En Catalunya, para determinar la situación de la epidemia de SARS2 (llamada Covid-19) se utiliza el llamado índice de riesgo de brote, definido por sus creadores de la Universitat Politècnica de Catalunya como índice de crecimiento potencial (EPG). Este índice se obtiene de multiplicar la incidencia acumulada (casos diagnosticados x 100.000 habitantes) de los últimos 14 días por la velocidad de propagación de los contagios (se utiliza la media de los últimos 7 días).
Uno de los problemas en la actual epidemia es el manejo de datos recientes. Como la confirmación del diagnóstico de contagio no es inmediata, los datos no son estadísticamente consistentes hasta pasados unos tres días. Por ello, en el cálculo de la incidencia acumulada no se tienen en cuenta los datos de los tres días inmediatamente anteriores. En una situación de emergencia como la actual, es muy importante saber que ha pasado los últimos 3 días. Esto permitiría actuar adecuadamente y con la máxima celeridad en aquellos lugares del territorio donde se detectan incrementos de contagio. La pregunta que nos podemos hacer es si hay posibilidades de incluir los datos de estos 3 días anteriores en los cálculos. La respuesta debería ser positiva si se cumplen dos condiciones. La primera es que la recogida de datos esté optimizada, es decir se centralicen diariamente.
La segunda es que los datos crudos de los 3 días inmediatamente anteriores puedan ser utilizadas en el cálculo de la incidencia acumulada. A los expertos en modelos matemáticos no les debería suponer un reto demasiado complicado hacer una modelización. De hecho, utilizan modelos para predecir cómo incrementarán los contagios en las semanas siguientes o cuando se llegará al colapso de las UCI, situaciones muy difíciles de prever pues influyen diferentes factores desconocidos, entre otros el comportamiento humano. Por lo tanto, utilizando datos retrospectivos, pueden establecer un modelo de corrección de los datos crudos de los 3 días anteriores para su utilización inmediata.
Por otra parte, es de destacar que en la mayor parte de CCAA y de países europeos se utiliza como índice de riesgo la incidencia acumulada de los últimos 7 o 14 días. Que en Catalunya utilizamos un índice diferente, dificulta la comparación con otros territorios. Sabiendo que países como Alemania, donde la contención de la epidemia ha sido más exitosa que en nuestro país, utilizan la incidencia acumulada los últimos 7 días para establecer medidas restrictivas, sería bueno que las autoridades nos explicaran qué aventaja presenta utilizar “el índice de riesgo de brote” frente a la incidencia acumulada, y cuál es la validación científica de este índice.
Finalmente, comentar que la transparencia en la presentación de los datos a la población y las razones utilizadas en la toma de decisiones, son obligaciones de los gobiernos. La utilización de datos comparables, además, evita comentarios inverosímiles como el de la Consellera de Salut de la Generalitat de Catalunya que el día 2 de noviembre afirmó que no se planteaba el confinamiento domiciliario tal y como había pedido Asturias pues “no estamos en la posición de Asturias”. Cierto, el 2 de noviembre la incidencia acumulada de los últimos 14 días en Catalunya era de 733 y en Asturias de 418, es decir mucho peor en Catalunya. Los porcentajes de camas UCI ocupados por enfermos de SARS2 era en ambas comunidades es muy similar, del 40% y 30% respectivamente.

