Estoy acompañando a la familia de un niño de pocos años con patologías respiratorias, que se está planteando una escolarización en casa durante la pandemia para evitar el riesgo de contagio. Desde la escuela, siguiendo las indicaciones del Departament d’Educació, les han pedido presentar un certificado médico que les permita faltar a clase de forma justificada y que los autorice a disfrutar de un acompañamiento por parte de la escuela.

En el CAP que les corresponde, en la puerta de Pediatría, indica: NO SE HACEN CERTIFICADOS PARA LA ESCUELA. Callejón sin salida para la familia. Me preguntan si les quitarán a su hijo, no saben cómo tomarse las declaraciones alarmantes que han ido oyendo sobre la asistencia inexcusable a la escuela. El President dijo que se tomarán todas las medidas contra las familias que no lleven a los niños y niñas a la escuela. La fiscalía española ha amenazado a las familias con acciones penales … No me extraña que se inquieten.

Algunas familias tienen miedo, porque el retorno a la escuela en medio de una pandemia vírica es una situación nueva, desconocida e incierta. La respuesta del Estado, desde todos los estamentos y administraciones, ha sido y es descoordinada, desproporcionada, inadecuada y sobre todo autoritaria. Disminuir el miedo y la incertidumbre no se hace a golpe de amenaza, se hace con medidas, información, mensajes tranquilizadores y acompañamiento.

Me preguntan si les quitarán a su hijo, no saben cómo tomarse las declaraciones alarmantes, que han ido sintiendo sobre la asistencia inexcusable a la escuela

Seguro que hay familias hiperventiladas por el pánico al virus de la Covid, pero sospecho que justamente éstas no llevarán a su niños a la escuela, por más que les amenacen con graves penas. Otras, pocas, simplemente reflexionan sobre el futuro de un curso incierto, en que no se sabe si habrá una continuidad o no, y consideran la posibilidad de organizarse para tener a los niños en casa, como llevan haciendo desde del mes de marzo. Y finalmente están aquellas familias que tienen hijos con afecciones de salud que pueden, en caso de contagio de la Covid, complicarse gravemente. Estas están haciendo malabarismos para atender la salud de sus criaturas y responder a la burocracia que se les ha impuesto.

Nos hemos cansado de oír que las familias delegan en las escuelas la responsabilidad sobre la crianza de sus hijos e hijas, pero cuando las familias asumen su responsabilidad, la respuesta que se les da es la desautorización y la infantilización. Simplemente se espera que sigan órdenes, como en la antigua escuela.

El Estado debe velar por el derecho a la educación de nuestros niños y jóvenes, pero a mí la imagen que me está transmitiendo la manera en que se está gestionando todo es que lo importante ahora es que los padres y madres puedan ir a trabajar, sea cual sea el coste que ello suponga. ¿Me equivoco?

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