Un grupo de ciudadanos y entidades de la sociedad civil catalana ha impulsado la Plataforma Volem Llars per Viure. Su primer acto ha sido la publicación de un manifiesto en el que se recuerda que la mitad de las muertes causadas por el coronavirus en Europa se han producido en residencias de larga duración, y se apela a la Declaración Universal de Derechos Humanos, entre otras convenciones internacionales, para abogar por un cambio de modelo, y que todo el mundo pueda escoger dónde y con quién quiere vivir, así como acceder a los apoyos y los servicios comunitarios que necesite.
Entre los impulsores del manifiesto se encuentran entidades como Cáritas, el Casal dels Infants, Fundació Aspasim, Fundació Ludalia, Actua, Fundesplai o Marea Pensionista, entre otros. El manifiesto ha recogido ya 2.000 adhesiones y, según sus promotores, ya la han puesto en conocimiento de las autoridades catalanas, que han agradecido la iniciativa. Entre las 124 personas de su grupo promotor se encuentran personalidades como Joan Rigol, ex presidente del Parlament, el exconseller de Governació Josep Gomis, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, Núria Parlon, la periodista de TV3 Mari Pau Huguet, además de varios exdiputados y de representantes de entidades cívicas.
En el documento se generan algunas propuestas para la mejora y cambio del modelo de residencias y se solicita la actuación de la Generalitat de Catalunya, organizaciones sociales y a la ciudadanía para que se tomen medidas urgentes que brinden facilidades a todas las personas en condición de dependencia, para ejercer el derecho a elegir dónde vivir, recibir un apoyo adecuado y en un ambiente inclusivo.
Víctor Bayarri es uno de los impulsores de Volem Llars per Viure. Explica que se decidió a actuar al conocer las vivencias de adultos mayores y personas con discapacidad que han sufrido malas condiciones en residencias o incluso han fallecido durante esta crisis sanitaria. Bayarri vive en Igualada, por lo que ha podido constatar que tan solo en una residencia de la ciudad han muerto 50 de 120 personas. “Esa alta mortalidad se explica, en buena parte, por la masificación del sistema residencial”, comenta Bayarri, que fue en su día director general del ICASS (Institut Català d’Assistència i Serveis Socials).
Bayarri explica que el sistema asistencial en el hogar no está consolidado, y que muchas veces la persona tiene que elegir la residencia porque es donde encuentra unos apoyos que no tiene si se queda en su casa. En su opinión, debería haber una base de recursos económicos para cada persona, en función de su grado de dependencia, e indistintamente de si opta por ir a una residencia o por recibir asistencia en casa. “No es la residencia la que debe ganar dinero”, apunta Bayarri.
El déficit de vivienda social es otro de los problemas que abonan el deterioro del sistema de residencia. De acuerdo con Bayarri, es básico que exista este apoyo para las personas con dependencia que deseen quedarse en sus domicilios, pero que no pueden por necesidades de apoyo personal, recursos tecnológicos o accesibilidad. “Hay mayores que van a residencias porque viven en pisos sin suficiente accesibilidad, ¿no te sale más a cuentas que facilites vivienda social?”, cuestiona.
Varias propuestas se han generado a partir de esta realidad. Volem Llars Per Viure solicita un mayor compromiso de la Administración, con recursos humanos, técnicos y materiales para que se pueda llevar una planificación centrada en las personas. Finalmente, plantean que haya una corresponsabilidad ciudadana para exigir los derechos, empoderarse y sensibilizarse con las condiciones de vida de los grupos vulnerables.


