‘Preparats, llestos, a somiar!’ abans de ser operat/ Dra. Suárez Edo

 

Un mito es el de ser consciente pero no poderse mover para avisar.

Cuando todo va bien y todo es seguro no se habla. Siempre se habla de los problemas, de las situaciones que van mal pero gracias a los avances tecnológicos, a los avances en los fármacos, en la preparación nuestra todo es muy seguro.

Obviamente hay casos donde si existe la posibilidad de que haya alguna complicación. No es todo maravilla pero hay que intentar transmitir la seguridad que nosotros tenemos en quirófano para que vengan en las mejores condiciones.

¿Cómo han recibido la idea de los cuentos desde tu hospital?

A todo el bloque quirúrgico de Vall d’Hebron les encanta la idea y el proyecto. Hemos hecho unas chapitas para las batas y los pijamas para que lo vean los niños y tenerlo como un recurso para decirles ‘mira es una nena como tu y está bien’.

¿Cómo piensas hacer la promoción?

He enviado un correo a entidades de reanimación y a organizaciones que hacen talleres en los coles. A la Asociación Española de Anestesia también se lo he comentado.

También he hablado con el departamento de comunicación de mi hospital para ver què salida le podemos dar dentro del centro y también en el Institut Català de la Salut. Mis beneficios como autora los donaré. De entrada a proyectos de Vall d’Hebron que ya están en marcha como el Centro de Neonatología Avanzada para Niños Prematuros Extremos. También es un proyecto para humanizar toda la situación que viven los papás con estos niños, para poder estar con ellos, que esta etapa la vivan mejor y puedan estar más en contacto con los niños. Más adelante si el libro va bien y se finaliza la recaudación pues lo destinaré a otros proyectos que vayan saliendo.

También hablé con la biblioteca de mi barrio y la editorial intentará que se compre en todas ellas pero por mi parte quizás hacemos una presentación en la sección infantil.

A parte tenemos que pensar como incidir y que llegué al Departament d’Educació. Sería fundamental que se creara ya una asignatura de educación en salud pues mejoraría muchos aspectos en salud de la población. Se ahorrarían recursos que se destinan para situaciones que quizás por desconocimiento se llega a esa situación. La medicina preventiva es la mejor medicina. Si que a veces tienes enfermedades que te ha tocado vivir, que te salen cositas que no dependen de ti. Pero con prevención, las situaciones que se pueden evitar, mejoraría la salud en general para la población y se ahorraría mucho en recursos de la sanidad pública. Para eso hay que estar bien informados desde pequeñitos, crear hábitos saludables. El papel del profesor está infravalorado y deberíamos apoyar mucho más esta profesión. Al final los conocimientos que adquieren los niños desde pequeños sientan una base. Si partes de una mala base luego intentar cambiar hábitos es complicado. Obviamente las familias tienen mucho que ver.

Está en catalán y en castellano.

Si. Si también hay una segunda edición me gustaría que saliera en inglés y en gallego. Me haría muchísima ilusión tenerlo en mi lengua. A ver si esto va bien.

Un nen mira el conte ‘Preparats, llestos, a somiar!’ abans de ser operat/ Dra. Suárez Edo
Share.
Leave A Reply