Los recortes en materia de servicios sociales que se aplicaron con la crisis de 2008 y los años siguientes causaron muchos estragos. Uno de ellos es que la inversión previa no se ha llegado a recuperar nunca. Así lo revela un informe publicado por la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales que compara las partidas presupuestarias autonómicas del año 2009, año del pico en gasto social, y las 2019.
Catalunya sale muy mal parada. Su inversión en los ámbitos que analiza el informe -educación, sanidad y servicios sociales- es la que menos se ha recuperado con respecto a 2009 en todo el Estado, con una diferencia negativa de 4.062 millones de euros. En términos porcentuales, supone una reducción del 19’6% de inversión respecto hace una década, a pesar de la recuperación económica anunciada por los poderes económicos y políticos previa al bache de la crisis que ha provocado la pandemia de la Covid-19.
La gran bajada respecto hace diez años ha llevado a Catalunya a ser la comunidad con menos gasto proporcional por habitante en los ámbitos analizados por el estudio. Los presupuestos, arrastrados desde el 2017 por la falta de acuerdo político, suponen un gasto de 2.199€ por habitante catalán, el más bajo de todo el Estado, donde la media es de 2.498€.
Aún en términos de inversión por ciudadano, Catalunya encabeza la clasificación de pérdidas respecto hace una década. El año pasado se invirtieron por habitante 588€ menos de lo que se había dedicado en 2009. Sólo siguen en términos negativos Castilla La Mancha, Canarias, Aragón y la Comunidad de Madrid. El grueso de las regiones del Estado sí han recuperado la inversión por habitante respecto hace diez años, hasta los 349€ de Navarra, los 335 € del País Valenciano o los 334€ de Asturias.
En términos proporcionales, las cuentas catalanas dedicaron un 54’4% del total de la inversión en gasto para políticas sociales, un 6% por debajo de la media estatal y sólo por delante de las Islas Baleares y de Navarra, que destinaron el 53’2% y el 51’6% respectivamente.
La sanidad, el talón de Aquiles catalán
El ámbito donde más daño han hecho los recortes y la no recuperación de la inversión en Catalunya es, con diferencia, la sanidad. En la última década el gasto de la partida sanitaria se redujo en un 27%, o algo equivalente, en 3.267 millones de euros. El descenso, de más de una cuarta parte de los presupuestos respecto hace diez años, no tiene competidor en todo el Estado, donde la media es de -2’7%. De hecho, sólo Castilla La Mancha (-11’8), Aragón (-7’6%), La Rioja (-4’1%) y Extremadura (-0’8%) se encuentran también en términos negativos respecto al 2009.
La caída en picado tiene efectos en la inversión por habitante, donde Catalunya vuelve a situarse al final de la clasificación, con 1.166 € dedicados por ciudadano en términos de gasto sanitario. El dato, 170€ por debajo de la media Estatal, queda muy lejos de lo que dedican otras regiones como el País Vasco (1.719 €), Asturias (1.714 €) o Navarra (1.664 €).
No en vano, alertan los autores del informe, la diferencia es de un 47’4% más de gasto sanitario por habitante en el País Vasco que en Catalunya, cabeza y cola de la clasificación respectivamente. Con todo, y por el régimen fiscal especial de la primera comunidad, lo comparan también con Asturias, donde la diferencia es igualmente hiriente: un 46’96%.
Educación, un 12% menos de inversión
La partida educativa casi ha igualado su gasto en el global del Estado, ya que sólo se reporta una pérdida del 0,1% de inversión presupuestada en 2019 respecto de la ejecutada en 2009, antes de los recortes. Pero Catalunya tampoco tiene buenos datos: con 780 millones de euros menos, el presupuesto educativo ha perdido un 12% en la última década. Sólo Castilla La Mancha, con un 15’7%, supera a Catalunya en el sentido negativo.
Si bien el gasto proporcional respecto del total del presupuesto casi se acerca a la media, queda por debajo en un 2’2%, a la hora de comparar cuánto recibe cada ciudadano. Catalunya vuelve a la parte baja de la tabla. El gasto por habitante en educación es de 756€ en Catalunya, el segundo más bajo del Estado, sólo por encima de los 723€ que invierte la Comunidad de Madrid y a casi 100€ de los 863€ de la media española.
El aspecto menos negativo, los servicios sociales
La partida de gasto en servicios sociales es en la Catalunya sale menos mal parada en la comparación respecto a 2009. Si bien la diferencia es aún negativa, lo es sólo en un 0,7% y un total de 14 millones de euros perdidos. Es un apartado en el que casi todas las comunidades han recuperado inversión: sólo el exiguo 0,7% catalán y el 26’5% de Castilla La Mancha están en números rojos. De hecho, el global estatal ha crecido en un 17’9% respecto hace una década.
El gasto en Catalunya de la partida sanitaria se ha reducido en un 27%, o algo equivalente, en 3.267 millones de euros
Catalunya destinó con los presupuestos prorrogados desde el 2017 un 6’8% del total de la inversión a servicios sociales, muy cerca del 7’3% de media española. En términos de gasto por habitante es el único caso en que el ciudadano catalán no se encuentra entre los tres que menos inversión recibe. Con 276€ por persona, Catalunya está por encima de Murcia (251€), Canarias (217€) y Baleares (151€).
La inversión media del Estado, también en déficit
El gasto en servicios públicos no sólo ha perdido respecto hace diez años en Catalunya. La media de España también refleja un descenso, aunque mucho más ligera que la catalana. En el conjunto de comunidades españolas, en 2019 se invirtieron 1,2 millones de euros menos en a salud, sanidad y servicios sociales que lo que se había destinado en 2009.
La Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, que firma el estudio donde se presentan los datos, lo atribuye a la “ausencia de presupuestos estatales y al continuo aumento de partidas destinadas a pagar la deuda”. No en vano, en 2009 el gasto autonómico por habitante dedicada al pago de deuda era de 149€, mientras que en 2019 fue de 684€.
Catalunya es la comunidad del Estado con menos gasto proporcional por habitante en aspectos sociales
Con todo, el estudio visibiliza la gran diferencia entre las diferentes comunidades que conforman el Estado español: desde los 3.420 € que dedica Navarra por habitante a gasto social hasta los 2.199 € que recibe cada persona catalana de media. También bien divergente es la variación entre 2009 y 2019: mientras hay regiones que han perdido buena parte de su inversión como Catalunya (-19’6%) o Castilla-La Mancha (-15’4%), otros han incrementado notablemente las partidas sociales, como es el caso de las Islas Baleares (24’8%), Navarra (15’4%) o el País Valenciano (14’5%).
José Manuel Ramírez Navarro, presidente de la asociación, recuerda que si bien desde 2014 y hasta 2018 la inversión social de media en el Estado tenía una dinámica creciente, “ha caído un 0,1% respecto del 2018 en los presupuestos definitivos de 2019 . Esta coyuntura “lastra la tendencia de recuperación del gasto en políticas sociales poniéndola en grave peligro”.
Ramírez Navarro añade que, en el contexto actual de la pandemia de la Covid-19, se debería apostar por un “blindaje presupuestario de materias tan esenciales para la ciudadanía como la sanidad, la educación y los servicios sociales”, así como “poner en marcha fórmulas urgentes que permitan a las comunidades autónomas prestar aua servicios”. “El bienestar de las personas no puede ser rehén de las estrategias partidistas y de la falta de talla política”, concluye.


