Il·lustració | Eugènia Trallero

 

El pasado miércoles pero, ya fue el colmo del esperpento: en un mismo día aguantamos más de tres horas de un miembro del Congreso, que no solo no habría de tener representación, sino que además tuvo todo el tiempo a su disposición para no aportar ni una sola idea a la problemática sanitaria y económica que se sufre en el Estado. Pero sí para decir una barbaridad detrás de otra.

La aportación de Andrea Levi, también el mismo día, no deja indiferente a nadie, pero seguro que en ningún caso como discurso coherente y preparado como sería de esperar de la Consejera de Cultura, Turismo y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, también portavoz del grupo municipal del PP.

Tengo mis dudas sobre si no sería mejor directamente ignorar a esta gente, aunque sea para mostrar lo que no debería de ser, puesto que finalmente acabamos difundiendo su discurso, que, lejos de dar ejemplo, pone de manifiesto el tipo de “gente” que tenemos en el Congreso.

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