El Consell de Col·legis de Metges de Catalunya (CCMC), la Societat Catalana de Gestió Sanitària y el Consell de Col·legis d’Infermeres i Infermers de Catalunya (CCIC) reclamaban un pacto nacional para reformar el Sistema de Salut de Catalunya a raíz de la crisis de la pandemia de la COVID-19 con el apoyo de otros colectivos.
Al presentar el documento, el doctor Jaume Padrós, presidente del CoMB, hablaba de tres necesidades: recursos por un lado, pero no como mantra sino recursos señalados y cuantificados; la necesidad de empoderar a los profesionales, “los profesionales empoderados han liderado la contención de la pandemia y los centros sanitarios se han reinventado gracias a este liderazgo”; y, por último, cambiar los modelos de organización: “tenemos un modelo muy pensado en clave hospitalaria y el presente y el futuro implican reformular el ámbito comunitario”.
Hablamos justamente de estos elementos y de la actitud política hacia la solución a una crisis sanitaria que viene de lejos con el Dr. Padrós.
¿De donde parte el documento que presentó? ¿De dónde se deben sacar los recursos que marcáis como necesarios?
Hace cinco meses, un profesor catedrático de la UPF que tiene una asignatura de economía de la salud, hizo una estimación teniendo en cuenta la renta y la población y sitúa la necesidad de la sanidad catalana para funcionar en un presupuesto de un 50% más del actual.
Ahora tiene un presupuesto de unos 10.000 millones y dice que se necesitan 5.000 millones. Es obvio que la Generalitat no tiene ese dinero porque no es Navarra, no es Euskadi, nosotros participamos de los impuestos estatales.
Cuando hace el análisis también coincide en que no sólo es la sanidad catalana la que tiene unas necesidades sino que es la sanidad española en su conjunto la que debe cambiar. Nosotros, gente de espectros profesionales y personas de perfiles políticos diferentes, hace mucho tiempo que coincidimos en la necesidad de hacer entender al conjunto de partidos políticos qué significa el discurso este mediático-político de “tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo”.
Cuando comparamos los resultados en términos de salud pues resulta que efectivamente tenemos un sistema sanitario que se puede comparar. Pero cuando miras los recursos con los que cuenta este sistema sanitario, como los distribuye y cómo se retribuye en los profesionales, te das cuenta que hay unos recortes graves.
Para muchos las consecuencias de los recortes hace 10 años se han evidenciado de nuevo con la COVID…
Exacto, la parte positiva de lo que hemos pasado es que esto se ha puesto en evidencia. Cuando los gestores han liberado estructuras de la propia gestión, los profesionales se han apoderado. Sobre todo en la primaria pero también en los hospitales pues se han reinventado los centros y la gente ha descubierto que significa la autonomía de gestión, lo que significa empoderamiento… Había estructuras que no aportaban valor. Los médicos de Primaria dedican mucho tiempo de su trabajo en tareas sin valor.
Ha resurgido la necesidad de poner sobre la mesa la figura del administrativo sanitario, esta gente que descarga de trabajo los profesionales. Existen medidas pequeñas y fáciles… Calculamos que de estos 5.000 millones de euros, un 60% es para las retribuciones pero también te digo que, si esto es para seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora, habrá sido un fiasco.
¿Qué se tiene que hacer entonces?
El sistema sanitario que tenemos es un sistema pensado para las necesidades de la población catalana de la década de los 80 y de los 90 y la demografía actual necesita otra mirada. Hace muchos años que gente muy diferente decimos que la Atención Primaria sanitaria y comunitaria necesitan ser reforzadas porque hay una prevalencia mucho mayor de enfermos crónicos y de pluripatología que antes. Si la AP tuviera instrumentos reales y fuera un régimen autogestionado podría conducir mucho mejor los problemas. Para hacer esto hay que cambiar los modelos de organización, es necesario que los profesionales entiendan que es eso de la autogestión… hay muchos que lo han descubierto ahora con la COVID. En sacarles algunas cargas, con la autogestión han podido fijar la forma asistencial de trabajar y la agenda.
Parte del dinero también debe ir a retribuir las profesionales que tengan capacidad y voluntad de hacer las cosas diferentes. Debemos acabar con las situaciones de precariedad sobre todo las que repercuten sobre las profesionales más jóvenes que son mujeres. Debemos convertir el tema de la conciliación, que no sea una declaración políticamente correcta, tiene que dejar de ser un problema de reivindicación laboral para que sea uno de los motores del cambio del modelo de estructura sanitario. Es obvio que los equipos formados por mujeres funcionan mejor y es más fácil cuando apoderas a todo el equipo para que se organice. En función de las necesidades que puedan tener pero también de los objetivos de salud. Esto es la traducción práctica del profesionalismo médico y que debe completarse con un rendimiento de cuentas. El cambio de modelos y estructuración en principio tampoco necesita muchos recursos. Sin recursos también se podrían hacer muchas cosas!
El otro 40% se dedicó a corregir la ausencia de equipamientos. Podemos hablar de AP pero también del Vall Hebrón, del Clínic o del Trueta. Estamos hablando de hospitales que son líderes de la sanidad catalana que sus estructuras están cayendo. No podemos tener una sanidad de primera con salarios de tercera y con estructuras también de tercera.
El sistema sanitario está hiperdiagnosticat y lo que hay que hacer es decidir acciones …
Las ha materializado junto con el Consell de Col·legis de Metges de Catalunya (CCMC), la Societat Catalana de Gestió Sanitària i el Consell de Col·legis d’Infermeres i Infermers de Catalunya (CCIC)
Nosotros lo que hemos hecho es coger experiencias sectoriales en ámbito de salud pública, salud mental… hemos hecho un resumen en un documento de consenso y junto a los gestores y las enfermeras intentamos hacer una conjunción de las necesidades.
Yo lo que digo es que todos estos liderazgos, porque aquí ha sido incluida mucha gente, como representación más genuina de las profesiones, somos capaces de ponernos de acuerdo, todos alineados con la necesidad de reformar el sistema sanitario. Pero si las autoridades políticas no son capaces de ser receptivas con ello y en Madrid no hay un consenso para destinar parte del dinero de Europa para fortalecer el sistema sanitario español… Lo cuantificamos entre 20.000 y 25.000 millones los que se necesitan para fortalecer la musculatura. Este discurso lo puede coger desde el federalista, el autonomista y el independentista porque no estamos reclamando dinero sólo para la sanidad catalana sino para todo el estado.
Si estas reflexiones bien ponderadas, reflexionadas y razonadas no son atendidas es obvio que quedamos desautorizados. Y es aquí cuando digo que se producirá una rebelión de batas blancas pero no sólo una rebelión de las bases sino también de los grandes líderes del ámbito oncológico, cardiovascular, neurológico, asistencial… No sé cómo se canalizará pero este malestar se canalizará de formas quizás nunca vistas. El estado de indignación será grande seguro porque ya está.
La contratación a Ferrovial para hacer el rastreo de contactos para COVID-19 levantó muchas voces
Claro. Se vio que hay un caldo de cultivo, que los profesionales están molestos y están cansados. Se acabó la primera ola y volvemos a la situación de tibia calma que había antes de la COVID. Ahora nos dicen que recuperamos la actividad con los recursos que tenemos y por supuesto los nervios están a flor de piel y, más allá de los nervios, es que es difícil que volvamos a tener una oportunidad tan grande para remar juntos dirección a un sistema sanitario en condiciones.
Por alguna gente, sobre todo cuando pasan a ser consejeros o ministros de economía, la sanidad es vista como un gasto. Es verdad, es gran parte del gasto de la Generalitat. Pero si miramos objetivamente, el sistema sanitario es un sistema que crea riqueza. Es un sistema en primer lugar que sirve para proteger a las personas y por lo tanto crea personas sanas. Por sus principios es un sistema que cohesiona porque se basa en la universalidad, en la equidad, en la justicia. Su horizonte es atender a quien más lo necesita. Pero si no se le dan recursos y se le deja tensado deja de tener todos estos sentidos. Además en época de crisis es el sistema sanitario el que cohesiona más socialmente.
Otras cosas buenas son que el sistema sanitario es donde se genera más conocimiento y al mismo tiempo investigación. Las universidades catalanas y españolas tienen el impacto que tienen a nivel internacional y el 95% de su producción se hace en el terreno biomédico. Además, sólo con el tema de digitalización y telemedicina, la sanidad es generadora de puestos de trabajo directos e indirectos en las empresas que trabajan en torno al sistema. Y, por último, invertir en sanidad, un tema que quizás es menos tangible pero si importante, es invertir en un sistema donde trabajan profesionales que tienen como hilo conductor un código de ética que centra las personas en su objetivo de acción. Esto marca un modelo no sólo de sistema sanitario sino de sociedad.
El sistema sanitario por sus principios es un sistema que cohesiona porque se basa en la universalidad, en la equidad, en la justicia. Pero si no se le dan recursos y se le deja tensado deja de tener todos estos sentidos
¿Qué papel juega aquí la privada?
En un futuro todo esto debe ir complementado con señalar la colaboración público-privado porque en los últimos años el tema de la sanidad privada parece que no haya interpelado a los gobiernos. Quiero recordar que en temas de salud pública entre otros la Conselleria y el Ministeri lo son no sólo de la sanidad pública, sino también de la privada.
Además hemos de decir que, si no llega a ser por el concurso de la privada, el sistema público de Catalunya, que no se le caracteriza por haber tenido grandes instalaciones como se ha hecho en Madrid, ha ido terriblemente alineado con el sistema privado. Muchas clínicas han puesto sus servicios a trabajar en la misma línea que la pública y han apoyado la pública. Yo nunca había visto un trabajo de colaboración tan estrecha entre un lugar y otro.
El Departament de Salut y el Ministerio de Sanidad deben saber que en el caso de Catalunya hay un 25% de la población que aparte de financiar la sanidad pública a través de sus impuestos se paga una segunda cobertura a través de una mutua. Cuando hablamos de sanidad privada no estamos hablando de la clínica tal, estamos hablando de que la gente se paga una mutua. Y en los últimos años se ha producido una precarización de los puestos de trabajo de un sector que también da mucha riqueza laboral. En el caso de Catalunya más de 6000 médicos trabajan en este sector.
¿En qué condiciones pero? ¿Cómo se regulará?
Las compañías ofrecen pólizas baratas y así se empobrece el sector porque va en detrimento de la retribución del personal. Son mucho más precarias que en el ámbito público. La situación y el monopolio de centros privados hacen que la situación de precariedad sea mayor y también peligra la oferta de calidad para los ciudadanos. La administración debe actuar en este sector marcando cuáles deben ser los mínimos porque no puede ser que el sector privado sea el rey de la selva. Va en perjuicio de profesionales y de usuarios.
Yo reclamo la atención de las autoridades sanitarias y también reclamo que haya el máximo consenso entre las fuerzas políticas. Independientemente de quien mande, la necesidad de transformación del modelo no se puede hacer en dos días, necesita meses, años e implementación de dinero. Por lo tanto, los actores no deben ser por un mandato o por unos mandatos. Debería haber compromiso según el IPC sobre qué destinaremos para ganar en recursos y para poder desarrollar todas estas ideas.
Es la oportunidad. Nunca había habido y una situación de tan consenso en el sector y la autoridad política lo ha de aprovechar. Luego ya discutiremos la letra pequeña que obviamente no todo el mundo la ve igual pero los grandes rasgos se han encontrado.
Retomando Ferrovial como ejemplo, ¿es una muestra de hacia dónde camina el modelo de sistema sanitario que quiere el Gobierno?
No conozco la letra pequeña del acuerdo pero tengo la sensación que seguramente el Departament pensaría ‘tenemos que hacer el rastreo, como Ferrovial gestiona el 061 y ya tenemos telefonistas pues aprovechamos esto’. Yo no sé si esto es una buena manera pero lo que seguro que no es una buena manera es no pactarlo con la atención primaria. Lo que está claro es que salud pública debía pactarlo con la Atención Primaria para que los mejores agentes de salud pública a nivel comunitario son la AP.
Y después de hablarlo, si se han de contratar estudiantes o rastreadores pues que busquen la forma más operativa o más rápida. ¿Acaso implica contratar una empresa? No lo sé. ¿Qué debe ser Ferrovial? No lo sé. Pero con esto da la sensación que mande quien mande siempre ganan las mismas empresas.
Yo lo que advertí en su momento con el doctor Sisó y gente de la CAMFIC es que el elemento nuclear no es que fuera Ferrovial sino que fuera una privada quien lo gestionara sin haber hablado del diseño ni de la intervención que se había de seguir desde la primaria. Pareció de poca sensibilidad…
Si finalmente se tiene que decidir no me meto si debe ser de un sitio o de otro. Pero es obvio que si tú no lo haces con la gente que hay y además lo haces con una empresa muy determinada a la suspicacia, las interpretaciones estaban servidas y aquí es donde dijimos escucha es un error ya no de explicación si no de origen.
Muchas veces se hacen las cosas pensando en el inmediato o máximo a un mandato vista y no se hace una lectura sobre qué necesitaremos en 10 años. A menudo hablas de estos mínimos fijados fuera del gobierne quien gobierne
Claro, muy transversales. El consenso es básico y la transparencia también. Este es un elemento patrimonio de todos. Hay discusiones que me cuesta entender sobre elementos que son ideológicos: hay gente que piensa que debemos ser un solo ICS, todos funcionarios, estatutarios. Hay gente que defiende lo público público… Pero tenemos un sistema de producción diversa orquestado desde los años 80 con una ley que, no quiero ser autorreferencial, pero fui yo el ponente y se pactó de la izquierda a la derecha. Comenzó con CiU e ICV y finalmente se extendió y este es el sistema que ha amparado el modelo sanitario catalán hasta la fecha. Considerar que el Consorcio Sanitario Integral o que el Parc Taulí son entidades privadas simplemente porque el régimen de contratación no es estatutario sino que es laboral, por un lado es falta de información i por otro es mala fe.
Debemos tener un sistema sanitario que como los países más avanzados como Suecia, Dinamarca o Alemania tenga provisión diversa ya la vez nadie discuta que es un sistema público. Discutimos como en momentos de crisis, cuando se pone en cuestión el mantenimiento del estado del bienestar, como hacemos rentables los objetivos de salud con los recursos que tenemos. Y eso es muy importante que se explique a la ciudadanía porque con el dinero que estamos destinando, la capacidad de dar respuesta queda limitada.
Si quieren una sanidad homologable a Europa se debe invertir. La inversión en sanidad es una de las garantías más grandes que puede haber para salir bien de la crisis.
La nueva plataforma de Sanitàries en Lluita también va en línea de las demandas que redactasteis. Viendo las últimas movilizaciones en Francia, ¿porque crees que aquí la reivindicación de los sanitarios no acaba de unirse con la de la población fuera del reconocimiento y los aplausos?
Cada país tiene una realidad diferente. A mí ya me gustaría que estuviéramos luchando como en Francia con los salarios que tienen. Ya me gustaría tener su punto de partida. Y esto de las plataformas, son plataformas que manifiestan el malestar. En Francia una comunión de los representantes institucionales y profesionales como aquí no se ha encontrado.
Las plataformas son muy respetables pero son plataformas. Yo represento a todos los médicos por ejemplo. Que las instituciones que representamos el sector profesional del académico y el científico nos hayamos puesto de acuerdo con el diagnóstico y el tratamiento, creo que es lo que se debe poner en valor en Catalunya. Y lo hemos hecho desde una perspectiva realista. Ya somos conscientes de cuáles son los dificultades pero precisamente si la gente más sensata con propuestas razonables y razonadas buscando el consenso, de forma muy transversal, gente de diferentes sectores, somos capaces de ponernos de acuerdo, esto tiene mucho valor. Y los partidos políticos deberían ver es la oportunidad que tiene que sean estos profesionales que han liderado durante la primera ola toda la respuesta asistencial ahora piloten y lideren la transformación del modelo.
Lo que pedimos no es tan complicado de entender y tiene mucho sentido común pero es un planteamiento de estado que fuerza que Catalunya y el estado se planteen qué sanidad quieren. Qué nivel quieren. Si quieren una sanidad homologable en Europa se debe invertir. La inversión en sanidad es una de las garantías más grandes que puede haber para salir bien de la crisis. Ahora, se debe hacer el máximo consensuada porque si sólo se hace lo que quiere una parte será un error porque tendremos enfrentados a unos con otros y ya se está utilizando la sanidad como elemento táctico de desgaste. Aquí sí que no nos encontrarán.
Lo que tiene que hacer la clase política y los gobiernos es reconocer que el sistema sanitario ha quedado muy descuidado en los últimos años y necesita inversiones, fortalecer musculatura, acciones para dar respuesta a la atención y las necesidades de los ciudadanos. Quiere decir trabajar el ámbito comunitario, residencial, sociosanitario, el hospitalario, la salud mental… y tampoco podemos olvidar que la organización en Catalunya necesita fortalecer las estructuras de salud pública.
En Francia es una situación muy diferente. Mira que destinan a sanidad: 203.000 millones de euros. El estado español dedica 70.000 millones. Es obvio que no podemos compararnos. Tampoco España es el estado francés. Los países que son ricos son aquellos que han invertido en sanidad y eso es lo que hay que hacer.
Viendo que las demandas se deben trabajar y si se implantan será a largo plazo, ¿cómo nos encontraremos en octubre ante un posible rebrote con todo el cansancio acumulado?
La gente puede tener fuerzas renovadas en tener vacaciones pero además si sabes que a nivel político se han tomado decisiones para reformar el sistema y empiezan a haber acuerdos para implementar a corto, medio y largo plazo, la gente volverá mejor.
Este país ha demostrado muchas veces que cuando ha habido comunión entre profesionales, ciudadanos y proyecto político nos hemos salido muy bien. Aquí hay una oportunidad máxima porque además todo esto tiene el apoyo de la opinión publica y la opinión publicada. En todos los medios de comunicación, al menos en Catalunya, hay unanimidad que hay que reforzar la sanidad.
El conflicto no es bueno en sanidad porque acaba perjudicando a los ciudadanos y somos conscientes pero a veces hay una dinámica… Al COMB ni a su presidente les corresponde convocar ninguna movilización pero yo he avisado. Si no atienden a los que hacemos todo el esfuerzo en positivo, estaremos en manos de movimientos de todo tipo y si no hay interlocutores sensibles pues podemos desperdiciar una gran oportunidad.
Yo trabajaré por buenos acuerdos pero si no son atendidos, el conflicto estará servido seguro y nosotros ya no formaremos parte de la solución. Nosotros los profesionales y los que representamos los profesionales somos parte de la solución. Hay que remarcar que no hemos hecho un ejercicio académico y ya está. Lo que hemos hecho es porque queremos el sistema sanitario y creemos que es una gran opotunidad de futuro.


