La juventud de entre 15 y 24 años es el colectivo que “más sufre las consecuencias sociales y económicas de la pandemia” del coronavirus, según apunta el último informe publicado por el Observatorio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT ). El mismo estudio alerta de la posibilidad de que la coyuntura actual dé lugar a una ‘generación del confinamiento’ entre los que ahora arrancan su vida laboral.

El trabajo de la OIT recuerda que la juventud es el colectivo que más está sufriendo los dolores de la pandemia. No sólo en el ámbito psicológico, ya que se trata de un grupo con más predisposición a la ansiedad y que durante el confinamiento, en efecto, ha mostrado más tendencia a padecer trastornos de la ansiedad y depresión. En el aspecto laboral, el organismo de Naciones Unidas advierte que los jóvenes sufren la “interrupción de los programas educativos o de formación, pérdida de trabajo y de ingresos y más dificultades para encontrar trabajo”.

Los datos de que dispone el organismo de la ONU son reveladores: uno de cada seis jóvenes ha dejado de trabajar desde el inicio de la pandemia, y de los que han mantenido su lugar, sus jornadas se han reducido en un 23% de media. En buena parte esto se debe a que la juventud suele trabajar en el sector servicios: “Cuatro de cada diez jóvenes trabajadores del mundo trabajaban en los sectores más afectados en surgir la crisis”, apunta el informe.

Un ejemplo de esta situación es A.P. (por sus siglas), que tiene 21 años y estudia Psicología en la URV. Combinaba los estudios del grado con un par de trabajos temporales en centros educativos y de ocio que con la pandemia de la Covid-19 se han suspendido: “Con lo que ganaba ayudaba en casa, porque sólo vivo con mi madre y lo necesitamos”. AP aún no ha cobrado nada del ERTE en que se encuentra la empresa para la que trabajaba. Su contrato, además, acaba en junio.

Prácticas perdidas, difícil acceso al mercado laboral

Además de la pérdida de puestos de trabajos que ocupaba la juventud, el trabajo de la OIT recuerda que “la interrupción de sus actividades educativas y formativas podría mermar sus oportunidades e ingresos profesionales en el futuro”. En efecto, la juventud que veía en las prácticas curriculares una oportunidad para hacerse un hueco en el mundo del trabajo ha visto hundirse sus expectativas. “Después de cuatro años estudiando esta era nuestra opción para dejarnos ver. Al final sólo las hemos hecho durante un mes y es una ocasión que no he aprovechado tanto como me hubiera gustado”, explica Marta Sánchez, estudiante de Periodismo en la UAB que hacía las prácticas en TVE.

El caso de Sánchez es uno de los de miles de estudiantes de grados universitarios y de formación profesional que, además de adaptar sus estudios a los formatos digitales, no han podido terminar las prácticas y les faltan los créditos correspondientes. Con todo, la situación es aún más negativa en los países con bajos recursos, donde “la infraestructura deficiente y dificultades de acceso a la tecnología hacen que el cierre de centros educativos y formativos tenga repercusiones más adversas”, apunta la OIT.

El Ministerio de Trabajo “se toma en serio la alerta”

La OIT pide “que se adopten como más rápidamente medidas de respuesta en el ámbito político a gran escala” para evitar que la situación actual se cronifique entre la juventud. Preguntado al respecto, el secretario de Estado de Trabajo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, responde que “en los programas de activación del trabajo se tendrán muy en cuenta las necesidades específicas de la juventud”.

Si bien no ha especificado ninguna medida concreta, Pérez asegura que las necesidades del colectivo juvenil “serán uno de los objetivos prioritarios del Ministerio” y dijo que se encuentra entre sus preocupaciones. Según el secretario de Estado, estas intervenciones “no sólo irán por la vía del apoyo a la entrada al mercado de trabajo, sino que también se buscará mejorar las capacidades formativas y revisar la estrategia de trabajo juvenil”. “En las negociaciones con la Unión Europea estamos siendo exigentes para que esta estrategia dé frutos lo antes posible”, aseguró Pérez.

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