Montserrat Padilla es enfermera en el Hospital de Martorell, un hospital comarcal que, a pesar de su volumen, se ha visto afectado plenamente por la Covid-19. El virus ha modificado el día a día del centro y ha provocado la reestructuración de muchos de sus servicios.
Hablamos con Padilla de cómo lo más doloroso es despedir desde la distancia a las personas más graves y cómo esto está impactando en el trabajo del personal sanitario. También, y una vez más, la denuncia principal es la falta de material.
¿Cuál es su día a día en el Hospital de Martorell?
Tenemos un poco de todo. Desde pacientes a los que debemos derivar rápido, hasta pacientes que llegan muy justos, ves que no se podrá hacer demasiado por ellos y acaban muriendo… Les damos confort hasta el último día pero es muy triste. No hay familia cerca ni nadie cercano con ellos. Estamos nosotros pero es muy duro. En general el día a día es muy estresante. La parte de que mueran solos es muy dura.
¿Qué recursos utilizáis para llegar a las familias? Se han escuchado muchas iniciativas estos días.
La semana pasada me encontré con un caso de un abuelo que no traía nada. No tenía móvil ni siquiera sus gafas, porque había ingresado de urgencia. De las donaciones que vamos recibiendo en el hospital hay una que ha consistido en unos teléfonos pequeños que se pueden lavar. Hablamos con los familiares para que se bajen una aplicación y se conecten y así pueden hacer videollamadas. Con ese móvil, el pobre hombre pudo ver a su hija, nietos, a su mujer.
Poder hacer eso es muy gratificante. Aparte, aunque no los puedan ver, si les quieren llevar algún efecto personal como un móvil, las gafas o un libro, también lo aceptamos. Lo dejan a la recepción, ya que no pueden acceder a las instalaciones del hospital, y nosotros se lo facilitamos.
La saturación también os ha marcado diferencias en las rutinas entre trabajadores. ¿Os impide compartir estos momentos de dificultad?
Ha cambiado la situación pero también es cierto que aquí en el Hospital de Martorell somos como una pequeña familia. Aunque hemos tenido bastante bajas de compañeros, -algunos que han estado muy mal y otros que ya se están reincorporando- lo llevamos bastante bien. Hacemos un buen equipo y nos apoyamos.
Además, desde el hospital se ha facilitado apoyo psicológico. A nivel de salud mental nos han ofrecido apoyo de todo tipo pero lo que nos pasa es que tenemos falta de material … Vamos justos, aunque de momento vamos haciendo.
¿Se han marcado protocolos desde el Hospital en cuanto a la comunicación con las familias?
Se han repartido los médicos de tal manera que hay unos cuantos que se dedican a pasar visitas y otros que llaman a los familiares para explicar, o bien la evolución del paciente, o bien que ha habido una defunción. Porque, es verdad que la mayoría de pacientes tienen móvil hoy en día, pero cuando empeoran ya no pueden llamar ellos mismos para explicar cómo están. Es aquí cuando es el personal médico quien se comunica exclusivamente con la familia.
Debe de ser difícil manejar esta situación con los pacientes
Sí que los más mayores se ponen muy nerviosos. Y, claro, como vamos justos de personal, se encuentran solos. Ves gente autónoma que, de repente, no es capaz de levantarse. Así que, aunque nosotros estamos con ellos y les intentamos facilitar todo, es muy duro para ellos.
Esta dedicación requiere tiempo. Con las bajas que comentabas, ¿habéis visto que os cuesta más llegar?
Nosotros acostumbramos a hacernos cargo de entre 10 y 12 pacientes por enfermera. Ahora nos han bajado las ratios a 8 pero porque no ejecutamos una dinámica normal. Tardas más de lo habitual, ya sólo en vestirte. Pero siempre encuentras un momento porque sabes que están pasándolo mal. Intentamos estar un rato con ellos, con algunos aprovechando el tiempo de la higiene. Con los que son autónomos igualmente les preguntas a menudo cómo están para que charlen un poco y los dejas claro que estás allí con ellos.
¿Cuáles son sus expectativas de futuro?
Estamos desanimados. No vemos el final, ni cómo acabará esto, ni qué pasará. No nos arriesgaremos a pensar en fechas.


