Sobre la piel del ya famoso Angeli encontramos tatuados varios símbolos de la mitología nórdica, un valknut o nudo del guerrero (imagen 1), que si bien no conocemos el significado exacto está asociado a la divinidad Odin, padre de todos los dioses. También vemos un Yggdrasil (Imagen 2) la representación del árbol del mundo y también el martillo de Thor (Imagen 3), una imagen más conocida y popularizada gracias a la serie de cómics y series protagonizadas por este superhéroe.

El punto interesante, pero es ¿qué puede llevar a un seguidor de ultraderecha estadounidense seguidor de Donald Trump a admirar una cultura medieval hasta el punto de tatuarse símbolos de su mitología? Pues el uso nacionalista de la historia para construir un discurso político. Como ya analizamos en el artículo del Cid Campeador.

Podríamos entender que el inicio de esta relación pasa durante el llamado Renacimiento Vikingo, un movimiento intelectual y de pensamiento que tuvo lugar en los países nórdicos (Noruega, Dinamarca, Suecia) así como Alemania y el Reino Unido. Debemos entender este renacimiento vikingo dentro de esta estrella romántica que recorría Europa durante el siglo XIX. Este romanticismo que se ató rápidamente al nacionalismo dio alas a este movimiento que presentó un gran y renovado interés por la historia y la cultura medieval vikinga, obviamente, tiñendo todo de un misticismo heroico típico del momento.

De este modo, este romanticismo alemán comenzó a profundizar en la religión y la historia nórdica de la que disponían de muchas fuentes, ya que estos pueblos del norte, no fueron romanizados y fueron cristianizados hasta bien entrado el siglo XI. De esta manera habían mantenido sus tradiciones e incluso con la entrada del cristianismo lograron mantenerlas siendo estas leyendas utilizadas para explicar el catolicismo, como es el caso del poema épico Beowulf (A las Puertas de Troya, 2019) donde vemos elementos cristianizantes dentro de una leyenda nórdica.

Un valknut o nudo del guerrero
El martillo de Thor
Yggdrasil, la representación del árbol del mundo

Estos ciclos de leyendas se pusieron por escrito entre los siglos XII y XIV y fueron usadas por los románticos como fuente de inspiración, por ejemplo la saga de dramas musicales El anillo del nibelungo (Der Ring des Nibelungen) de Richard Wagner.

Pero lógicamente entre los románticos recuperando e idealizando la historia y los mitos y los seguidores Trumpistas hay un abismo ideológico y de sensibilidades, pero debemos entender que es en esta Alemania de finales de XIX y principios del XX donde se empieza a concebir una visión de vincular esta gran comunión de pueblos germánicos como descendientes de una misma raza, la raza aria. Y que la misma raza tenía una misma lengua común, una cultura similar y una religión pagana que leían como “salvaje”, “fuerte” y “guerrera” que representa unos valores de futilidad de la vida, de heroicidad y de pureza moral y “racial”.

Mientras que la mitología grecorromana es una mitología profundamente triunfalista y vitalista, hedonista y con unas divinidades conscientes de su superioridad, los dioses nórdicos y sus héroes son conscientes de su fugacidad, de su futilidad, conscientes de que un día llegará el Ragnarok, la batalla final, en esta lucha eterna cósmica donde viven y será el fin de los tiempos. Y que a estos héroes y dioses sólo les queda luchar para llegar al Valhala (A las Puertas de Troya, 2019)

Esta visión mítica de lo que eran los vikingos, bien alejada de la realidad histórica, mezclada con las pseudociencias en boga en el siglo XX como la eugenesia o el darwinismo social y con el crecimiento del nacionalismo étnico, terminaron siendo usadas por aquellas ideologías que reivindicaban la superioridad de la raza aria y de la religión pagana nórdica y que acabaron provocando el nazismo y la supremacía blanca. (Downham, 2017)

No es difícil ver esta vinculación entre la reivindicación vikinga y el protofascismo cuando tenemos obras como El poder es la razón o La supervivencia del más apto, un libro de 1890, considerado como un manifiesto fascista de proto-poder blanco firmado bajo el seudónimo de Ragnar Redbeard, un nombre como se aprecia, nórdico.

Así pues encontramos miembros de las SA y las SS nazis que realizaban rituales iniciáticos que creían cercanos a los guerreros consagrados de Odin, rituales e imaginario, que hoy en día han recuperado los movimientos neonazis y supremacistas como representación de la pureza racial, de la superioridad de la raza aria. (Serrahima, 2021)

De hecho, tanto el nazismo como los movimientos de extrema-derecha actual veneran una idea de los vikingos y de la mitología nórdica porque representa esta idea de pureza racial y de masculinidad por la que se sienten representados, pero esta idea de qué es y cómo es un vikingo no deja de ser una construcción mítica romántica que ha llegado hasta nuestros días, pues: ni rubios, ni mercenarios, ni sanguinarios guerreros, ni violentos y ni siquiera llevaban cuernos en el casco. (Herrán, 2019) Estos cuernos no son más que una creación del pintor sueco Gustav Malström para las ilustraciones del poema épico La Saga de Frithiof en 1820.

Ilustración del poema épico La Saga de Frithiof el 1820

¿Quiénes fueron los vikingos?

Conocemos como Era de los Vikingos el período histórico que va entre VIII-XI dC y se inicia en 793 dC con el asalto por parte de estos en el monasterio de Lindisfarne en Inglaterra. Pero en realidad llamar vikingos a las personas que vivían en Escandinavia entre los siglos IX y XI es un error, porque lo que significa la palabra vikingo no es otra cosa que “ir de expedición”, por tanto, los vikingos eran aquellos que iban de expedición fuera esta guerrera o comercial. Porque sí, la gente de los pueblos nórdicos también eran comerciantes, artesanos, agricultores y artistas, así nos lo muestran la gran cantidad de objetos artísticos de gran calidad, por ejemplo, el Tapiz de Oseberg (Imagen 8).

Así pues, la mayoría de vikingos no encajarían en la imagen concreta que tenemos de ellos. De hecho, esta palabra tampoco designa ninguna cultura o etnia concreta y lo que tenía importancia para ellos era la familia, el clan y la fidelidad personal. (Downham, 2017)

La masculinidad o la idea de masculinidad creada en torno a la imagen de los vikingos como hombres fuertes, sanguinarios, poderosos y con una estética muy concreta (barba, pelo largo, trenzas) y que nos es fácil de encontrar bajo la etiqueta #Viking de Instagram no es más que otra construcción mítica de este pueblo.

Por ejemplo, en la misma mitología, las ideas sobre Eros, el honor y la muerte eran fundamentales para la percepción nórdica del mundo. Odin es el mayor dios de la guerra y está asociado con la virilidad, pero, sin embargo, Odin también es el maestro más poderoso de seid (hechicería, brujería), una actividad asociada con las mujeres. Si un hombre realizaba seid, podría ser acusado de ergi, es decir, falta de virilidad. Por lo tanto, se podría decir que Odin ejercía una actividad considerada poco masculina. (Solli, 2008). Pero tenemos muchos estudios que validan la sexualidad ergi como homoerótica y presente en esta sociedad medieval así como el culto a divinidades hermafroditas (Sorenson, 1983).

El Seid podía ser practicado por un Vaulur (brujo), una Vitkar (hechicera) o un Seidberendr traducido como útero mágico. Algunos autores han interpretado la posibilidad de que fuera un tercer género, como el que tenían los nativos americanos precolombinos, estos Seidberendr practicaban el seid vestidos como mujeres (Shepherd, 1999). No podemos saber si formaba parte de una actividad performativa, pero lo que si es cierto es que se han encontrado muestras óseas de cuerpos de sexo masculino enterrados con ropa y artefactos femeninos que nos reafirman en estas tesis que presentan la sociedad vikinga como una sociedad menos estricta con los roles de género que la que imaginan los Trumpistas radicales (Rañin, 2008).

Referencias:

  • A las Puertas de Troya. (8 de enero de 2019). Beowulf. Obtenido de La Historia en la Radio: https://www.portesdetroia.cat/2019/01/08/210-beowulf/
  • Downham, C. (28 de septiembre de 2017). Vikings were never the pure-Bred master race white supremacista like to portray. Obtenido de The Conversation: https://theconversation.com/vikings-were-never-the-pure-bred-master-race-white-supremacists-like-to-portray-84455
  • Herrán, M. (9 de diciembre de 2019). No eres un Vikingo | PutoMikel. Obtenido de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=iu6uDvwFbfQ&t=317s
  • Rañin. (2008). Queer Vikings? Transgression of gender and same-sex encounters in the Late Iron Age and early medieval Scandinavia. QueerScope, 20-29.
  • Serrahima, P. (9 de enero de 2021). Tatuajes con historia (mal entendido). Obtenido de Diario Ahora: https://www.ara.cat/es/internacional/Tatuajes-asalto-Capitolio-runas-Vikingos-Q-Shaman-simbologia_0_2597140448.html
  • Shepherd, D. (1999). The elusive warrior maiden tradition in Anglo-Saxon society. En J. Carman, & A. Harding, Ancient Warfare. Archaeological Perspectivas (págs. 219-243.). Phoenix.
  • Solli, B. (2008). Queering the Cosmology of the Vikings: A Queer Analysis of the Cult of Odin and “Holy White Stones”. Journal of Homosexuality, Feb (54), 192-208.
  • Sorenson. (1983). The Unmanly Man: Concepts of Sexual Defamation in Early Northern Society. . Odense Univ. Press.
Share.
Leave A Reply